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Luis Enjuanes, en el laboratorio de coronavirus del CNB-CSIC. EFE
Luis Enjuanes: «Las vacunas más rápidas pueden estar listas en seis u ocho meses»

Luis Enjuanes: «Las vacunas más rápidas pueden estar listas en seis u ocho meses»

Para este científico, que trabaja con coronavirus desde hace 35 años, la epidemia demuestra que España tiene que apostar por la investigación

luis alfonso gámez

Miércoles, 15 de abril 2020, 13:39

Si la prueba del coronavirus le da hoy negativo -sería el segundo-, Luis Enjuanes volverá mañana a su laboratorio en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), donde su equipo desarrolla una vacuna contra el SARS-CoV-2. «He estado trabajando en casa sin problemas, porque he tenido la suerte de encontrarme muy bien», decía ayer el virólogo español, a quien diagnosticaron que padecía Covid-19 a finales de marzo. Estudia los coronavirus desde hace 35 años y, en los últimos 20, el grupo que dirige ha creado vacunas contra los causantes del SARS y MERS, primos hermanos del virus que nos tiene encerrados en casa.

- El ministro de Ciencia, Pedro Duque, ha dicho que «probablemente antes del fin de abril» tengamos en España un candidato de vacuna. ¿Puede ser así?

- En el CNB-CSIC, hay dos grupos desarrollando vacunas, el del profesor Mariano Esteban y el nuestro. Ellos llevan toda una vida trabajando con un vehículo, un virus atenuado basado en el de la viruela, que cargan con una proteína del nuevo para el que quieren crear una vacuna. Como este vehículo, comparémoslo con un coche, ya lo han utilizado otras veces, les basta con cambiarle los faros para que pueda inducir la protección contra el SARS-CoV-2. Eso hace que puedan ir muy deprisa. Así que seguro que pronto tienen un prototipo.

- Su grupo sigue otra estrategia.

- Sí. Es un poco más complicada porque empleamos gran parte del virus original. A partir de nuestra experiencia contra otros coronavirus frente a los que hemos desarrollado vacunas, modificamos el genoma del virus mediante ingeniería genética. Construimos sintéticamente el virus a partir de sus componentes, eliminando los genes responsables de su virulencia, de que cause la enfermedad. Ése es el coche que nosotros usamos, basado en el SARS-CoV-2 modificado para que pueda inducir unas defensas que son más completas, más intensas y de más larga duración.

- ¿Más que las que induce el virus de la viruela modificado?

- El virus de la viruela es muy potente e induce una gran cantidad de anticuerpos. Lo que pasa es que nuestro prototipo puede desarrollarse para ir al aparato respiratorio, y eso le confiere la propiedad de inducir anticuerpos secretorios, inmunidad en las mucosas, que son las puertas de entrada del virus. Estos coronavirus infectan fundamentalmente los espacios abiertos al exterior, como el tracto respiratorio. En esos espacios, la inmunidad que protege mejor es la de mucosas, pero para inducirla lo importante es hacerlo localmente. No vale con una inyección intramuscular en el brazo. Hay que hacerlo en el aparato respiratorio.

- ¿Cómo va su proyecto?

- Ya tenemos prácticamente el virus sintético y en un par de semanas empezaremos a estudiar los genes que hemos de eliminar para conseguir que se atenúe. Después, habrá que hacer pruebas en ratones modificados para ser susceptibles al virus y luego los ensayos clínicos.

- Su vacuna es más efectiva, pero tardará un poco más en salir a la calle, ¿no?

- Sí. Estamos ante una emergencia y la mayor parte de los laboratorios se centra en crear vacunas que, aunque no sean tan perfectas, protejan a la gente para que no tenga que ser hospitalizada y, al mismo tiempo, sean económicas y de fácil producción para poderlas distribuir a nivel mundial. Son los dos objetivos urgentes que persigue la OMS. Es muy posible que la vacuna del profesor Mariano Esteban y otras lleguen antes que la nuestra. Serán vacunas muy útiles y adecuadas para empezar a proporcionar protección.

- ¿Cuándo tendremos la primera vacuna?

- En condiciones normales, todo el proceso, desde el prototipo hasta la aprobación por las agencias reguladoras, puede llevar más de un año. En una emergencia como la actual, los gobiernos y las organizaciones sanitarias pueden pactar acortar los plazos por la necesidad imperiosa de generar protección. Creo que las vacunas más rápidas pueden estar listas en seis u ocho meses, y las otras, entre los doce y catorce.

- Así que podría haber una a finales de año.

- Con un poco de suerte, sí. Pienso que este virus va a ser estacional, como el de la gripe, porque está muy extendido, y que se impondrán variantes atenuadas. Creo que aflojará hacia el verano y en invierno resurgirá. Para entonces, es posible que ya tengamos las vacunas más rápidas y, para la campaña siguiente, las otras. Entre ellas, la nuestra.

Invasor silencioso

- ¿Le ha sorprendido algo de este coronavirus?

- Los virus, en general, siempre nos sorprenden. Son unos estrategas increíbles. Éste, como otros, tiene estrategias muy potentes. La más traicionera es la de ocultarse, la de inducir infecciones asintomáticas ante las que la gente se encuentra estupendamente y sigue con su vida normal. Esa guerra de guerrillas le da la oportunidad de diseminarse mucho y, cuando te das cuenta, ya tienes a una parte importante de la población infectada.

- ¿Pudo ser la razón por la que algunos científicos minusvaloraron la amenaza al principio?

- Sí. Si el virus infecta a mucha gente pero no se delata, no lo ves, piensas que el problema es menor y, para cuando te enteras, es tarde. Esto ha afectado a muchos países, empezando por China, que hizo que se retractara un médico que avisó en diciembre de que estaba circulando un virus peligroso. Eso pasó porque el virus estaba oculto y, cuando se dieron cuenta de la magnitud de la epidemia, estaba muy extendido.

- De hecho, para cuando China cerró Wuhan, ya circulaba por Europa.

- Por Europa y por más sitios. Se expandió sin que nos diéramos cuenta.

- ¿Cuál es la principal lección de esta epidemia?

- La más importante para nosotros es que un país como España tiene que proteger su investigación, su ciencia. Cada tres años, sale por lo menos un coronavirus animal o humano nuevo. Cada ocho o diez, aparece uno muy patógeno para los seres humanos. Va a haber más epidemias. Cuando pase ésta, no hay que olvidarla. Hay que seguir investigando de cara al siguiente brote. Además, desde el punto de vista tecnológico, da un poco de pena ver que no tengamos una industria que fabrique cosas tan simples como mascarillas, equipos de protección personal, sistemas de ventilación… Por seguridad nacional, deberíamos tenerla.

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