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F. OLMOS
Lunes, 7 de agosto 2017, 13:28
La tristemente famosa Magaluf, situada en el término municipal de Calviá, en la isla de Mallorca, ha vuelto al punto de mira de toda la prensa (sobre todo británica y española, tanto por continente como por contenido) por culpa de la última tendencia que arrasa allí. Tras las felaciones por copas, las peleas y el consumo de destilados de dudosa calidad a precios de risa, el hacerse un tatuaje a altas horas de la noche, en plena borrachera, es la nueva moda.
No el hecho de tatuarse borracho y de madrugada en sí, que en una zona con estudios de tatuaje 24 horas y turismo joven es algo que cabe esperar, si no un tatuaje en concreto: 'Yo robé a Madeleine McCann'. El caso sin resolver de la desaparición en Praia da Luz en Algarve, Portugal hace ya una década inspira este tatuaje de 'humor negro' y dudoso gusto que la prensa británica difunde entre el reproche y la vergüenza.
«Recibimos montones de británicos locos aquí preguntando por todo tipo de tatuajes. Nosotros haremos lo que ellos quieran, incluso si es ofensivo. Es su decisión personal», explican a ‘The Daily Star’ uno de estos tatuadores, que pueden llegar a cobrar unos 55 euros por un pequeño grabado a altas horas de la noche.
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