Un endeble UCAM se la pega contra el San Fernando

Y eso que dio una imagen de vendaval al principio. Así fueron los primeros compases del partido en La Condomina. El UCAM dominó el centro del campo y las ocasiones sucedieron en la portería de Perales, el guardameta del San Fernando. Fullana y Armando Corbalán repitieron en el doble pivote de la medular y de nuevo volvió a resultar clave para el devenir del equipo azulón. Las tres novedades en la alineación católica fueron las de Josema Raigal, que firmó una actuación notable y acompañó en la segunda línea a Moyita e Isi Ros. Jose Antonio Caro sustituyó al sancionado Josete y Biel Ribas volvió después de la sanción.

Isi Ros y Josema Raigal revolucionaron el choque en los primeros minutos. Desde las bandas, recortaron y dieron magia a una plantilla que necesitaba confianza. La primera ocasión rematada por el muleño fue desviada a saque de esquina por el portero rival. Un poco después el propio Josema no encontró desde la segunda línea a Rubén Mesa con claridad dentro del área, pero el peligro era permanente.

Como la desesperación y la mala inercia del UCAM estaba presente, la primera ocasión del San Fernando obtuvo premio. En una falta lateral botada desde la parte diestra, Rodrigo Sanz remata de cabeza dentro del área directamente a la escuadra para adelantar a los isleños. En menos de diez minutos los de Ballesta se vieron truncados pese a ser claramente dueños del esférico. Sin embargo, pronto se repusieron. El coraje y la garra de los universitarios fue palpable. En apenas dos jugadas, Josema Raigal recogió un balón en la frontal del área visitante y empató el choque con un disparo franco.

Continuó el choque con ocasiones para los locales. El de Mula soltó el látigo desde treinta metros para forzar a Perales a estirarse y enviar el balón a córner. A raíz de la media hora del partido el San Fernando, mejor visitante del grupo y con una dinámica ascendente, empezó a reaccionar. Disputó el esférico en la medular y lo intentó a cuentagotas, mientras que era el UCAM quien seguía apareciendo en área rival con un Rubén Mesa que gozó de otra clara oportunidad en el punto de penalti, pero su remate centrado lo despejó el meta visitante. Moyita también pudo aprovechar la última jugada de la primera parte con una falta lateral directo a la portería y que Perales despejó. El portero fue el más destacado de los andaluces que vistieron de verde. El empate dejó un sabor amargo para Salva Ballesta y sus jugadores cuando se retiraron a los vestuarios después de ser netamente superiores durante 45 minutos.

En la segunda parte la chispa se apagó. Los dos conjuntos bajaron el ritmo y eso se notó en el terreno de juego. No llegaron los cambios hasta la hora de juego, donde el club isleño cambió a Francis Ferrón, sancionado con amarilla, por el exjugador de la cantera universitaria Pedro Benito. A pesar de que el UCAM lo intentó tímidamente, fue el propio Benito quien realizase una apertura a la banda izquierda, Juanmi Callejón puso un centro al segundo balón impecable que terminó definiendo Biabiany de manera acrobática hasta el fondo de la red. De nuevo la entidad murciana se vió por debajo en el marcador y los nervios empezaron a aflorar. En cualquier caso, el carácter de los jugadores azulones se vio y a los cinco minutos volvieron a meterse en el choque. En una embarullada jugada dentro del área visitante, Moyita cogió un rechace en segunda instancia para estrellar la pelota en el fondo de la portería superando al guardameta.

Cuando el empate volvió al marcador, El UCAM apretó como en los primeros compases. Alberto Fernández se mostró activo desde la segunda línea cuando ingresó al campo, Moyita lideró el esférico y Xemi Fernández fue la referencia. Pero cuando el isleño Bicho golpeó desde fuera del área en el 85 de partido y batió a un Biel Ribas que no estuvo bien colocado, de nuevo el San Fernando se puso por delante y sentenció la cita con un 2-3 en el marcador. Atrás estuvo fatal el UCAM y pese a un extraordinario Josema Raigal, los católicos perdieron. Las caras largas fueron palpables en los jugadores y en el cuerpo técnico, conscientes de la situación alarmante debido al resultado.