Secciones
Servicios
Destacamos
Siento decirte querido Olcina que las verdaderas fuerzas del mal no se encuentran en los 'chis' de Mendoza, Satanás reside en los recuerdos de Facebook.
Todos los días sin excepción, el invento de Zuckeberg me manda la maldita notificación. ¿Y quién te ha dicho a ... ti si quiero verlos? Que es la lotería de los sentimientos, Mark, que nunca sabes qué o quién te va a salir. Pero cada mañana pincho religiosamente, porque sufrir gratuitamente es una personalidad y es la mía. Como cuando reducimos la velocidad al pasar junto a un accidente, rindiéndonos ante el 'vouyerismo' inevitable.
Porque ¿quién quiere recordar que no hace tantos años era más mona, mucho más delgada y con la cara en su sitio? Que hoy me has recordado el viaje a Dublín de 2013 y, por muchos sueldos que me he dejado en la radio frecuencia, tengo la cara de un perro pachón. O por qué nadie me dijo que aquel vestido que no me quité en 2014 me quedaba de pena. Por no hablar de cuando me poseía Paulo Coelho porque me había encoñado con algún pavo. Mátame camión.
Y otra cosa que te pido Mark es que dejes de notificarme recuerdos con gente que he borrado de mi vida, que hay mañanas que el café se me atraganta. Aunque, sinceramente, me duelen más los recuerdos de cuando estaba más delgada que cuando estaba con mi ex, señal inequívoca de que lo tengo más que superado.
Sin embargo, no todo va a ser malo, mi versión de 2016-2017 de festival en festival me encanta, o las fotos de mi sobrino cuando era un bebé precioso. No, eso tampoco me gusta, que me recuerdan lo rápido que ha crecido y que me ha cambiado por el Fortnite. Y eso si que es el verdadero mal.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.