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Semana Santa de Murcia
Perdón magenta en la tarde 'colorá'El Carmen, más que otro barrio murciano, es una diminuta Murcia con frontera en el Puente Viejo y con costumbres tan antiguas como las que atesora la urbe a este lado del Segura. Una de ellas es su veneración al Cristo de la Sangre. La Archicofradía que desfilará esta tarde, si acaso la lluvia no lo impide, tiene una denominación oficial: Real, Muy Ilustre, Venerable y Antiquísima Archicofradía de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. Pero tan largos títulos se pronuncian de otra forma: Los 'coloraos', por el mismo color de sus túnicas.
La Sangre, desde antiguo, siempre dio muestras de ser una institución nazarena muy solidaria, lo que se materializa a lo largo del año en no pocas propuestas. Y acaso en esa línea, hoy abre sus puertas a otra señera cofradía murciana: La del Perdón, cuyo titular no pudo salir a las calles el pasado Lunes Santo. Así que lo hará esta tarde. Las predicciones meteorológicas no preveían ayer tormentas amenazadoras.
Contra el dicho popular, siempre llueve a disgusto de todos si son nazarenos y llega Semana Santa. Primero, porque bien mirado sobra año para que esta reseca tierra reciba el agua que tanto necesita. Y segundo, por los graves inconvenientes y sinsabores que provoca la lluvia: decepción entre los cofrades y el público, gasto inútil en flores que no se lucirán, baterías, pagos a bandas de música...
Lo normal en estos casos, como el lunes hizo el Perdón, es abrir las puertas de su templo para que los parroquianos y turistas admirasen las sagradas tallas expuestas tal y como están antes de salir a las calles. Cumplida esta costumbre, que por desgracia sufrimos con cierta frecuencia en estos lares, la cofradía afectada echa el cerrojo de su procesión hasta el año siguiente. Y se acabó.
El Pelotón Es muy querido y popular el llamado «pelotón de los torpes», los cientos de niños que abren el cortejo de la Sangre.
En cualquier sitio. Todo el itinerario nazareno por donde pasa la Sangre es idóneo para ver la procesión, que gana en las calles más estrechas. Muy emotivo el cruce del Puente Viejo una de las estampas icónicas de la Semana Santa.
Y otra mañana. La Sangre, aparte de este cortejo, también sacará otro mañana: su procesión de la Soledad del Calvario.
Lozana Samaritana El segundo paso 'colorao', la Samaritana es obra de Roque López (1799). Se trata del trono más ancho de la Semana Santa, al que sigue Jesús en casa de Lázaro, de José Hernández (1985). Para la Samaritana, según la leyenda, el escultor se basó en una guapa joven del barrio del Carmen.
El Lavatorio Juan González Moreno (1952). Sustituye a otro paso homónimo de Juan Dorado esculpido en 1904 y arrasado en la Guerra Civil. Sustituía a otro de Santiago Baglietto de mediados del siglo XIX. El conjunto de González Moreno es una de sus obras maestras y uno de los pasos más pesados de la Semana Santa.
Salvo que ocurra, cosa excepcional, lo que hoy veremos en las calles: Al Perdón desfilando con la Sangre. Y la decisión, como la tormenta traicionera, también tiene sus desventajas.
La más grande, sin duda, es el dilema que les causa a los estantes del paso que, además de salir el Lunes Santo también lo hacen este Miércoles en la Sangre. ¿A qué tarima arrimar el hombro? Eso, sin contar que en alguna hermandad de otras cofradías, como sucede, pongo por caso, con Nuestro Padre Jesús del Viernes Santo, no se permite que sus estantes salgan en ninguna procesión menos de tres días antes de la mañana 'morá' más bella.
La cuestión no es insalvable ni tantas las vacantes. De hecho, la mayoría de los estantes del Perdón han aceptado desfilar con la Sangre, si bien algunos no lo harán al decidir procesionar en sus pasos 'coloraos' o en otras procesiones. Los huecos de quienes no puedan desfilar, por el motivo que sea, serán ocupados por otros estantes magenta.
Así las cosas, el trono será trasladado a hombros desde la parroquial de San Antolín a las 19.45 horas en dirección a la plaza Martínez Tornel, cruzando la calle del Pilar y tirando en línea recta por Jara Carrillo. Una vez allí, se incorporará al cotejo 'colorao' delante del Cristo de la Sangre, según lo confirmó ayer el presidente de la Archicofradía Carlos Valcárcel.
De esta forma se superaba otro pequeño escollo nazareno: el 'encajar' un nuevo paso en una procesión que, como catequesis plástica de la Pasión, sale ordenada de forma cronológica según las escenas bíblicas que representa cada hermandad.
Por tanto, siempre resulta raro ver procesionar dos Cristos uno detrás del otro. Y más aún si se trata de dos advocaciones tan potentes y queridas como el del Perdón y el de la Sangre, que ya en su día incorporó un paso, el primero que desfila y que no representa una escena de la Pasión. En otras cofradías también sucede, por ejemplo en la Esperanza y su paso Dejad que los niños se acerquen a mí.
