Es el mercado, amigos
Balleneando ·
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Balleneando ·
¿Para qué quiere alguien acumular noventa mil millones de dólares?Imaginen que yo soy un fondo. De esos de inversión. Llámenme Goldman Gin. Y como soy de inversión, pues eso. Me meto en algo. Una empresa de esas energéticas que no hacen más que subirles a ustedes los precios. Así que compro acciones. Quinientos millones en acciones. Tantos que termino por controlar la compañía. ¿Y qué hago? Pues como controlo la empresa la obligo a pedir dinero a préstamo (a través de deuda, de bonos). Y que pida lo que yo he invertido y un poco más. Quinientos cincuenta, por ejemplo.
Ah, y dirán ustedes, ahora esos quinientos cincuenta los va a emplear usted, Gin, en nuevos equipamientos para la empresa, o en subir los sueldos de los empleados, o en mejorar el servicio, o en contratar talento. Ustedes deliran. No. Lo que hago con esa pasta es repartir dividendos. Es decir, lo que pagué por la empresa vuelve a mi bolsillo y los otros cincuenta pues de propina.
Ya, dirán ustedes, pero ¿y la empresa, eso no es malo para ella? Pues sí. Porque es ella la que tendrá que devolver la deuda. Lo que implica que tiene menos margen. ¿Y entonces? Pues ahora viene lo mejor. Porque, como las cuentas tienen que salir (y yo quiero beneficios que para eso me he metido), pues tijera. Abaratamiento de costes. Tarifas más caras. Peor servicio. Y rebajas de sueldos, amigos. Y despidos. Y externalizaciones.
Ya, dirán ustedes, ¿y no es que yo he ganado dinero sin generar nada y encima perjudicando a la empresa? Ah, les parafrasearé a Rato. Es el mercado. ¿O no se enteran?
¿Y qué dicen, que esto no está pasando? Qué tiernos. Ustedes que se pensaban que no eran esclavos. Ustedes que se pensaban que se habían liberado de las cadenas.
Y lo que perjudica eso a la economía en general, claro. Porque yo acumulo mis beneficios. ¿Y quién lo paga? Pues todos ustedes. Los clientes. Los contribuyentes. En empleos basura, en salarios de seiscientos al mes, en recortes en prestaciones sociales. En eliminación de la clase media.
Y que apunten: los quinientos hombres más ricos del mundo han incrementado sus fortunas (solo en 2017) en setecientos cincuenta mil millones de dólares. Brotaban cifras mareantes. Y servidor se pregunta ¿para qué quiere alguien acumular noventa mil millones de dólares?, ¿qué se puede comprar con noventa mil millones que no se pueda comprar con mil, o con quinientos, o con cien?, ¿qué fue de aquel viejo sueño de que el progreso nos llevaría a una sociedad en la que no habría humanos arrastrándose por los suelos en pos de cubrir sus necesidades biológicas elementales?
Pues fue que queda pospuesto. Ese sueño. Pospuesto por la interposición de unos pocos buitres. Enfermos buitres. Que tienen que acumular. Aunque ni sepan por qué lo hacen. Es el mercado, capullos. Eso dicen. Y todos esclavos.
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