Este es el tipo de fruta que no deberías guardar en la nevera para que no se estropee: «Solo se puede enfriar, no mantener»

Para llevar una dieta sana y equilibrada es fundamental incluir una amplia variedad de frutas, ya que aportan vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes esenciales para el buen funcionamiento del organismo. De hecho, se recomienda consumir entre tres y cinco piezas de fruta al día para cubrir las necesidades diarias de nutrientes. Sin embargo, a pesar de que las frutas suelen estar presentes en la cocina de la mayoría de los hogares, muchas personas desconocen ciertos aspectos importantes sobre su correcto almacenamiento y conservación, lo que puede influir negativamente en su frescura y calidad.

Es muy común que, al regresar de la frutería o del supermercado, metamos la mayoría de las frutas en el frigorífico, ya que creemos que el frío es necesario para mantenerlas en buen estado durante más tiempo. Y aunque esto es cierto en algunos casos, ya que ciertas frutas requieren refrigeración para evitar que se estropeen, no todas las frutas reaccionan de la misma manera a las bajas temperaturas. Por ejemplo, frutas como las manzanas que llevan más de una semana, los albaricoques, las moras, los arándanos, las cerezas, las uvas, las frambuesas y la fruta ya cortada sí deben refrigerarse para conservar su frescura. No obstante, hay otros tipos de frutas que pueden verse afectadas negativamente por temperaturas demasiado bajas, perdiendo sabor, textura e incluso su valor nutricional.

Otro factor clave en la correcta conservación de las frutas es el lugar en el que las almacenamos y cómo las agrupamos. No basta con simplemente guardarlas en el frigorífico o en el frutero; también es importante clasificarlas adecuadamente. Las frutas se dividen en dos grupos principales: climatéricas y no climatéricas. Las frutas climatéricas, como los plátanos, las manzanas y los melocotones, continúan madurando una vez que han sido recolectadas debido a la producción de etileno, un gas que estimula el proceso de maduración. Por otro lado, las frutas no climatéricas, como las fresas, las uvas y los cítricos, no siguen madurando después de ser cosechadas. Es importante no almacenar juntas frutas de estos dos grupos, ya que las no climatéricas son sensibles al etileno y, si se guardan junto a frutas climatéricas, el gas aceleraría su proceso de maduración, lo que podría hacer que se estropeen más rápidamente.

Raúl Cardaba, conocido como @elfruterodeTikTok en esta red social, quien cuenta con más de 190.000 seguidores, se ha hecho famoso por compartir trucos y consejos útiles sobre el manejo de frutas y verduras. En uno de sus vídeos, revela que las frutas con piel porosa, como los melocotones y las paraguayas, no deberían guardarse en la nevera. La razón, según explica, es que estas frutas, al ser porosas, absorben la humedad del frigorífico a través de los poros de su piel, lo que provoca que esa humedad se acumule en el interior de la fruta, formando una mancha negra alrededor del hueso y afectando negativamente su calidad.

Por lo tanto, la recomendación de este experto es conservar estas frutas a temperatura ambiente para evitar que se dañen. No obstante, para quienes prefieren consumir la fruta fría, sugiere meterla en el frigorífico solo unas horas antes de consumirla, de esta forma se enfría, pero sin someterla al exceso de humedad durante un tiempo prolongado. Como menciona en su video, «solo se puede enfriar, no mantener», lo que implica que el frío puede ser beneficioso si se aplica poco antes de consumir la fruta, pero no como método de conservación a largo plazo.

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