![Rod Stewart llega a Murcia cargado de clásicos](https://s1.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2023/07/15/1469018326-kLgG-U200777852561bcG-1200x840@La%20Verdad.jpg)
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La infancia y adolescencia son dos estaciones en las que los trenes cargados de primeras canciones entran con una fuerza que rima con lo especial y lo implacable. No es que luego deje de hacerlo, aunque puede que los estribillos en el mundo adulto funcionen ... más y mejor como tabla de salvación y baile agarrado con la nostalgia que como descubrimiento revelador, pero el poder y el eco de las voces que marcan los compases iniciales de una vida adquieren por méritos propios la condición de incomparables. Partiendo de este punto, no hay más que citar los artistas que conformaron la banda sonora de Rod Stewart desde que nació hace ya casi ochenta años en Highgate, al norte de Londres, hasta que decidió desafiar a la suerte y la expectativa poniéndose frente a un micrófono a comienzos de la década de los sesenta.
'An old raincoat won't...'
'Gadoline Alley'
'Every picture tells a story'
'Never a dull a moment'
En primer lugar, es decir, en ese espacio de tiempo en el que cada nota suena a milagro, Al Jolson, Little Richard y Bill Haley & His Comets fueron los ídolos de un Stewart cuya reconversión inmediata a la liturgia del rock se materializó después de comprar su primer disco, el cual contenía la fantástica 'C'mon everybody' del gran Eddie Cochran. A partir de ese momento, y tras profundizar también en la música folk, country y blues con 'It takes a worried man to sing a worried song', canción que aprendió a tocar con la guitarra que le regaló su familia cuando tenía catorce años, su mundo terminó de cambiar por completo gracias a figuras como Woody Guthrie, Ramblin' Jack Elliott, Derroll Adams y, por supuesto, Bob Dylan, espejo omnipresente a la hora de citar referentes unánimes.
Así, con múltiples géneros musicales corriendo por sus venas, Stewart comenzó la aventura de buscar una banda con la que poder desplegar todo lo aprendido y guardado en el cofre de cobre de la impaciencia, llegando a rozar la gloria como vocalista en The Ray Davies Quartet, banda que, como el propio nombre de su líder indica, terminó convirtiéndose en The Kinks, o lo que es lo mismo, una de las formaciones más importantes de la historia del pop/rock británico. ¿Motivos de su marcha? El terror absoluto que sufría Ray Davies ante las más que serias posibilidades de que aquel muchacho de pelo enmarañado le terminara quitando el puesto de gran jefe. El ego y sus consecuencias. Por suerte, Stewart logró superar este revés y siguió buscando oportunidades hasta dar con The Steampacket, primer gran grupo al que perteneció antes de adquirir dimensiones de titán con The Jeff Beck Group y, sobre todo, los maravillosos Faces, proyecto que compaginó con una carrera solista que, en el periodo que va de 1969 a 1976, solamente se puede y debe calificar como prodigiosa.
'Smiler'
'Atlántic Crossing'
'A night on the town'
Ocho años. Siete discos. Y perdonad el uso de la calificación para resumir lo que, de otro modo, requeriría páginas y páginas de análisis, pero la cosa quedaría más o menos así: tres obras maestras ('Atlantic crossing', 'A night on the town' y el magistral 'Every picture tells a story', su cumbre), dos discos excelentes ('Never dull a moment' y 'Gasoline alley') y dos trabajos tan notables como su debut, 'An old raincoat won't ever let you down', y 'Smiler'. Una racha deslumbrante que, unido a sus ardientes y celebradísimos directos, convirtió al británico en uno de los artistas más relevantes y exitosos del rock a nivel mundial. Imposible que fuera de otra manera cuando recordamos algunas de las canciones, de autoría tanto propia como ajena, que se daban cita en esta colección de discos esenciales: 'Handbags and gladrags'; 'Country comfort'; 'Maggie May'; 'Mandolin wind'; 'You wear it well'; 'Farewell'; 'Sailing' o 'Tonight's the night (Gonna be aright)'.
'Blondes have more fun'
'Tominght I'm yours'
'You're in my heart'
Si no conoces demasiado la trayectoria de Stewart más allá de sus éxitos de los ochenta, con la irresistible 'Da ya think i'm sexy' del 'Blondes have more fun' a la cabeza, único disco rescatable de esta década junto al superior 'Tonight i'm yours', acude ya mismo a la llamada de estos años de sublime inspiración de un artista que jamás ha vuelto a tocar el cielo de esta manera, exceptuando un emocionante 'You're in my heart' donde repasaba lo mejor de su obra junto a la Royal Philarmonic Orchestra. Afortunadamente, el propio Stewart parece ser consciente de ello, así que, para la gira que llega el próximo martes a Murcia, ha preparado un repertorio donde gran parte del protagonismo recae sobre aquellas canciones de los setenta con las que se aseguró un sillón en el Olimpo del rock. No hay duda de que Rod Stewart es un tipo listo. Y toda una leyenda.
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