La intromisión del multimillonario Jeff Bezos sumerge al 'Washington Post' en una crisis de prestigio

Este miércoles ha llegado la respuesta. El multimillonario nacido en Albuquerque, Nuevo México, se dirigió a la redacción de su periódico con un mensaje de alto impacto. Desde hoy mismo, el 'Post' se encargará de escribir todos los días «en apoyo y defensa de dos pilares: las libertades personales y el libre mercado».

«Hubo un tiempo en que un periódico, especialmente uno que fuera un monopolio local, podría haber considerado un servicio llevar a la puerta del lector todas las mañanas una sección de opinión de base amplia que intentara cubrir todos los puntos de vista. Hoy, internet hace ese trabajo», explica Bezos en su circular. Y por ello cree que el papel del diario debe ser el de defender al país: «Gran parte del éxito de Estados Unidos ha sido la libertad en el ámbito económico y en todas partes. La libertad es ética (minimiza la coerción) y práctica (impulsa la creatividad, la invención y la prosperidad)».

En principio, la medida afecta a su redacción de opinión. La de noticias previsiblemente seguirá trabajando en la misma dirección de los últimos meses. Este jueves publicaba una exclusiva titulada: «El imperio empresarial de Elon Musk se basa en 38.000 millones de dólares de financiación gubernamental». Pero el anuncio ha levantado ampollas. Dentro y fuera del periódico.

Lo que directamente ha pedido Bezos a su diario es un cambio de giro en su orientación política, que durante sus 148 años de historia ha sido tradicionalmente progresista (dentro de los estándares norteamericanos). Y pese al impacto provocado por su carta, cuyo contenido tuiteó después de que la hubiese leído la redacción, no es más que la confirmación de un giro que empezó a ser patente durante la campaña electoral que ha llevado a Trump a la Casa Blanca.

«Hace apenas unas semanas, el 'Post' se describía a sí mismo como un medio que ofrecía cobertura para 'todo Estados Unidos'. Ahora, sus páginas de opinión estarán abiertas sólo a una parte de Estados Unidos, a aquellos que piensan exactamente como él», critica Martin Baron, quien fuera director del Post de 2012 a 2021 y ahora una de las voces más respetadas a la hora de hablar de periodismo. «No tengo ninguna duda de que está haciendo esto por miedo a las consecuencias para sus otros intereses comerciales, Amazon y Blue Origin», añade.

No es el único que lo ve así. «Bezos parece ser ideológicamente menos reaccionario que Zuckerberg, Larry Ellison o Musk, pero sus intereses empresariales están mejor servidos si tiene buena relación con Trump. Y la mejor forma de demostrar su lealtad al poder es con su periódico», desliza el politólogo y escritor venezolano afincado en EE UU Roger Senserrich.

En octubre, horas antes de que el 'Post' fuera a publicar una editorial pidiendo el voto para Kamala Harris (que a la postre acabó en la papelera), Bezos hizo un aviso a navegantes: el diario no apoyaría expresamente ninguna opción política. Con el apoyo del consejero delegado William Lewis, con el que también se ha alineado en esta ocasión, lo presentó como una «vuelta a las raíces». Según argumentaron: el diario no rompió con esta costumbre hasta 1976, cuando avalaron a Carter, con la salvedad de 1952, cuando pidieron el voto para Eisenhower.

El resultado de aquella comunicación fuera de la burbuja de la redacción –donde se alzaron las voces de los clásicos y algunos colaboradores, entre ellos Stephen King, presentaron su renuncia– se vio rápido. En solo unas horas, el 'Post' perdió más de 200.000 suscriptores. Tenía 2,5 millones que había cincelado a golpe de buen periodismo y que avalaban la gestión del segundo hombre más rico del mundo.

El cambio de rumbo en opinión se ha llevado por delante a David Shipley, que ha presentado su renuncia a seguir al frente de la sección con las nuevas normas. Bezos ha vendido esta marcha como algo amistoso: «Le ofrecí la oportunidad de liderar este nuevo capítulo», señala. Pero a renglón seguido da la clave del adiós: «Le sugerí que si la respuesta no era 'claro que sí', entonces tenía que ser 'no'». Y Shipley se ha marchado no sin antes dar las gracias a sus compañeros.

Este Bezos parece un hombre completamente diferente al de 2017, cuando Trump accedió al poder por primera vez. Entonces, el 'Post' se convirtió en garante de la democracia en contra del recién nombrado presidente de Estados Unidos. Ese mismo año adoptó como eslogan oficial del diario 'La democracia muere en la oscuridad', que se agregó a la mancheta tanto en el papel como en la web.

Era la primera vez que hacía algo así y constituía un guiño a la historia del diario, cuyo papel en el escándalo Watergate fue fundamental en la caída del presidente Richard Nixon. Entonces, el 'Post', de la mano de sus periodistas Bob Woodward y Carl Bernstein, sacó a la luz detalles sobre el mayor caso de corrupción y conspiración política de Estados Unidos, apoyado por el gobierno de entonces.

Durante este primer mandato de Trump, el 'Post' se posicionó de forma crítica y agria en contra de las decisiones del gobierno demócrata. Su actitud fue clara y firme, sin injerencias de Bezos. Sin embargo, la vuelta de Trump al poder ha mostrado otra cara del multimillonario, que ahora parece alinearse con él y con sus amigos ricos, Mark Zuckerberg y Elon Musk, que ha aplaudido en X el anuncio con un sencillo '¡Bravo!'. «Trump no tiene reparos en usar la administración para castigar a sus enemigos, y Bezos no es exactamente valeroso ni un paladín de nada que no sea su cuenta corriente», concluye Senserrich, autor del boletín Four Freedoms y del libro 'Por qué se rompió Estados Unidos'.

El cambio en la línea editorial del 'Washington Post' es motivo de preocupación para la prensa de calidad. Y muchos ven detrás de la orden de Jeff Bezos temor a quedarse descolgado en la liga de multimillonarios estadounidenses. No hierran mucho en el tiro. El de Albuquerque tienen en Elon Musk, hombre de confianza de Trump, a su gran rival en la carrera aeroespacial.

Space X es el principal competidor privado de Blue Origin. Y los dos pugnan por recibir dinero de la administración estadounidense para desarrollar sus proyectos. Así que el giro de la línea editorial parece responder a la necesidad de no ser visto como el enemigo desde la Casa Blanca.

Ya en octubre, cuando el 'Post' anunció que no se posicionaría del lado de Harris en campaña hubo sospechas. Solo unos días después, Trump se reunió con los ejecutivos de Blue Origin. Y cuatro días antes de la investidura en el Capitolio, Bezos afirmó con total seguridad que no creía que los lazos de Musk con Trump amenazaran su negocio estelar.