![La acupuntura como paisaje](https://s3.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2024/08/17/193756690--1200x840.jpg)
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LA VERDAD
Sábado, 17 de agosto 2024, 00:26
El territorio: yermo, escaso y seco; abstracto, cósmico, llano. La única norma es la relación con el sol, como las arquitecturas rurales del entorno. La casa tiene una estructura territorial semejante a las torres-granja de colonización del Campo de Cartagena, donde aljibes, corrales y almacenes conforman una base de la cual emerge un prisma masivo, almenado o perforado por palomares.
Ese cuerpo de la casa es un espacio único que contiene las diferentes colecciones (pintura, dibujos, escultura) a través de un recorrido en espiral capaz de recoger diferentes acontecimientos, almacenaje expositivo y miradas diagonales.
Ficha técnica
Arquitecto Javier Peña Galiano
Proyecto Casa para dos coleccionistas
Ubicación Los Alcázares
Fecha 2003
El zócalo inferior contiene la piscina y el gimnasio, los dormitorios y la zona de invitados, que se abren a patios semi-excavados en el terreno. Las superficies de estos son horizontales, sin vegetación y de gravas blancas, que actúan como drenajes y estancias donde leer o tomar el sol.
Estos cuatro patios son temáticos, en función de su orientación y tamaño: cactus y xerofíticas en el de sur, palmeras en el de invitados, olivos en el de oeste y diferentes especies de sombra en el de norte.
La transición entre esos patios exteriores y el terreno se produce a través de unos planos inclinados ajardinados que desde el interior de las habitaciones parecen una pequeña loma y disuelven la sensación de estar semienterrados.
En esos taludes, una superficie de herbáceas verde y tupida transmite idea de frescor, con diferentes alturas de siega. Un jardín con diferentes olores y edades, desde árboles centenarios hasta hierba que crece.
Desde el interior, se generan paisajes contenidos a través de mellas en la tramacerámica que encuadran visiones múltiples de un paisaje aparentemente único y monótono. Desde el exterior, el prisma cerámico trata a su vez de atrapar el cielo a través de huecos que son recuerdo de los secaderos de salazones de la zona. Tres cielos: real, pintado y reflejado.
El resto del terreno permanece a cota cero con sus piedras, cardos y malas hierbas. Sobre él, un ejercicio de acupuntura clava elementos vegetales, arquitectónicos, tecnológicos y artísticos, que conforma un paisaje propio que no queda al azar.
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