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Viernes, 07 de Marzo 2025, 11:41h
Tiempo de lectura: 1 min
Matthieu Nicol, editor de Le Monde y un estudioso de la fotografía, navegaba hace unos años por Internet en busca de imágenes de alimentos de los años setenta cuando se topó por casualidad con un archivo fascinante: «Primero, una foto; luego, dos... y, después, miles de imágenes de personas con uniformes militares singulares, tomadas entre los años setenta y noventa».
Al final resultaron ser 14.100 imágenes del Centro de Investigación e Ingeniería para Soldados del Ejército en Natick, cerca de Boston, que son —y siguen siendo— de libre disposición. Fascinado, Nicol solicitó información al Ejército americano sobre aquellas fotos de prototipos de ropa militar. Cuando meses después le respondieron, le dejaron claro que podía disponer de las imágenes, pero que no recibiría ninguna información al respecto.
Eso no disuadió a Nicol, que ha publicado un libro curioso, Fashion Army, con 350 fotos que apuntan a «la interacción entre la funcionalidad militar y la industria de la moda». Según Nicol, «los atuendos son contemporáneos, algunos podrían llevarlos mis hijos o Timothee Chalamet», bromea. Además, obviamente los fotógrafos eran profesionales, por lo que las fotos son atractivas y los sujetos posan como podrían hacerlo hoy, aunque no son modelos. Porque las fotos no estaban hechas para ser difundidas ni como propaganda. Sencillamente trataban de vender prototipos a diferentes unidades del Ejército».