![El récord de plazas MIR no resuelve la falta de facultativos en la Región de Murcia](https://s2.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2024/01/20/combo-mir22-kvDB-U2101299658272WNC-1200x840@La%20Verdad.jpg)
![El récord de plazas MIR no resuelve la falta de facultativos en la Región de Murcia](https://s2.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2024/01/20/combo-mir22-kvDB-U2101299658272WNC-1200x840@La%20Verdad.jpg)
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Montserrat San Clemente trataba ayer de calmar los nervios en el campus de Espinardo mientras el reloj avanzaba hacia las cuatro de la tarde, la hora en la que los 13.990 inscritos en toda España para el examen de acceso a 8.772 plazas ... de médico interno residente (MIR) comenzaron a enfrentarse a esta prueba, que decidirá su futuro. «Hay nervios porque es un momento decisivo, pero también muchas ganas porque es la puerta para dedicarte a lo que siempre has querido», confesaba Montserrat, que baraja Medicina Interna, Cardiología o Neurología como posibles opciones, una vez conozca la nota.
De las 8.772 plazas MIR en juego en el Sistema Nacional de Salud, 290 corresponden a la Región de Murcia. Son cifras récord, fruto de un nuevo incremento de la oferta formativa con el que se intenta hacer frente al déficit de médicos, un problema que se ha cronificado en todo el país. De acuerdo a los datos que maneja el Sindicato Médico, desde 2018 se han creado 90 nuevas plazas en la Región, lo que representa un aumento del 45%. En toda España, el incremento ha sido del 34,6% (2.259 nuevas plazas).
Pero este notable aumento, que refleja un esfuerzo conjunto de comunidades y Ministerio pese a la guerra política abierta con este asunto, no es todavía suficiente para paliar la falta de profesionales en especialidades como Anestesia, Psiquiatría, Medicina de Familia o Radiodiagnóstico, reconoce la Consejería de Salud.
Evolución del número de plazas
de médico interno residente
(MIR) en la Región
2024
290
2023
277
2022
2021
262
261
2020
251
2012
222
2019
221
2018
213
2013
2017
2015
208
2014
2016
200
203
203
200
Evolución de otras plazas de
formación sanitaria especializada
Anestesia y Reanimación
+3
2014
2024
12
15
Cardiología
=
2014
2024
5
5
Cirugía General y Digestivo
+3
2014
2024
6
9
Pediatría
+2
2024
2014
14
12
Medicina Familiar y Comunitaria
+25
2024
2014
100
75
Dermatología
+2
2014
2024
3
1
Evolución de otras plazas de
formación sanitaria especializada
Psicología Clínica
2014
4
6
2024
Enfermería familiar y comunitaria
2014
10
56
2024
Fuente: Sindicato Médico y elaboración propia
Evolución del número de plazas de médico
interno residente (MIR) en la Región
2024
290
2023
277
2022
2021
262
261
2020
251
2019
2012
221
222
2018
213
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208
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2015
2014
2016
200
203
203
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Evolución de otras plazas
de formación sanitaria especializada
Anestesia y Reanimación
Cardiología
+3
=
2014
2024
2014
2024
12
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Pediatría
Cirugía General y Digestivo
+2
+3
2024
2014
2014
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14
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6
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Medicina Familiar y Comunitaria
Dermatología
+2
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2014
2024
2014
2024
100
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Evolución de otras plazas de formación
sanitaria especializada
Psicología Clínica
2014
4
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2024
Enfermería familiar y comunitaria
2014
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Fuente:
Sindicato Médico y
elaboración propia
56
2024
Evolución del número de plazas de médico
interno residente (MIR) en la Región
2024
2023
290
277
2022
2021
262
261
2020
251
2012
2019
222
221
2018
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213
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203
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Evolución de otras plazas
de formación sanitaria
especializada
Evolución de otras plazas
de formación sanitaria especializada
Anestesia y Reanimación
Cardiología
Psicología Clínica
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Cirugía General y Digestivo
Dermatología
Enfermería familiar y comunitaria
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Medicina Familiar y Comunitaria
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Fuente:
Sindicato Médico y
elaboración propia
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Para empezar, porque el aumento se produce después de los recortes a la oferta MIR que se llevaron a cabo entre las convocatorias de 2011 y 2016 fruto de las políticas de ajuste de la administración central y de las comunidades, que son las que pagan las plazas.
