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Bernardo Montoya sale de comisaría escoltado por miembros de la Guardia Civil.

La Guardia Civil no cree a Bernardo Montoya: podría haber mentido sobre el crimen de Laura Luelmo

Los agentes sospechan que el asesino confeso de Laura podría haber dicho hasta cuatro mentiras con el objetivo de entorpecer la investigación

LA VERDAD

Jueves, 20 de diciembre 2018, 08:17

Bernardo Montoya mató a Laura Luelmo, pero seguramente no fue exactamente como él mismo ha reconocido. La Guardia Civil, que consiguió que el asesino confeso contara lo que ocurrió en la madrugada posterior a su detención, tiene serias dudas sobre varios puntos de la declaración que el hombre hizo en la Comandancia, cuando tras tratar de exculparse acabó finalmente «humillando» (confesando según el argot policial) contanto que engañó a Laura para intentar violarla aunque finalmente no pudo hacerlo.

Esa, precisamente, es la mayor mentira que Bernardo Montoya ha dicho a la Guardia Civil para tratar de entorpecer la investigación y, a su vez, reducir los cargos de los que se le va acusar en un futuro juicio. El detenido dijo que había intentado violar a la chica después de dejarla inconsciente por un fuerte golpe en la cabeza, pero que finalmente no lo hizo porque no pudo. «Lo intenté, pero nada», le contó a la Guardia Civil. La autopsia revela fehacientemente que Laura Luelmofue víctima de una agresión sexual antes de ser asesinada. Primera mentira.

La segunda razón por la que los investigadores dan un valor «solo relativo» a la confesión de Bernardo Montoya está en el inicio de todo el relato. Según él, fue Laura la que inicialmente le interpeló preguntando cómo llegar a algún supermercado cercano dado que desconocía la zona -había llegado a El Campillo hacía solo unos días- y que luego fue él el que le tendió una trampa mandándole a un callejón sin salida, pero la Guardia Civil tiene claro que es difícil que los hechos sucedieran así, dado que la joven ya había manifestado por teléfono a su novio su miedo por el vecino de enfrente, a quien había visto vigilándola y con actitud sospechosa desde hacía varios días. Poco creíble.

Después de dejarla inconsciente y violarla -esto ya está confirmado por la autopsia aunque él lo niegue-, Bernardo asegura que dejó a la chica tirada en la zona de matorrales donde posteriormente fue encontrada muerta. «Cuando la dejé estaba viva», asegura el asesino. De ser cierto, supondría que la chica malherida agonizó entre dos y tres días en el monte antes de morir. No obstante, la Guardia Civil sigue sin descartar que el homicida también haya mentido en este punto y que realmente la mantuviera secuestrada durante un tiempo.

El relato del crimen de Laura Luelmo que Bernardo Montoya hizo a la Guardia Civil concluía con los momentos posteriores. Según él, volviendo a casa tras dejar abandonada a la joven malherida, había tirado las zapatillas de la chica a un contenedor y el teléfono móvil de Laura a otro. Estas afirmaciones tampoco convencen a la Guardia Civil, que no ha hallado, hasta el momento, ni el terminal ni las llaves ni el monedero ni las deportivas de la chica en los lugares que ha apuntado el asesino confeso.

Antes de esta última versión, Montoya intentó exculparse alegando que se la encontró accidentalmente en las inmediaciones de El Campillo, que mantuvieron una discusión que llegó a las manos y que, en el curso del forcejeó, la golpeó. Y que luego, temeroso de que le acusaran, intentó esconder el cuerpo en La Mimbrera.

Restos de sangre en la casa

Los investigadores han encontrado restos de sangre en la casa de Bernardo Montoya en El Campillo (Huelva) que podrían corresponder a su víctima, según han indicado a Efe fuentes cercanas a la investigación. Son restos biológicos que el agresor, detenido por la Guardia Civil, no pudo hacer desaparecer a pesar de haber fregado la vivienda para borrar cualquier pista.

Así, con las incongruencias, mentiras y medias verdades que ha dicho Bernardo Montoya sobre cómo y dónde asesinó a Laura Luelmo, los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil-expertos en interrogatorios- se centran ahora en encontrar pruebas de cargo contra el asesino. El análisis de ADN va a ser vital para la investigación una vez que se ha confirmado que se han encontrado restos de sangre en algunas pertenencias de Bernardo. El análisis de la ropa que se encontró cerca del cadáver de Laura Luelmo y otras pruebas de la investigación acabarán por descubrir qué hay de verdad y de mentira en la confesión del asesino confeso, que, de momento, ya ha experimentado la repulsa de los vecinos rotos de dolor y odio por el horror que ha causado en la pequeña localidad de El Campillo.

Vídeo. Vecinos de El Campillo asaltan el coche que llevaba a Bernardo Montoya. ATLAS

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