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ISABEL IBÁÑEZ
Lunes, 1 de septiembre 2014, 12:45
La decapitación del periodista Jim Foley a manos de un yihadista, grabada en un vídeo con el que se amenaza a Estados Unidos, es la última prueba de la barbarie a la que puede llegar el ser humano. La mayoría de los ciudadanos, ante la visión de estas imágenes, solo aciertan a preguntarse cómo es posible tanta violencia a sangre fría, pero los expertos, por simple deformación profesional, no han podido evitar reconocer inmediatamente el arma que sujeta el terrorista. Ricardo Lop, de la cuchillería turolense Aceros de Hispania, dedicada a la venta por internet, no duda un instante, pese a que la calidad de la foto deja que desear: «Es un 'Jungle King II' de la marca Aitor».
Coinciden con él el resto de especialistas consultados. El 'Jungle King II' es un cuchillo de supervivencia que empezó a fabricarse en las instalaciones de la marca Aitor en Ermua (Vizcaya) en los años 80. Según el gerente de Aceros de Hispania, fue la película 'Acorralado' (1982), la primera de la saga Rambo, la que puso de moda cuchillos como el que usaba Stallone. El 'Jungle King II', hoja de 13 centímetros y casi medio kilo de peso, esconde en su mango hueco y su funda kits de pesca y de costura, botiquín, brújula, pastilla de magnesio, piedra de afilar, tirachinas...
En 2006, la sede social de Cuchillos Aitor mudó a Albacete, absorbidos por la empresa Pielcu, que ha preferido no responder a este periódico. En la actualidad, bajo el nombre de Rehabe SLL sigue creando productos Aitor que llegan a todo el planeta desde esta localidad vasca y también desde la capital castellano manchega. En la web corporativa de Aitor explican que «exportan el 50% de su producción a más de 50 países de todo el mundo, entre ellos Alemania, Francia, Italia, Japón, Argentina, Brasil y EE UU, siendo proveedor de numerosos ejércitos y organismos oficiales como la ONU y la UNESCO». El Ejército español también se surte de la marca, aunque no del 'Jungle King', sino de otros modelos como el 'Oso Blanco' y el 'Oso Negro'.
El dueño de una armería de Burgos que prefiere mantener el anonimato confiesa a este periódico que también se sorprendió: «Estaban emitiendo el vídeo en televisión y tuve que volver la cabeza ante tanta violencia, no deberían poner estas cosas. Fue luego, al verlo en un diario, cuando me fijé en el cuchillo. Es un Aitor. El 'Jungle King II' es el hermano pequeño del I, el doble de grande y que fue designado por una revista estadounidense el mejor cuchillo de supervivencia del mundo, uno de los motivos por los que se hizo famoso». En España, el nombre de la marca se extendió gracias a que, al terminar la mili, los reclutas volvían a casa con una navajita multiusos de esta fábrica.
El 'Jungle King' ha sido imitado por otras marcas (un ejemplo es Martínez Albainox), a precios más baratos que el original, que cuesta en torno a los 100 euros. Por la poca nitidez de las fotos, podría tratarse de una de estas imitaciones, aunque los expertos creen reconocer hasta la extensión del nombre Aitor en el metal. ¿Cómo ha podido llegar este cuchillo de origen español hasta un terrorista yihadista? De muchas maneras. «Debe de haber miles repartidos por todo el mundo, en tiendas y en manos de particulares, así que podría haber sido comprado en un comercio o a través de internet, intercambiado o robado a un turista...», cree el gerente de otra cuchillería consultada.
Un comprador británico
Ricardo Lop, de Aceros de Hispania, reconoce que ha buscado en la base de datos de sus clientes (unos 40.000) para saber si hay algún británico que haya comprado ese modelo en los últimos años. «Es muy fácil que se haya comprado en una tienda española, aunque sea por internet. Ese cuchillo no deja de ser una pista para localizar al asesino», dice refiriéndose al londinense que, según el periódico 'The Guardian', se hace llamar John y es el cabecilla de un grupo de británicos dedicados a custodiar en Siria a occidentales secuestrados. Les apodan los Beatles por su origen, según un exrehén.
La Policía suele acudir a las cuchillerías, armerías en general, para localizar a delincuentes. Lop, al ver las fotos del falso monje shaolín detenido el año pasado en Bilbao por asesinar a dos mujeres, reconoció al sujeto: «Busqué en la base y allí estaba, había comprado una especie de estilete. Contacté con la Guardia Civil». Otro ejemplo: la Policía acudió a una armería de Burgos preguntando por un tipo concreto de navaja: «Fue hace diez años, un atraco a punta de cuchillo en el centro de la ciudad. Les dije que una pareja había estado mirando el cajón con ese modelo, pero se fueron sin comprar. El agente me pidió que le acercara el cajón; habían dejado una igual manchada de sangre y se habían llevado otra».
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