En la Región de Murcia se perdieron hasta 22 plazas, que no empezaron a recuperarse hasta 2018. «Obviamente, el déficit que sufrimos ahora se debe, en parte, a las medidas que se adoptaron, y también a la falta de planificación y previsión ante el gran número de profesionales que están próximos a jubilarse», subraya Celia Román, vocal del Colegio de Médicos.
Uno de cada tres médicos de familia de la Región de Murcia tiene ya más de 60 años, y la proporción es parecida entre los pediatras de Atención Primaria. También están en esta situación más del 20% de los cirujanos, según un estudio reciente del Ministerio de Sanidad que advirtió de «un déficit importante» de profesionales. Eso sí, este documento prevé que a partir de 2026-2027 comenzará a notarse el efecto del progresivo aumento de plazas MIR de los últimos años.
El cirujano José Manuel Rodríguez, jefe de Docencia del Virgen de La Arrixaca, coincide en que el sistema sufre ahora la consecuencia de una planificación que «no fue buena» en el pasado, «quizá porque no había recursos». «Durante unos años se paró todo, no había dinero», resume.
Ahora, el Gobierno regional exige reiteradamente «un plan de medidas urgentes» al Ministerio, aunque resolver el déficit de profesionales de la noche a la mañana es sencillamente imposible. «Hay que tener en cuenta que los resultados de cualquier decisión en este tema se ven en 4 o 5 años, que es el tiempo que tarda un residente en formarse», recuerda Domingo Pascual, jefe de Cardiología de La Arrixaca. «Por eso es tan importante planificar. No puedes esperar a tener el problema para actuar», lamenta.
La Consejería de Salud apuesta por pisar el acelerador en el aumento de la oferta MIR, pero con el marco actual no resulta tan sencillo. Por eso, el departamento que dirige Juan José Pedreño propone «flexibilizar los criterios para acreditar plazas». El proceso para crear nuevas unidades docentes en los centros sanitarios, y para ampliar la capacidad en las ya existentes, implica unos trámites «muy exigentes», explican desde la Consejería.
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Las solicitudes de acreditación son enviadas desde las comunidades autónomas a las Comisiones Nacionales de cada especialidad, formadas por representantes de sociedades científicas. Estos organismos comprueban si se cumplen todos los requisitos establecidos en los planes de formación continuada de la especialidad, que son muchos: los centros deben acreditar una actividad asistencial mínima y capacidad para que los MIR roten por diferentes unidades y servicios. Se analizan los recursos materiales y humanos, la actividad docente e investigadora y los indicadores de calidad. Tras este examen en profundidad, la Comisión Nacional emite un informe favorable o desfavorable, que el Ministerio de Sanidad suele asumir directamente.
Todo el proceso exige de la colaboración entre administraciones. Las comunidades solicitan las plazas y deben trabajar para el cumplimiento de los requisitos, mientras al Ministerio le compete su acreditación.
La apuesta de la Consejería por la «flexibilización» del proceso de acreditación abre un debate complejo. El oncólogo murciano Domingo Sánchez, representante nacional de la Sección de Médicos Jóvenes del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), avisa: «Formar médicos no es como hacer tornillos, no se pueden acreditar plazas a toda costa. Hay que cumplir unos requisitos y debe haber garantías de calidad. No se puede forzar la máquina». Esto no significa que no vea necesario introducir cambios. Al contrario, Sánchez propone «revisar los programas formativos», que en algunas especialidades llevan sin actualizarse más de una década. También plantea introducir «evaluaciones y auditorías».
Los profesionales consultados coinciden en que hay margen para seguir aumentando plazas, algo por otra parte imprescindible para afrontar el déficit, pero recuerdan que la capacidad formativa no es ilimitada. «El sistema MIR es la joya de la corona. Si la sanidad española es tan buena, es porque este modelo de formación la ha hecho así de buena. Ha permitido que los profesionales se formen de manera bastante homogénea, con unos mínimos de calidad potentes», reflexiona el responsable de docencia de La Arrixaca, José Manuel Rodríguez.
En este análisis coinciden los dos jefes de residentes del hospital, el radiólogo José Manuel Felices y el cardiólogo Alberto Nieto. «Nuestro sistema de formación es de los mejor valorados, y por eso a los médicos españoles nos llegan continuamente ofertas de otros países», señala Felices. La necesidad de preservar estas señas de identidad no implica que no haya margen para seguir creciendo en plazas. La Arrixaca «está haciendo un esfuerzo importante» para ampliar la oferta, y lo seguirá haciendo.
