La cabra, el Bizum y el mar

Felicidad, qué bonito nombre tienes. Y nosotros ahí huyendo de ella. Por algún motivo, decidimos en los momentos exactos, bajo las luces perfectas, cambiar, huir, no apostar, correr solo con nuestro corazón por la carretera, dentro de una funda de guitarra. ¿Es más valiente el ... que huye y lucha o el que aguanta y lucha? La lucha, obvio, se presupone siempre. Huyó el Lichis del éxito de La Cabra Mecánica. Huimos del éxito de nuestro propio amor a veces. Y como es verano y nos bañamos mucho en la playa, cerca de las rocas, no notamos los cortes que nos hacemos. Saltamos, cantamos, volvemos al agua. Sientes algo entre viejas alegrías, un pequeño escozor de sal, como un recuerdo en la piel. Pero hasta que no sales del todo, reposas y te secas, no eres consciente de si el roce es más o menos profundo, si sangra. Y entonces un día ves el color rojo y piensas: maldita sea, volvamos a aquel pasado, volvamos a nuestra antigua banda de música, al local antiguo, al antiguo amor. Y todas las vías de regreso están bloqueadas. Ni mail. Ni teléfono. Ni amigos. Ni concierto de reconciliación. Nada te conecta con aquella persona del pasado. Somos carne de canción, y todas hablan de lo mismo. Pero hay una vía de agua entre las rocas. Un acceso: Bizum. Escribo tres Bizum de un euro a mi antiguo amor, 35 caracteres por mensaje. Me ha tenido que leer. Y aunque no me ha contestado, tampoco ha rechazado ninguno de los envíos. Es pues, esa esperanza, mi única riqueza, menos tres euros.