John McTiernan: «Me gustaría hacer una película de ciencia ficción en un bosque de Bilbao»

-¿Conocía Murcia?

-No. Había estado en Madrid, en Barcelona y en Almería, donde estuve un par de días en casa de Sean Connery. Por aquella época hicimos una película juntos y nos llevábamos bien.

-¿Qué le gusta de España?

-Me encantan los bosques del norte. Estuve hace más de 40 años cuando estudiaba en la escuela de cine. Pero ahora parece que hay más bosques, ¿no? ¿Ha habido política de reforestación en el norte de España?

-Pues no me suena. Si acaso, eso tendría que haber sido más en el sur, y tampoco se nota.

-¿Qué altura tiene Murcia respecto al nivel del mar?

-La capital creo que unos 40 metros. El punto más alto de la Región supera los 2.000.

-Yo viví en Wyoming (Estados Unidos), y allí hay 6.500 metros sobre el nivel del mar.

-Interesante dato. ¿No ha pensado en la Región de Murcia o en España como destino para la jubilación, como muchos de sus compatriotas? Sol, playa, buen clima, buena comida...

-No. A mí mujer sí le gusta el sol. Pero a mí me gusta la lluvia. Donde vivo, en la Columbia Británica, en el norte de Vancouver (Canadá), llueve cuatro o cinco meses al año. Lo que también me gusta de España es el vino.

-Desde su última cinta, 'Basic', lleva más de 20 años sin rodar. ¿Ha pensado en volver?

-Sí... [Piensa] De hecho, me gustaría hacer una película de ciencia ficción en un bosque de Bilbao. No es un proyecto en firme. Solo es algo que me gustaría hacer.

-¿Echa de menos la acción?

-Bueno... No tanto. Ahora me traen guiones y yo me encargo de arreglarlos, de poner los puntos sobre las íes. Pero son proyectos tan malos que no quiero poner mi nombre. Lo peor que me ha pasado en mi carrera ha sido trabajar en malas películas impuestas por el estudio en las que tú no puedes hacer nada. Me ha pasado un par de veces. No quiero volver a pasar por ello.

-¿Y una película con mensaje o denuncia política?

-Todas mis películas suelen tener algo político. 'La jungla de cristal' es una película política. Pero la manera exitosa de hacer esto es de manera silenciosa, sutil. Ambientándolas en Navidad, por ejemplo, como 'La jungla de cristal', para que la gente no se enfade.

-¿Se pueden hacer ahora películas de denuncia política en Estados Unidos, aunque sea de manera sutil y aunque estén ambientadas en Navidad?

-No lo sé. Lo que está pasando en América es terrible. Tenemos un presidente del Ku Klux Klan.

-¿Ha cambiado mucho la industria del cine desde que usted paró de hacer películas?

-¡Completamente! Y por eso paré, precisamente. Fue el momento en el que se empezaron a hacer películas de superhéroes. Todos los estudios han sido comprados por grandes corporaciones. Ahora no son los directores los que manejan la industria, son personas que se mueven por el dinero. ¿Se ha dado cuenta de que ahora todos los coches parecen iguales? No se puede diferenciar un Toyota de un Volvo. Con las películas ocurre lo mismo. Ahora los diseños son más generales porque lo que se busca es la mayor rentabilidad posible. Cuando yo era pequeño, me sentaba por la noche en el porche de mi casa con mi abuelo y jugábamos a adivinar los modelos de coches que venían por la carretera por las luces de sus faros: un Ford, un Shelby, un Dodge... Ahora es imposible, porque todos los faros son iguales. Es lo mismo con las películas. Todo es por el dinero Y creo que es terrible. Porque las películas eran el centro de la cultura, unían a la comunidad, la gente compartía las historias. Como pasaba en Roma o en Grecia con el teatro. Pero esto ha desaparecido. Y esto ocurre porque la riqueza cada vez está más concentrada en menos personas. Algo parecido pasa con la comida. Un tercio de los supermercados solo vende comida basura. Cuando se dijo que el tabaco mataba, ese modelo de consumo pasó a la industria alimentaria. Lo que hacían con el tabaco, lo hacen con el trigo, con las patatas, con el maíz. Y mata igual. Esto es algo muy antiguo que sucede desde hace 200 años. Si no cuentas los estados confederados &ndashel partido republicano es en realidad los confederados, el viejo sur, Trump ha perdido en el norte por cinco millones de votos. Mucha de la cultura del sur ha conquistado el resto del país, y es una cultura predadora. Es lo que ha pasado y es lo que sigue pasando. Con el trigo, con los vehículos, con el cine... No te importa la comunidad porque tú eres la comunidad.

-Del cine español, ¿qué puede destacar?

-Me gustan los camarógrafos, la fotografía de las películas españolas, su cinematografía. ¡Y me encanta Javier Bardem! Admiro mucho su inteligencia, es muy listo. Me parece maravilloso y me hubiera gustado mucho trabajar con él.

-En términos generales, ¿qué odia?

-A los ricos. O, mejor dicho, a los ricos que se hacen ricos a costa de empobrecer a los demás. Y en mis películas está muy presente ese mensaje.

-¿Tiene algún sueño por cumplir?

-Sí, varias cosas. Estoy trabajando en ellas, pero las mantendré en privado [sonríe]. Pero, si insiste, hay tres películas que me gustaría hacer antes de morir. Y ojalá puedan salir adelante.