El UCAM tira de la veteranía de Campos para volver a los puestos altos de la tabla

El fútbol va a conceder a José Miguel Campos una nueva oportunidad. En su trayectoria como técnico aglutina experiencias que lo han situado como el entrenador murciano más piropeado y otras que no han sido tan positivas. Llevó al Baza desde Tercera a Segunda B y lo mantuvo, antes de marcharse al Imperial, club con el que recorrió el mismo camino. En el primer año de la historia del filial grana en la tercera categoría del fútbol español, se codeó durante la primera parte del campeonato con el Real Madrid Castilla y el Atlético de Madrid B, a los que superó. Hasta que le llegó la oportunidad en el primer equipo grana. Su misión: relevar a Clemente y salvar del descenso a Segunda B a un equipo que iba a la deriva. Y el murciano lo consiguió. Terminó la temporada de forma holgada, llegó incluso a soñar con el ascenso, pero no le dieron las fuerzas. Pero en la siguiente campaña, con un equipo construido para intentar ascender, no arrancó bien y se fue a la calle.

La decepción le condujo a dar dos pasos en falso: cogió a un Jaén sumido en una gran crisis institucional y después se embarcó en un Cartagena gobernado por Paco Gómez para solo dos partidos. Tuvo demasiada prisa, y patinó. Hasta que Manolo Molina, fundador de La Hoya, club modesto que acababa de ascender a Segunda B, apostó por él. Campos se había formado durante los meses que no entrenó e incluso se sacó el título de director deportivo. Y en Lorca metió la quinta y con un equipo hecho de retales y jugadores de Tercera acabó jugando el 'playoff' de ascenso. Incluso durante muchas semanas fue líder, codeándose con un histórico como el Albacete. Después de La Hoya, al que dejó en Segunda B, dirigió al Granada B, al que situó quinto del grupo IV. La marcha de Quique Pina y Juan Cordero del club nazarí le obligó a buscar otro destino. Y llegó a un Mérida en el que no encajó. Solo duró siete jornadas, una experiencia que le dejó un mal sabor que está dispuesto a enjugar en un UCAM donde hoy comienza a trabajar y al que quiere llevar de nuevo a los puestos de 'playoff'.

Campos era un mediocentro combativo que consiguió su mejor registro goleador en el Macael, en la temporada 1993-94, en la que anotó cinco goles. Como técnico, ha sido camaleónico. Tachado de defensivo, con La Hoya elaboró un fútbol brillante que catapultó a futbolistas como Josan, Fran Carnicer, Ortuño, Pallarés y Nico, entre otros. Sabe que ahora se tiene que adaptar a una plantilla que carece de jugadores de creación, pero que cuenta con todos los mimbres para hacer un once combativo, capaz de llegar por las bandas protegido por una defensa fiable, con Fran Pérez como pilar fundamental. Su objetivo será estar arriba e intentar convencer a La Condomina, una plaza que aprieta de forma intensa.