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Una de las camareras de las barracas portando una bandeja con comida. javier carrión /agm

«Ansia viva» de barracas en Murcia

Los murcianos se lanzan a los ventorrillos en el primer día de las Fiestas de Primavera, aunque con menos oferta de la habitual por la notable ausencia de varias peñas: «Falta relevo generacional»

Domingo, 17 de abril 2022

Abuela, madre e hija llevan un ratito esperando a encontrar una mesa libre en la atestada peña Los Güertanos, la decana de los huertos del Malecón. Nunca es plato de buen gusto hacer cola bajo el sol, pero las tres generaciones de la familia lo hacen con una sonrisa porque, ¿qué suponen unos minutos de espera comparados con dos años de retraso pandémico? «Hay que cumplir con la tradición y rendir homenaje al abuelo, que nos dejó hace unos años», resume Mari Carmen, la abuela, que logra contener la emoción amarrándose a la risueña e ilusionada mirada de su nieta Lucía.

«Nos muerde el ansia viva», define de forma elocuente Jose Gabriel frente a un surtido de delicatessen huertanas encabezadas por un suculento plato de michirones. Sobre la mesa también hay «morcillicas», salchichas, sobrasada con queso, caracoles, acelgas y sangre frita. «Y luego vendrán los paparajotes y el café de puchero. Y los 'güertanicos', que nos sabemos lo que son, pero habrá que pedirlos. Y mañana repetimos, que hay que probar los guisos», advierte. Este vecino del barrio del Carmen, que se define como «muy murciano y muy tradicional», representa a la perfección las muchas ganas con las que miles de murcianos estrenaron en masa este domingo la apertura de las barracas huertanas en los diferentes puntos de la ciudad. Colas desde el mediodía para hacerse con una de las preciadas mesas. De hecho, este año son más preciadas que nunca debido a una notable caída de la presencia de peñas que han decido sacar sus manjares a la calle. De los treces huertos que antaño poblaban el jardín del Malecón, solo sobreviven las peñas Los Güertanos, El Salero y El Trillo.

«La economía ha hecho mucho daño, pero también falta relevo generacional», explica la presidenta de la peña El Salero, María del Carmen González. «Hemos tenido que subir los precios porque, si no lo hacíamos, no era viable abrir la barraca», subraya el presidente de Los Güertanos, José Luis Martínez, que prevé servir «unos 10.000 paparajotes» a lo largo de esta semana. Pocos parecen.

Los Güertanos es la peña de la Reina Infantil de la Huerta, Ángela Moreno, que a sus once años parece toda una profesional echando una mano tras la barra entre montañas de tostas de sobrasada con queso y decenas de kilos de salchicha y longaniza. «Estoy súper emocionada. Mi objetivo principal es pasármelo bien. ¿Hoy? Quiero comerme unos matasuegras», resume.

Santiago, del barrio del Carmen, y Saray, de Mazarrón, también tenían muchas ganas de 'morcilleo' después de dos años de confinamientos con patatas. A Santiago se le notaba curtido en mil barracas, pero Saray era la primera vez que pisaba un ventorrilo en su vida. Y, por la sonrisa de satisfacción, tras apretarse unas albóndigas, un plato de zarangollo y unos michirones, parece que la experiencia ha merecido la pena: «Todo muy típico, y todo muy bueno». Por un Malecón especialmente desangelado en comparación con otros años también se pudo ver a visitantes de otras provincias y a turistas extranjeros. Simon, de Eslovenia, dejaba claro que, «habiendo carne, nada puede salir mal».

Precios «asequibles»

Ninguno de estos ávidos amantes de la gastronomía huertana se quejaba del aumento de precios que han tenido que realizar las peñas como consecuencia del desorbitado aumento del coste de las materias primas. José Gabriel, por ejemplo, ya «veía venir» la subida de precios en las barracas, así que de postre viene una ración de 'tragaderas': «Nos lo imaginábamos, tendremos que aceptarlo». Saray, por su parte, también entiende que «ha subido todo y las peñas tendrán que ganar algo». Santiago, de hecho, ve hasta «económico» el festín que se ha pegado hoy junto a su pareja. «No me parece muy caro, lo veo asequible».

«Ha subido todo muchísimo. La carne, la verdura, la bebida, la luz, el gas... Nosotros no hemos subido los precios por gusto, simplemente nos hemos adaptado a los precios de lo que compramos en la actualidad para compensar esa subida», explica el presidente de la peña Los Güertanos. Para la mayoría, pagar menos de 1,5 euros cuando por un tercio de cerveza no parece excesivamente doloso cuando acabas de apoquinar cincuenta veces más por un depósito de gasolina.

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