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Natalia Moreno
Viernes, 17 de mayo 2024, 12:43
El reciclaje se ha convertido desde hace más de dos décadas en una rutina diaria en algunos hogares, tanto es así que el 17 de mayo se celebra el Día Mundial del Reciclaje. El cubo para separar el vidrio llegó a España en 1982 en la ciudad de Barcelona, antes de que entrara en vigor la Ley de envases y residuos a finales de los 90. En ella se establecía los modelos de Sistemas Integrados de Gestión por el que una entidad sin ánimo de lucro se encargaría de separar los materiales para darles un segundo uso y contribuir a una economía circular. Así, en 1997 se puso en funcionamiento el primer contenedor amarillo a través de Ecoembes, la entidad que lo gestiona y que también se hace cargo del contenedor azul.
Actualmente, en las calles es fácil encontrar cuatro tipos de contenedores: el amarillo, el azul, el verde y el gris. Aunque también se ha sumado en los últimos años el cubo naranja para separar el aceite usado y se espera que en un futuro próximo España incorpore uno marrón exclusivo para materia orgánica. Además, en muchos municipios se cuenta con un punto limpio donde recogen cualquier objeto que no se pueda reciclar en los contenedores o que exija un tratamiento especial como una sartén, un juguete roto o un biberón.
La idea de separar cada material o tipo de productos en los contenedores busca crear nuevos envases a partir de esos componentes y no tener que extraer materias primas con el consiguiente impacto medioambiental. Si se recogiese todo en un mismo cubo, sería imposible seleccionar lo que puede tener una segunda vida.
LA VERDAD ha preguntado a varios vecinos del centro de Murcia por el reciclaje y ha puesto a prueba sus conocimientos sobre él con seis cuestiones para saber dónde se tiran las latas, la caja de una pizza, el envase de la pasta de dientes y el cepillo, un vaso de cristal roto y los tetrabriks.
Lo que más confusión causó fue el vaso de cristal, ya que prácticamente todos los preguntados respondieron con un: «Al contenedor verde». Este recoge vidrio, a través de Ecovidrio, pero no es el mismo material que un cristal porque la composición es diferente. Tanto es así que, si se mezclan, pueden arruinar el proceso de una nueva vida útil del vidrio porque no saldría puro al fundir los dos tipos de elementos para crear otras botellas, por ejemplo.
También suscitó dudas el cepillo de dientes, que al ser de plástico generalmente los ciudadanos de la Región pensaron que se debía tirar al contenedor amarillo, aunque la recogida ideal sería en el punto limpio municipal. Unas mujeres, sin embargo, reivindicaron el uso de otros materiales biodegradables: «Hay que utilizar cepillos de bambú». La pregunta más fácil, por su parte, fue la caja de una pizza, ya que al ser de cartón se relaciona rápidamente con el cubo azul de 'papel y cartón'. No obstante, se debe limpiar las manchas de restos de comida previamente o recortar el trozo sucio para evitar mezclarlo con material limpio.
1.
Al amarillo. Este contenedor no sólo recoge plásticos, sino que se encarga de todos los tipos de envases independientemente de su material, es decir, cualquier recipiente que albergue un producto en su interior. Un ejemplo son las bandejas de aluminio, las latas de refrescos, las cajas de fruta de madera, los envases de cerámica de natillas o yogures, y también los briks de leche.
2.
En el contenedor azul. En él se deben depositar sólo papel y cartón que estén limpios, es decir, las servilletas o la caja de pizza si va sucia con comida deberá tirarse en el cubo de restos (gris) o en el órgánico (marrón), si existe esa posibilidad.
3.
Cualquier envase, sucio o no, se debe tirar al contenedor amarillo. Y eso incluye los botes de pasta de dientes, los tarros de champú o gel, botellas de aceite, así como cualquier otro producto. Aunque en él no se debe depositar juguetes, cubos o utensilios de cocina pese a que sean de plástico.
4.
A un punto limpio. Aunque puede crear confusión por su material plástico, el cepillo no es un envase que encaje en la categoría del contenedor amarillo. Por ello, su lugar ideal es el punto limpio de la localidad, aunque si no existe esa posibilidad, mejor separarlo con los materiales plásticos en su correspondiente cubo.
5.
6.
Va al contenedor amarillo. Este recipiente suscita dudas porque está compuesto por una capa externa de cartón, que es la que salta a la vista, y una lámina de aluminio y plástico interna para evitar la permeabilidad del líquido que recoje. Sin embargo, no deja de ser un envase, que se debe depositar en el amarillo.
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