Total, que el primer trono 'colorao' es una talla de San Vicente Ferrer, quien nació en Valencia más de 1.300 años después de que mataran a Cristo. La cofradía justificó en su día la incorporación pues el santo supuestamente impulsó la fundación de la institución nazarena durante una predicación en la ciudad.
El Perdón, entretanto, no desfilará solo. Lo acompañaran treinta nazarenos magentas, quince a cada lado del trono, y una representación de regidores delante, junto a dos acólitos. Detrás, si no se decide otra cosa sobre la marcha, se formará otra presidencia formada por el párroco de San Antolín y las autoridades que la cofradía designe.
El comisario de procesión, Ángel Tortosa, advertía ayer de que aún no se había decidido qué acompañamiento musical llevará el Cristo. Podría ser una banda de música, si bien a esas alturas era difícil encontrar a una disponible. Y menos en Miércoles Santo. Otra opción es que desfilen los tambores y carros bocina del Perdón, uno de los más reconocidos de toda la Semana Santa murciana.
La imagen más sagrada de San Antolín se adentrará junto a la Sangre por el corazón de la ciudad hasta que alcance la plaza de Santa Catalina, cuando el Perdón torcerá hacia su derecha por la calle de San Pedro y hasta su templo. Será un momento histórico que dará que hablar durante muchos años.
En realidad, es otro aliciente más para ver el paso de esta procesión que arranca en el antiguo Partido de San Benito, donde hasta no hace muchos años acababa la ciudad. Es uno de los grandes desfiles de la Pasión y que convoca en las calles a miles y miles de espectadores.
El cortejo de la Sangre lo abrirán la Cruz de Guía y el Pendón Mayor. A continuación, la Hermandad Infantil, integrada por más de 200 jóvenes cofrades portando campanillas, los más pequeños, o cirios, encabeza el largo rosario de nazarenos encarnados y precede al paso de San Vicente Ferrer, obra del imaginero Ramón Cuenca Santo. Seguirán las restantes hermandades y sus tronos, con el estandarte que identifica el pasaje bíblico a la cabeza. Se componen de un máximo de ciento veinte penitentes en dos filas, alternando cruz o cirio, y un número adecuado de mayordomos, en torno a 380, al servicio de los anteriores.
A la anterior cantidad, se deben sumar los casi 500 estantes que cargan con todos los pasos, con lo que esta procesión es unade las más numerosas de las organizadas en Murcia: en torno a 3.500 cofrades.
El segundo paso es La Samaritana, realizado en 1799 por Roque López, discípulo predilecto de Salzillo. Representa el encuentro de Jesús y la mujer de Samaria junto al pozo de Jacob. A ambas esculturas les fueron mutilados los pies y brazos en la Guerra Civil. Los actuales son del escultor Sánchez Lozano.
La Samaritana destaca por su belleza y elegancia, incrementada por la riqueza de su vestimenta, bordada en seda murciana a la usanza del XVIII. Según la tradición, el escultor utilizó como modelo a la esposa de un comerciante del Carmen. Es el paso más ancho de la Semana Santa y era cargado por el gremio de panaderos.
El Lavatorio es obra de Juan González Moreno (1952). Esta obra sustituye a la homónima del escultor valenciano Juan Dorado Brisa, de 1904, destruida en 1936.
El siguiente paso, el de La Negación, fue ejecutado por Nicolás de Bussy en 1689. La imagen de San Pedro fue la única que se salvó en la Guerra. Fue completado en 1945 con la talla de Jesús del escultor Gregorio Molera. En 2016, esa imagen fue sustituida por otra de José Antonio Hernández Navarro. En el paso del Pretorio volverá a procesionar el popular Berrugo, uno de los sayones que talló Sánchez Lozano y que desfila con un manojo de habas en las manos. Y después pasarán las Hijas de Jerusalén, también de González Moreno (1956), y el Cristo de las Penas, de José Hernández Navarro (1986). El Santísimo Cristo de la Sangre es la obra cumbre de Bussy, fechada en 1693. De gran belleza son las imágenes de San Juan, de Juan Dorado (1905), y la Dolorosa, de Roque López (1787). Como es tradicional, en la presidencia del cortejo desfilan los pedáneos, en recuerdo de la vinculación que la Sangre ha tenido con los pueblos del Municipio.
Como cada año los mayordomos de la Archicofradía de la Sangre recorrieron ayer las calles de la ciudad de Murcia para celebrar su convocatoria. La costumbre, que comparten la mayoría de cofradías, consiste en anunciar a los murcianos que la procesión está lista para salir a la calles. Así, durante toda la mañana, las túnicas 'colorás' de la Sangre dieron un toque de color al corazón de la urbe. De color y de música, pues anduvieron acompañados por los tradicionales tambores y carros bocina, otra de las particularidades de esta remota tradición única en el panorama cofrade español. En la imagen, la convocatoria ante el Consistorio.
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