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Quizás no se necesiten 500 páginas para escribir algo que nos remueva los cimientos y nos haga reflexionar. A Pedro González Carranza le bastaron diecisiete líneas para expresar, en una emotiva carta a la directora de EL PAÍS, el desgarro que sentía por la muerte ... de su esposa y su queja ante una sociedad anestesiada ante el dolor ajeno.

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