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Emmy Noether, la matemática que impresionó a Einstein en el doodle de Google
Emmy Noether, la matemática que impresionó a Einstein en el doodle de Google

Emmy Noether, la matemática que impresionó a Einstein en el doodle de Google

La célebre matemática que consiguió dar clase cuando las mujeres no podían matricularse en la universidad es hoy protagonista del doodle de Google

ana lucas

Lunes, 23 de marzo 2015, 10:07

El nuevo doodle de Google va dedicado a Emmy Noether, la dama más importante dentro del campo de las matemáticas. Se cumplen 133 años del nacimiento de una profesora que consiguió dar clase cuando las mujeres no podían matricularse en la universidad, a la que Albert Einstein definió como la «genio creativa de las matemáticas más significativa desde que comenzó la educación superior para las mujeres».

De origen judío, Emmy Noether nació en la Baviera alemana hace este lunes 133 años de ahí que Google lo celebre con su nuevo «doodle» en una familia de matemáticos. Hasta tres generaciones se habían dedicado a los números y ella no quiso ser menos. En principio, lo que a Emmy Noether le apetecía era ser profesora de inglés y francés y estudió, entre 1900 y 1902, matemáticas e idiomas en Erlangen, donde en una clase de cientos de hombres solo ella y otra compañera eran mujeres. Al año siguiente, en 1903, se especializó en matemáticas en la Universidad de Göttingen

Aprendió acudiendo de simple oyente a las clases que impartía su padre en la universidad, ya que era una época en la que no se admitían mujeres en las aulas. Dada su constancia, Emmy Noether consiguió que la dejasen matricularse en Erlangen, la universidad de su ciudad natal, donde se doctoró con un célebre trabajo sobre los invariantes y consiguió ,como corresponde a alguien de su calidad intelectual, el doctorado con mención summa cum laude. Tal fue su éxito, que el profesor David Hilbert la invitó a impartir una serie de conferencias en Gotinga, aunque no consiguió llevarlas a cabo por la oposición de parte del profesorado. Solo le permitieron acceder a un puesto no oficial de profesora asociada. Durante siete años, logró trabajar dando clases en la propia universidad de Erlangen, normalmente como sustituta de su propio padre, sin recibir sueldo alguno.

Consiguió revolucionar el campo de las matemáticas con teorías sobre anillos, cuerpos y álgebras. También el de la física, con el teorema que lleva su nombre y que relaciona dos ideas básicas: la invariancia de la forma que una ley física toma con respecto a cualquier tranformación y la ley de conservación de una magnitud física. Un teorema que se suele formular como «a cada simetría le corresponde una ley de conservación, y viceversa». Reconocida en su mundo, no lo era por su propia nación, que le dio la espalda tras el ascenso de Hitler al poder. Aquella Alemania no estaba hecha para genios; no si eran judíos y Emmy Noether fue un caso más de los dotados que fueron ninguneados y olvidados. Le fue imposible seguir dando clase en la Universidad de Gotinga tras la aprobación de la Ley para la Restauración del Servicio Civil Profesional, que impedía mantener su puesto a los funcionarios judíos y políticamente sospechosos.

Su colega Hermann Weyl, que siempre la apoyó y reconoció su valioso trabajo, diría años después que incluso los nazis habían impedido que diese conferencias, ya que «su valor, su franqueza, su despreocupación sobre su propio destino, su espíritu conciliador, en medio de todo el odio y la mezquindaz, de la falta de esperanza y la tristeza, suponía un consuelo moral». Fue precisamente este matemático el que consiguió ofrecerle a Emmy Noether una beca para el Bryn Mawr College, en el estado Pensilvania, en Estados Unidos, a donde emigró en 1933, como tantos otros grandes científicos judíos alemanes, para escapar de la presión y de las políticas que comenzaban a implantar los nazis en Alemania.

Emmy Noether escribió unos 45 trabajos de investigación y fue al inspiración de otros grandes nombres de las matemáticas como Max Deuring, Hans Fitting, Chiungtze Tsen o Olga Taussky Todd, entre otros. La famosa matemática murió solo dos años después de comenzar una nueva vida en Estados Unidos, cuando en 1935, después de que le extrajesen un quiste ovárico «del tamaño de un melón», según el informe médico, falleció por una infección posoperatoria cuatro días después de la intervención.

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