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la verdad
Murcia
Domingo, 17 de abril 2022, 23:52
Es muy habitual ver rastros de óxido de color marrón rojizo en todo tipo de piezas de metal. Se genera cuando el objeto en cuestión entra en contacto con el oxígeno y el agua, sobre todo por la humedad del aire, por eso es tan común en zonas próximas al mar. En estas zonas abundan las bisagras, grifos o herramientas comidas por el óxido. Este proceso natural suele ser inevitable pero se recomienda actuar contra él lo antes posible para evitar que las superficies afectadas se estropeen irremediablemente y sea casi imposible eliminar el óxido. No es una tarea sencilla, pero sí que hay varios remedios caseros que te pueden ayudar:
1.
El todopoderoso vinagre, efectivo para tantas cosas, también lo es para limpiar el óxido de los objetos metálicos. En función del tamaño, si es pequeño puedes sumergirlo en un cubo lleno de agua con vinagre blanco disuelto y mantenerlo durante unas 8 horas. En el caso de que la superficie sea más grande, tendrás que empapar la zona con vinagre y dar que actúe varias horas. Una sorprendente alternativa a este líquido es la Coca-cola, que contiene ácido fosfórico, útil contra la oxidación.
2.
Este truco se basa en cubrir la zona oxidada con sal y rociar el jugo de varios limones por encima de forma generosa. Después de varias horas dejando actuar la mezcla tendrás que pasar un cepillo para eliminar los restos que queden.
3.
El bicarbonato no podía faltar en una lista de remedios caseros. No se puede aplicar solo, sino mezclado con agua para conseguir una pasta con la que deberás cubrir la zona con óxido. En este caso basta con esperar unos minutos y retirar la capa con un trapo húmedo para desprender del objeto el óxido.
4.
Las patatas contienen un ácido oxálico muy útil para acabar con las marcas oxidadas. Si el objeto es de tamaño considerablemente pequeño puedes incluso introducirlo en la patata y dejarlo ahí toda la noche. Si no, debes añadir el bicarbonato para cubrir la zona y después frotar el óxido con rodajas de patata. Ambos elementos actuarán contra la zona afectada.
5.
Es el último truco de esta lista casera. Debido a sus propiedades, también es útil si cortas trozos de papel de aluminio, los humedeces con agua y los frotas sobre la zona oxidada. Ten cuidado porque el papel de aluminio destiñe con el agua, por lo que se recomienda proteger las manos con guantes.
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