Almagro pide paciencia con Carlos Alcaraz

Nico Almagro (Murcia, 36 años) fue el pionero. Nadie antes había elevado tanto al tenis murciano (ganó trece títulos sobre tierra batida y llegó a ser el número 9 del mundo en mayo de 2011) y tampoco nadie imaginó que tan pronto iba a ser superado por un jugador nacido en su mismo municipio. «Albert [Molina, su agente y ahora el de Carlos Alcaraz] me decía que venía un niño empujando fuerte y que jugaba de maravilla, pero lo cierto es que nadie podía pensar en una explosión así», admite Almagro en una conversación con LA VERDAD en la sede de Identity Sports, la agencia de representación murciana con la que trabaja ahora el extenista, retirado en 2019 .

«Carlos Alcaraz ha quemado las etapas muy rápido, aunque el potencial estaba claro que existía. ¿Es bueno que haya llegado tan pronto el éxito? Yo creo que sí. Es mejor esto que andar intentando dar pasitos y no llegar a instalarse nunca entre los diez primeros. Él ya está cerca de los cinco primeros, ha ganado dos Masters 1000 con una superioridad casi insultante y ha demostrado que la presión no le puede», diserta Almagro sobre los primeros pasos de su paisano en el circuito.

¿Es favorito en Wimbledon? «Yo creo que el gran candidato a ganar es Novak [Djokovic]. Y luego pondría a Rafa [Nadal] y a [Matteo] Berrettini. Un Grand Slam es diferente. Yo tengo claro que eso va a llegar y Carlos ganará este tipo de torneos, pero hay que recordar que tiene 19 años y que son torneos muy especiales, de dos semanas, con un día de descanso entre ronda, partidos a cinco sets y una presión que no existe en un Masters 1000», responde.

Con todo, el que fuera dos veces ganador del ATP 500 de Acapulco apuesta por Alcaraz de cara al futuro. Lo ve dominando el circuito en unos años. «Hemos convivido con una generación que no la vamos a volver a ver nunca más. Son 62 Grand Slam ganados entre tres personas. Son 12 o 13 años sin poder lograr un 'Major', porque todos los han ganado Federer, Nadal y Djokovic. Ahora se abre un abanico de posibilidades y esto es una ventaja para Carlos, sin duda», comenta.

A él no le fue muy bien en Wimbledon. Su techo allí fue la tercera ronda y su balance en el All England Club acabó siendo de 9 victorias y 10 derrotas. «Me costaba adaptarme al juego de hierba. La temporada en pistas de césped es corta, solo son tres semanas... No es fácil. Al final, yo era un jugador que me sentía muy cómodo en tierra batida y [Wimbledon] era un torneo que dejabas un pozo al azar en lo concerniente a la preparación. No obstante, mi diploma olímpico lo conseguí en hierba, en Londres 2012. Perdí en cuartos contra [Andy] Murray, que luego ganó la medalla de oro. Pese a esto, tengo que decir que Wimbledon [donde Almagro obtuvo en 2012 su récord de aces (48) en un partido contra Olivier Rochus] es especial, porque respiras historia, hay un tipo de guardia distinto en cada puerta, está la ceremonia de las fresas, el té, todo el mundo viste de blanco, una zona exclusiva para la realeza británica... Se genera una atmósfera preciosa. Como torneo, es el más bonito», opina.

Echando la vista atrás, Almagro dice que «no tengo absolutamente nada que reprocharme» de una carrera en la que «no sabemos qué hubiera pasado si no me llego a encontrar tres veces con Rafa Nadal en Roland Garros o una vez a Federer en el US Open o aquella vez a Murray en Londres 2012. Estaban Nadal, Federer, Djokovic, Murray, Ferrer, Del Potro, Berdych y Davydenko. Y luego yo. Pillé una época increíble y esa semilla que mis padres pusieron cuando yo era un niño brotó. ¿Pudo haber sido mejor? Igual sí. Pero también pudo haber sido peor y estoy muy orgulloso de la carrera que tuve y de la vida que llevé cuando jugaba», resume.

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