La falta de médicos, en cualquier caso, es una realidad a matizar, recuerda Alberto Nieto: España supera la media europea en ratio de profesionales por habitantes. Hay que centrar los esfuerzos en las especialidades concretas en que hay déficit, y hay que cuidar las condiciones para retener el talento.
Medicina Familiar y Comunitaria es una de las especialidades en las que más ha aumentado el número de plazas en los últimos años, hasta llegar a las 100 en la Región de Murcia en esta convocatoria. Marcos Margarit fue jefe de estudios en la Unidad Docente de esta especialidad en Lorca y Noroeste hasta el año pasado. «En Lorca hemos llegado a 11 plazas, que es el máximo de la capacidad. En el Noroeste aún hay centros de salud que podrían acreditarse», explica. «Los criterios son estrictos, pero no representan ninguna barbaridad. Lo que se te exige es que tengas sitio para que los residentes roten, porque no puedes meter a más gente si no hay disponibilidad en los servicios. Además, ya hay flexibilidad con ciertos parámetros de actividad que no siempre son posibles de cumplir», reflexiona este médico de familia. Un MIR de esta especialidad no solo necesita poder formarse en su centro de salud: tiene que rotar por distintos servicios del hospital de referencia, así como por las urgencias extrahospitalarias.
Más allá de esto, de poco sirve crear más plazas de Medicina Familiar si no se consigue que resulten atractivas, recuerda. En toda España quedaron vacantes, el año pasado, 202 plazas de la especialidad. En la Región de Murcia sí pudieron cubrirse todas.
Muchos jefes de servicio afrontan en el día a día los quebraderos de cabeza por la falta de médicos, y urgen a aumentar las plazas MIR. En Cardiología, la cifra permanece congelada en 5 residentes por año desde hace más de una década. «En La Arrixaca tenemos 3. Solicitamos subir a 4, pero la Comunidad no elevó la propuesta al Ministerio», lamenta Domingo Pascual, jefe de Cardiología en este hospital. Mientras, las bolsas de trabajo están a cero. «Hemos estado a punto de perder la financiación que nos ofrecía el Ministerio para que uno de nuestros cardiólogos se dedicara a un proyecto de investigación. No encontrábamos a un profesional para cubrir su hueco en la actividad asistencial», cuenta. Domingo Pascual reclama un correcta planificación que tenga en cuenta no solo las jubilaciones, sino también la «evolución de la medicina», con la incorporación de nuevos procedimientos y tecnologías. Además, el Ministerio debe desatascar la revisión de los programas formativos, advierte
Pablo Ramírez, jefe de Cirugía General de la Arrixaca, coincide en la necesidad imperiosa de aumentar las plazas MIR, y defiende que hay capacidad de sobra en su hospital. Su servicio dispone de 4 residentes por año, pero sobre la mesa está ya la solicitud de un quinto MIR. Ramírez urge a las administraciones a actuar «con valentía».
María Iniesta decidió que quería ser cirujana en cuarto de carrera, cuando en las prácticas se encontró con una tutora que le transmitió su pasión por la especialidad. «Me di cuenta de que me veía haciendo esto en el futuro, cosa que no me había ocurrido rotando por otros servicios. Así que me metí de alumna interna: estuve un año en el Morales Meseguer y dos en La Arrixaca», relata. Tras pasar por el examen MIR y aprobarlo con nota, cogió plaza en este último hospital el pasado mes de mayo.
María es lo que se conoce como R1 (es decir, médico interna residente de primer año), así que ha pasado estos primeros meses tomando contacto con la realidad del servicio de Cirugía General y Digestiva y enfrentándose a sus primeras intervenciones, siempre bajo supervisión de un cirujano adjunto. El bautismo de fuego con el bisturí no se olvida nunca. «Nos iniciamos con operaciones de apendicitis y cirugías menores, y sobre todo, asistiendo cirugías», explica. Lo más emocionante, para ella, ha sido la sensación de atender a sus primeros pacientes. «Cuando haces un procedimiento, luego sigues la evolución del paciente, incluso durante los fines de semana. Estás pendiente de las interconsultas, de que todo vaya bien», cuenta. Es una realidad que rompe con algunos estereotipos de la figura del cirujano, como también se van superando las barreras de género. El servicio de Cirugía General de La Arrixaca cuenta con cuatro MIR de primer año, y las cuatro son mujeres.
