![Xoel López conecta con el público durante su concierto en el Auditorio Paco Martín del Parque Torres este jueves.](https://s3.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2024/07/26/1484110592-k31B-U220818818093QKF-1200x840@La%20Verdad.jpg)
Ver 19 fotos
Secciones
Servicios
Destacamos
Ver 19 fotos
Lo que tienen los genios, entre muchas otras particularidades, es que, cada vez que te encuentras con ellos, parece la primera. Se repiten los nervios previos, la cuenta atrás que parece mirar exclusivamente hacia delante, los pronósticos sobre lo que encontrarás, recuperarás, estrenarás y echarás ... en falta. Se repite el deseo de repetir lo irrepetible y recuperar lo irrecuperable. De sentir el impacto original. De que aquel estribillo que te capturó para siempre se deshaga de las arrugas que dibuja el tiempo y recobre el tacto de la caricia original. De volver, volver y volver. Pero no sucede. Nunca. Ahí reside el misterio y el prodigio. El gran truco de los magos de referencia. En cambiar de disfraz y máscara antes de cada cita para que sea diferente y única. Y eso es lo que sucede con Xoel López, artista que entró por la puerta grande a La Mar de Músicas ofreciendo el mejor concierto, con amplia diferencia, de cuantos hemos visto hasta el momento en esta vigésimo novena edición.
Coexisten en él mil artistas enfundados en un solo traje, decenas de voces unificadas bajo un mismo manto de morriña y sol y un alma musical libre y pura, inquieta e irrompible, dorada y melancólica, peregrina y atemporal. Cada uno de sus discos respira su propio aire, juega en su parcela particular, verde y otoñal dependiendo de la estación vital, y está dibujado con sus propios colores, pero todos, sin excepción, comparten y transmiten un estado de inspiración que parece infinito. Tanto en su memorable etapa al mando de Deluxe como en su apasionante fase actual, la cual se inauguró en 2012 con el formidable 'Atlántico', sin olvidar esa maravillosa aventura protagonizada junto a Félix Arias llamada Lovely Luna, estamos ante uno de esos orfebres de la palabra y la melodía que hacen que cada canción sea el comienzo de un viaje infinito.
Con semejantes antecedentes, solamente teníamos que acomodarnos en un abarrotado Auditorio Paco Martín del Parque Torres para deleitarnos con la propuesta de un artista que, además, ha sabido trasladar a la perfección las señas de identidad, lenguajes y estímulos que proyectan sus trabajos de estudio al ámbito del directo. Y así quedó reflejado en Cartagena, ciudad en la que López, extraordinario a nivel vocal y en su condición de radiante y elegantísimo 'frontman', contó con una sensacional puesta en escena, un sonido impoluto, un público cómplice, un fantástico grupo de músicos entregados a cada causa estilística y, por encima de todo, un repertorio incontestable.
Desde los compases de 'Here comes the sun' a modo de introducción que dieron paso a 'Faneca Brava' hasta la adictiva 'Tigre de Bengala', Xoel brilló como solamente lo hacen los genios, es decir, logrando que lo extraordinario pareciese algo sencillo. Ya fuera conectando 'Esto no es amor', 'Si mi rayo te alcanzara' y 'Mágica y eterna' con las cuerdas de la excelencia rítmica; regalándonos instantáneas del pasado tan bellas como 'Tierra', 'Lodo', 'Por el viejo barrio' o una desgarradora 'Joana' a guitarra y voz; reventando escudos y trazando lágrimas con unas portentosas 'Fort Da', 'Glaciar' y 'Todo lo que merezcas'; reincidiendo en el magisterio del estribillo perfecto ('Ningún hombre, ningún lugar', 'Elevarte caer'); o incluso festejando el Día de Galicia con 'A serea e o mariñeiro', el gallego deslumbró sin descanso, superando con solidez cualquier tipo de expectativa.
Era cuestión de tiempo que los caminos de Xoel López y La Mar de Músicas se cruzaran, pero pocos podían esperar que esta colisión inaugural diese como resultado uno de esos conciertos sobre los que se sostiene la leyenda del festival. Una inagotable historia a la que ya pertenecen estos hermosos cantos de corazón, montañas y océano.
