Los secretos de la fachada de la Catedral de Murcia se revelan a los visitantes: «Este era mi sueño»

A las 11.30 horas de este martes el primer grupo, formado por 15 personas, daba el pistoletazo de salida a las visitas guiadas que podrán realizar los interesados en ser testigos de cómo los operarios llevan a cabo los trabajos de restauración.

Antes de empezar el recorrido, Miguel Ángel, guía en el Museo Catedralicio, daba unas pinceladas arquitectónicas e históricas en el Centro de Interpretación a los asistentes acerca de lo que podrían encontrar. Una vez dadas las nociones básicas, ataviados con un casco y un chaleco amarillo como medida de seguridad, llegaba el ansiado momento de subir cada uno de los peldaños que configuran este andamio.

«Hemos preparado una visita para que los ciudadanos conozcan el por qué del imafronte y también a qué se debe la elección del programa iconográfico que lo constituye. Resulta muy interesante porque los murcianos muchas veces lo contemplamos pero no lo conocemos realmente», aseguró Miguel Ángel.

Desde el momento en el que se abrió la puerta que da acceso a este laberinto de metal, comenzaban a desvelarse los primeros datos acerca de estas figuras, unos detalles que eran más desconocidos a medida que los asistentes ascendían. Entre los más destacados, la cabeza de un musulmán que reposa a los pies San Fernando o la marca en la cabeza de San Emenegildo.

Entre los visitantes eran más que evidentes las expresiones de asombro al estar tan cerca de estas obras, algo que para algunos «era impensable» hasta ahora. Algunos se atrevían a preguntar las dudas que les surgían sobre las explicaciones del guía, mientras que otros, conocedores de la historia de la Catedral, incluso se lanzaban a añadir algunos datos al resto del grupo. Finalizado el recorrido, a los pies del imafronte, todos coincidían en lo impresionante de la vivencia.

Pedro José Mateo no se lo pensó dos veces cuando conoció que se iban a llevar a cabo las visitas: «Soy de Murcia, he estudiado historia del arte y me he empapado de la fachada y lo que quería era verlo de cerca». La experiencia la calificó como «para repetir» y destacó que quiere volver «una vez hayan finalizado los trabajos y retiren el andamiaje».

Entre los asistentes también se encontraba un grupo de amigas que disfrutaron de esta aventura juntas. Maribel, Yolanda y Marisa no desperdiciaron esta oportunidad única y destacaron «los pequeños detalles» por los que está compuesto el imafronte. Además, Maribel añadió su sorpresa al comprobar de primera mano los efectos del paso del tiempo en las imágenes: «La erosión que hay en la parte inferior es mucho menor que en la superior». Por su parte, Yolanda destacó «los rasgos de los ángeles, el medallón de Santa María de Gracia y el símbolo del Obispado. Me ha parecido un regalo».

Pero si para alguna era especial esta visita, fue para Marisa. «Era mi sueño», confesó esta profesora de Historia del Arte jubilada y «murciana de corazón». De hecho, hizo su tesina de licenciatura sobre la fachada. «Jamás me habría imaginado que podría contemplarla en primera persona y en directo», señaló. A pesar de todo lo que conocía de esta estructura barroca, reconoció que la experiencia superó sus expectativas: «Una cosa es estudiarlo a través de fotografías y otra verlo de cerca. Hay cosas que me han impresionado, estoy emocionada».

Una vivencia que tanto ella como el resto de miembros del grupo no olvidarán jamás, más aún al ser los primeros en conocer a escasos metros la historia y detalles que esconde el imafronte.