María relata su experiencia después de una guardia de 24 horas, con el cansancio reflejado en el rostro. Realiza cinco guardias de este tipo al mes, un ritmo que puede ser agotador, aunque «se aprende mucho».
Antonio Pujante, MIR de segundo año en el servicio de Cardiología de La Arrixaca, coincide. Enfrentarse a un infarto en Urgencias «es lo que más vértigo da», pero siempre hay un adjunto detrás ante una situación así. «El segundo año de residencia es un poco duro, porque es cuando empiezas a enfrentarte a la que va a ser tu especialidad; comienzas a ver casos complejos, y todavía te falta rodaje y experiencia. Te encuentras con adjuntos que están muy especializados y tienen un nivel increíble. Es gratificante porque conforme va pasando el tiempo vas adaptándote a la dinámica, vas aprendiendo, y puedes empezar a resolver tus propios problemas», confiesa.
El sistema MIR «favorece que uno se enfrente a situaciones difíciles. Nos somete a veces a mucho estrés, pero da buenos resultados porque te hace madurar muy rápido y acabas adquiriendo mucha experiencia», reflexiona.
De ello puede dar fe Alberto Espinosa, residente de cuarto año de Oncología radioterápica que será ya médico adjunto en unos meses. Su balance es «muy positivo», y las perspectivas de futuro son buenas, porque La Arrixaca ha dado un gran salto tecnológico con la adquisición de dos nuevos aceleradores lineales, con lo que se necesitarán más profesionales. Pero no en todos los casos se puede decir lo mismo. «Tras acabar el MIR depende de la especialidad, pero hay algo transversal: muchos adjuntos firman contratos cada tres o cuatro meses, sin una estabilidad», advierte. Parece contradictorio ante el déficit de médicos de la sanidad pública, pero es una queja recurrente de las organizaciones médicas.
También es permanente la reclamación de mejores condiciones para los MIR. Los hospitales no podrían funcionar sin los residentes, especialmente a partir de las tres de la tarde. Domingo Sánchez, representante nacional de la Sección de Médicos Jóvenes del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), lleva tiempo denunciando ante distintas instituciones que la dinámica de acumulación de guardias contraviene las directivas europeas, porque supone un exceso de jornada laboral. «Los programas formativos no pueden ir en contra de las normativas, deben adecuarse a ellas», advierte.
El salario base, además, se sitúa en unos 1.200 euros. Eso sí, se eleva con las guardias, que a veces pueden suponer casi la mitad de la nómina, explica Alberto Espinosa. «Es un sueldo que supera la media de lo que cobra la gente de mi edad, aunque a costa de muchas horas y mucho trabajo», resume. Y después de seis años de carrera y un exigente examen para acceder a la plaza.
Detrás de los buenos resultados del sistema MIR está el trabajo de muchos profesionales, desde los responsables de docencia de los centros sanitarios a los tutores. Todo un engranaje que sostiene la excelencia del Sistema Nacional de Salud.
María del Carmen Conesa entró ayer al Aulario General del campus de Espinardo, en Murcia, con el objetivo de salir de allí con una nota que le permita acceder a una plaza de enfermera interna residente (EIR) en Salud Mental. «Terminé hace dos años la carrera y he estado trabajando en Santander, donde vi más oportunidades laborales que aquí, en la Región. Pero creo que es importante especializarse, y después de la pandemia la salud mental ha adquirido más relevancia», reflexionaba antes del examen, acompañada por otras compañeras. Entre ellas María Díaz, que aspiraba a una plaza de matrona. «Debería haber muchas más especialidades en Enfermería, y también tienen que sacar bolsas de trabajo específicas. Es una realidad que debe visibilizarse», apuntaba.
Como ellas, casi 1.700 médicos, enfermeros, psicólogos (PIR) y biólogos (BIR), entre otros, trataban de calmar los nervios en el campus de Espinardo antes de las 15.00 horas, el momento en que comenzó el llamamiento en Murcia y en el resto de España para la prueba de acceso a una plaza de formación sanitaria especializada.
Esta convocatoria ha sido la mayor hasta la fecha. En toda España hay en juego 11.607 plazas, 414 de ellas en la Región de Murcia. La oferta se ha incrementado un 5% en todo el país, y un 6,7% en la Región. Salud subraya que solo La Rioja registra un mayor aumento.
En Enfermería, la capacidad docente ha crecido en tres plazas en Enfermería Familiar y Comunitaria, hasta las 56, y se ofrecen 10 en Enfermería de Salud Mental.
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