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LA VERDAD
Domingo, 19 de junio 2022, 20:37
Una ruptura nunca es una situación agradable. Por ello, todos los que se encuentran en esta situación deben conocer las diferentes opciones que existen. Surgen varias dudas sobre en qué se diferencia separación, divorcio e interrupción del matrimonio. Pues existe una explicación sobre qué implican cada uno de estos conceptos y qué connotaciones jurídicas tienen.
La separación implica el cese definitivo de la convivencia de los cónyuges. Una decisión que puede tratarse de una mera separación de hecho, en la que los cónyuges se dan un tiempo para decidir si continuar con su relación o no. Es posible que formalicen una separación legal o divorcio en el que se regulen las consecuencias personales, patrimoniales y en relación con los hijos, si los tienen, como la custodia, el régimen de visitas, comunicación, estancia, ejercicio de la patria potestad, gastos de mantenimiento, uso de la vivienda, etc.
Tanto la separación legal como el divorcio es necesario acudir al Juzgado y obtener una sentencia. Aunque los cónyuges estén de acuerdo y no haya hijos menores o incapacitados es posible obtener la separación legal o divorcio ante notario. Si los cónyuges estaban en régimen de gananciales, tanto con separación legal como con divorcio, este régimen económico matrimonial queda roto.
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Si los cónyuges separados legalmente se reconcilian posteriormente no volverán a gananciales, sino que permanecerán en separación de bienes tras la reconciliación, a menos que otorguen capitulaciones matrimoniales ante notario en las que acuerden expresamente que a partir de ese momento se van a regir por gananciales.
En cuanto a la herencia si se produce separación (sea legal o simplemente de hecho) como divorcio, se pierde el derecho a heredar del otro cónyuge, así como también se pierde el derecho a la legítima del cónyuge viudo, aunque si se desea es posible dejar algo en testamento.
La diferencia entre ambos conceptos es que la separación no disuelve el vínculo matrimonial, lo que implica que los cónyuges no pueden volver a contraer matrimonio. En cambio, el divorcio si se disuelve y, tras el mismo, los cónyuges pueden volver a casarse entre sí o con otras personas. Normalmente, la razón por la que se suele optar por la separación en vez de por el divorcio es por motivos religiosos.
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