Un valioso botín al que también se incorporaron en la magnífica jornada del jueves los temas de Jairo Zavala (Depedro), otro artista que acumula un buen número de estupendas postales musicales elaboradas con versos errantes de maleta abierta. Y es que, además de escenario, el artista madrileño comparte con Xoel una carrera artística en la que el error se torna invisible y al que hace muy poco se sumó el admirable 'Un lugar perfecto'. Un disco de folclore, ternura, amor y esperanza que mostró su músculo en vivo con las brillantes interpretaciones de 'La gloria', 'Coreografía', 'Habilidad', 'Ojalá el amor nos salve' y 'La siembra', la joya más radiante de la corona. Nuevas canciones que, junto a clásicos de su catálogo como 'Diciembre', 'Nubes de papel', una 'El pescador' dedicada a Santiago Auserón y un sobrecogedor regalo en forma de versión ('La llorona'), conformaron un concierto de disfrute permanente. Uno nunca se cansa de regresar a los mapas de Depedro porque sabe que siempre queda un penúltimo tesoro por encontrar. Y si aparece en el entusiasmo del directo, como ocurrió en Cartagena, todavía mejor.
Y ya que hablamos de felicidad y reencuentros, festejemos que la vuelta de Travis Birds a La Mar de Músicas tres años después de su última visita resultó todo un éxito. Algo, por otro lado, bastante comprensible si tenemos en cuenta que llegaba para presentar 'Perro deseo', fabulosa colección de canciones que tenía todo para despuntar en su salto al escenario, promesa que quedó ampliamente cumplida en el patio del antiguo CIM. Las piezas están claras: si a temas tan sobresalientes como 'Cuando Satán vino a verme', 'A veces' o 'Maleza' les inyectas la energía de una banda cómplice, con mención especial para unos vientos esenciales para dotar de épica fronteriza a otras composiciones igual de redondas como Orugas' y 'Coyotes', pones toda la carne, garganta y huesos en el asador y, encima, aumentas la presencia escénica derrochando carisma ('Cada minuto'), vitalidad ('Una romántica'), sensualidad ('Urgente') y nostalgia ('Grillos'), lo que te queda es una actuación memorable. Justo lo que nos regaló Travis Birds en su retorno a La Mar. Esperemos no tener que esperar tanto para acogerla de nuevo con los brazos abiertos.
Júlia Colom, Plaza del CIM Correcto
Nunatak, Plaza del Ayuntamiento Muy bueno
Travis Birds, Patio del antiguo CIM Notable
Depedro, Auditorio Paco Martín del Parque Torres Notable
Xoel López, Auditorio Paco Martín del Parque Torres Excelente
Unas horas antes, y tras un temprano encuentro con Júlia Colom, la plaza del Ayuntamiento de Cartagena recibió a Nunatak, banda formada por algunos de sus vecinos más ilustres y talentosos, en el que acabó siendo uno de los conciertos con mayor carga emocional de la edición. Se notaba en los rostros, tanto arriba como abajo del escenario, que era una cita de esas en las que la ilusión cobra vida y se hace presente, casi tangible. Así, con el encanto y química que les caracteriza, los componentes del conjunto local compartieron temas de una carrera que ha encontrado en su último paso, 'Nunatak y la isla invisible', su cima más robusta. A él precisamente pertenecieron los momentos más destacados de la velada con 'Cierra al salir', 'Sopla las velas', 'Acepto el reto' y, sobre todo, una conmovedora 'Sigo corriendo' en clave acústica. Además, no faltaron citas obligadas como 'A mil años luz', brioso arranque, 'Disonancia perfecta' o una dupla de suspiro y explosión formada por 'Sol y sal' y 'Aún respira', temas que funcionaron también como recordatorio de la espléndida banda que siempre han sido, son y serán. El tópico nos llevaría a afirmar que jugaron y ganaron en casa, pero, en realidad, Nunatak fueron casa. Aquella por cuyos ventanales se filtra el aroma de las flores salvajes que siempre han decorado las calles de La Mar de Músicas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.