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Ana de Dios
Domingo, 3 de marzo 2024, 15:11
La rutina facial se ha convertido es una tarea cotidiana más en el día a día de muchas personas, como lavarse los dientes o peinarse. Lo cierto es que cada vez más gente está concienciada de la importancia que supone cuidar la piel para que presente un buen aspecto y evitar problemas dermatológicos en la cara. Para ello, también es importante escoger aquellos productos -cremas, sérums, limpadores o tónicos- que más se adaptan al tipo de piel.
Uno de los pasos más importante de la 'skincare' es la limpieza facial. Bien conocida es la importancia de retirar el maquillaje del rostro para evitar la salida de algún grano u otro problema. Pero también es fundamental hacerlo en aquellas ocasiones en las que no nos hemos maquillado para quitar los resto de polvo o de contaminación que hay en el ambiente, ya que la piel absorbe mucha suciedad. Sin embargo, los profesionales recomiendan que, por lo general, habrá que realizarla dos veces al día, una por la mañana y otra por la noche.
Según explica el dermatólogo Simón Scarano hay cinco errores frecuentes relacionados con la limpieza facial, de hecho, señala que algunos son tan habituales que las personas «no se dan cuenta de que los están cometiendo». Estos son:
1. Frotar el limpiador sobre la cara. La manera correcta de aplicarlo es hacer la espuma con las manos y después ponerla sobre el rostro, ya que esto puede «provocar inflamación y empeorar cuadros como la rosácea o el acné», señala este profesional.
2. Usar limpiadores irritantes en el contorno de los ojos. Esta es una zona de la cara bastante sensible, por ello, aquellos productos que incluyan ingredientes o activos, como el ácido glicólico, es mejor mantenerlos alejados de esta parte de la cara.
3. Quitar demasiado rápido los activos. Hay algunos productos que contienen compuestos que ofrecen mejor resultado si los dejamos actuar durante al menos un minuto en la piel. Un ejemplo de ello son los activos alfa o los betiroxiácidos.
4. Secar la piel frotándola. Al igual que ocurre al aplicar el limpiador, si después de enjugar el rostro los secamos frotando una toalla sobre él también podemos provocar una «inflamación» y «alteraciones en la función de barrera». El modo correcto es dar toquecitos suaves en la cara para retirar el exceso de agua.
5. Utilizar un limpiador inadecuado. Como hemos dicho antes, escoger los productos diseñados para nuestro tipo de piel es fundamental, y es que las fórmulas no funcionan de la misma manera. Por ello, es recomendable consultar con un profesional.
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