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El hallazgo de niveles anómalos de plomo en sangre en dieciocho niños y madres de los municipios de Cartagena y La Unión ha llevado en las últimas semanas a la Consejería de Salud a aplicar medidas de seguimiento e intervención que incluyen la búsqueda de fuentes de contaminación por metales pesados alternativas a la exposición a residuos mineros. A raíz de los resultados preliminares del estudio epidemiológico Emblema, especialistas del Servicio Murciano de Salud han realizado nuevos análisis de las personas afectadas, que viven tanto en localidades de la Sierra Minera como en pueblos donde no ha habido minería, y les han dado pautas sobre alimentación, hábitos de ocio y de higiene en el hogar.
En al menos un menor, y con todas las cautelas que exige este tipo de situaciones, los especialistas han constatado que la intervención en la dieta ha reducido ya de forma notable los valores iniciales del citado elemento químico.
5 microgramos de plomo por decilitro de sangre es el valor de referencia para tomar medidas preventivas establecido por la Organización Mundial de la Salud.
Así lo aseguraron a 'La Verdad' ayer viernes la investigadora principal del estudio, la epidemióloga María Dolores Chirlaque, y el médico de Salud Pública Jesús Humberto Gómez. Ambos insistieron en el llamamiento a la «tranquilidad» a la población que hicieron ya a principios de febrero. Recordaron que el estudio refleja la influencia de la exposición a residuos mineros en la presencia de metales en el organismo, puesto que los niveles de los habitantes sometidos a revisión son ligeramente superiores, pero descarta que vivir en la Sierra implique un riesgo significativamente mayor de contaminación.
Ninguna de esas dieciocho personas ni el resto de las analizadas en Emblema -que abarca 189 unidades familiares de la Sierra y 175 de la zona no minera- presentaron valores de plomo y cadmio que supongan toxicidad, remarcaron en la Consejería. Y precisaron que cuatro niños y cuatro madres tenían más de 5 microgramos de plomo por decilitro de sangre, el índice de referencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para adoptar medidas preventivas; y que otros diez niños tenían más de 3,5 y menos de 5.
De forma coordinada, médicos de Atención Primaria, especialistas de los servicios de Pediatría y de Medicina Interna del Hospital Santa Lucía y funcionarios del área de Salud Pública de Cartagena están llevando a cabo acciones como nuevos análisis de sangre; encuestas sobre conductas nocivas por parte de los adultos, como el consumo de alcohol y tabaco; recogida de datos sobre hábitos de juego de los críos; toma de muestras del agua y del polvo en las viviendas de los afectados.
Respecto a una de las familias, los expertos han reunido indicios sobre la relación entre la contaminación de un menor y el consumo habitual de té de importación, con un alto contenido en plomo. La interrupción en la ingesta de esta bebida ha tenido como efecto una reducción del plomo en sangre a valores inferiores a los de vigilancia. En otros casos, hay sospechas relativas a la ingesta de plomo en actividades relacionadas con la pesca y en el manejo de plastilina de baja calidad. En cuanto al tabaco, los especialistas han confirmado que, como han mostrado otros estudios, los fumadores padecen índices de cadmio que llegan a duplicar a los de personas sin este hábito.
Para contribuir a la «transparencia», incluido en las previsiones del Plan de Recuperación Ambiental de los Suelos Afectados por la Minería de la Región de Murcia (Prasam) 2018-2028, la Consejería ha publicado los resultados provisionales de Emblema desagregados por poblaciones. El Gobierno regional, que ha subido las cifras a la web del Servicio Murciano de Salud, atiende así la solicitud de la Asociación de Vecinos de Llano del Beal, la Plataforma de Afectados por los Metales Pesados de la Sierra Minera y los ayuntamientos de Cartagena y La Unión.
En la Comunidad advirtieron de que los datos «deben ser tomados con precaución, ya que, por el propio diseño del estudio, no representan necesariamente los valores poblacionales de cada localidad, sino los valores medios de los niños y madres que han participado». En Llano del Beal fueron invitados todos los escolares de seis a once años, unos 120 niños, pero sus padres solo autorizaron a participar como voluntarios a una veintena. Según Salud, adujeron que ya les habían hecho análisis, que no tenían tiempo y que preferían no tener que pincharles para recoger sangre, entre otras razones.
«El diseño del estudio tiene por objetivo comparar las áreas expuesta y no expuesta, no para ofrecer los valores medios de la población», hicieron hincapié en la Comunidad. La zona minera incluye Llano del Beal y Estrecho de San Ginés, en el municipio de Cartagena, y Portmán y La Unión, en el unionense. Y la no minera, los núcleos cartageneros de La Puebla, El Albujón, Pozo Estrecho y La Palma. Los datos «reflejan que todas las medias y medianas de las poblaciones están por debajo de los valores recomendados de menos de 5, y que a los que tienen más de 3,5 se les está haciendo un estudio clínico y epidemiológico ambiental».
Por ahora hay «valores brutos provisionales», puesto que «se está realizando los análisis estadísticos para ajustarlos por las diferentes variables recogidas». El estudio revela que el nivel medio de plomo en la población infantil es de 1,6 en el área minera y de 1,08 en la no minera. Con respecto a la población adulta, se sitúa en 1,28 en la minera y en 1,16 en la no minera. En cuanto al cadmio en sangre en los niños, es de 0,24 en las dos zonas, mientras que en las madres es de 0,69 en el distrito minero y de 0,65 en el otro territorio.
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