Arrecian las quejas en Murcia contra el nuevo sistema de bus

Ocurrió el viernes pasado de manera improvisada y se repitió este jueves, pero ya bien organizada y con el permiso de la Delegación del Gobierno. Una treintena de trabajadoras bloquearon desde primeras horas de la mañana y durante un par de horas la salida de la línea de bus 5A (La Alcayna-Altorreal-Murcia Universidad-Murcia centro) en la parada de la plaza Circular. Un servicio que depende de la Comunidad Autónoma y que cubre la empresa Interbus.

«Solo queremos trabajar, pero con estos nuevos horarios y rutas, todo se ha complicado mucho», explicaron Liliana y Pepa, dos portavoces de este colectivo que aseguraron ayer que no pararán hasta que les escuchen. De hecho, explicaron que hoy viernes por la mañana tienen «por fin» una entrevista con representantes de la Consejería de Fomento, de la cual depende el servicio.

«Queremos que vuelva la línea 52, como estaba antes», apuntaron, y lamentaron que el recorrido actual les da «mucha vuelta, incluso pasamos por la Universidad, y tardan mucho más». «Es un desastre y no han tenido para nada en cuenta nuestras necesidades; no sabemos quiénes ni dónde han elegido estas rutas», añadieron las trabajadoras.

«Si seguimos así, vamos a perder nuestros trabajos», comentaron, esperando que la Consejería termine por cambiar los recorridos y frecuencias. «Hay mucha desesperación porque somos un colectivo olvidado», concluyeron. Y se mostraron esperanzadas de que en la reunión de hoy se escuchen sus reivindicaciones y haya cambios.

Los viajeros de las antiguas líneas 49 y 52, que unían Murcia con las urbanizaciones molinenses de La Alcayna y Altorreal, y que han sido unificadas en la línea 5A de la concesión de Molina de Segura, han perdido una frecuencia por la mañana y han pasado de tener dos, a las 7 y a las 8 de la mañana, a una sola a las 8.30 horas.

Pero no es el único caso. Basta con entrar en las redes sociales para navegar en un 'hilo' generalizado de quejas, tanto por los «peores» y recortados horarios, como por la falta de información generalizada, y por la reducción del tamaño de los autobuses, que provoca que, en horas punta, muchos usuarios se queden en tierra. Los conductores son los primeros que sufren las consecuencias del malestar vecinal, al recoger la ira de los ciudadanos.

También hay críticas porque no se pueda utilizar el mismo bono transporte si el usuario hace un transbordo para ir, por ejemplo, de Alcantarilla a Molina de Segura. Cada una de las tres concesionarias del servicio del área metropolitana de Murcia (Interbus, Alsa y Orbitalia) tienen sus propios bonos.

Otra de las protestas insistentes que llegan a la Plataforma por la Defensa del Transporte Público procede de los universitarios que, en el municipio de Murcia, han perdido el bono que utilizaban hasta el pasado viernes (no lo paga y no lo admiten los autobuses de pedanías).

También se quejan los usuarios que antes solo pagaban 1,05 euros al subirse a cualquier autobús para hacer un trayecto netamente urbano en Murcia y ahora, si el autobús es de pedanías, debe abonar 1,85 euros. Desde la pedanía de Sucina, los usuarios reclaman más frecuencias. En general, hay una sensación «de caos» y que «siempre sufrimos los mismos».

El alcalde de Murcia, José Antonio Serrano, manifestó que aunque los mayores problemas se estaban dando en las líneas que dependen de la Comunidad, «moralmente» se sentían obligados a buscar una solución conjunta con la Administración regional. «Estamos a la espera de tener una reunión» con la Consejería de Fomento «y cuando nos convoquen, allí estaremos», dijo.

En Fomento insistieron en que las incidencias «son las propias del arranque de un renovado sistema de movilidad regional», con líneas que no existían antes, y al que «hay que hacerle ajustes puntuales», tras comprobar su funcionamiento «con tráfico real».

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