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Fieles a sus tres siglos de tradición, los hermanos del Santísimo y Real Cristo del Socorro abrieron en la madrugada del Viernes Santo la Semana Santa española con su procesión por las calles más castizas del centro de Cartagena. Un cortejo ofrecido por la paz y el cese del sufrimiento de las personas afectadas por los conflictos bélicos latentes en el mundo. El último 'Padrenuestro' antes de la recogida fue rezado en español por el capellán de la cofradía, Lázaro Gomáriz, y también en ucraniano, por el sacerdote ortodoxo Andriy Chornopyskyy.
La presencia del padre Andriy en el vía crucis del Cristo Moreno se ha convertido en habitual en los últimos tres años. Desde la invasión rusa de su país, en febrero de 2022, siempre hay miembros de la comunidad ucraniana acogida en Cartagena que en su camino de integración salen al encuentro de esta procesión que recorre el centro de Cartagena cuando todavía no han empezado los actos festivos del Viernes de Dolores.
Los sencillos tronos del Cristo del Socorro y de la Virgen de la Soledad del Consuelo partieron a las tres y media de la mañana desde las inmediaciones de la antigua catedral de Santa María, en el cerro de la Concepción, muy cerca de los vestigios del Teatro Romano, para hacer estaciones de penitencia ante la primitiva patrona, la Virgen del Rosell, y la actual, la Virgen de la Caridad, a la que visitaron en su basílica y en la que celebraron la primera misa del día.
En una noche más fresca, ventosa y nubosa que las precedentes, cientos de personas presenciaron en las primeras calles del cortejo el discurrir de los penitentes de sencillas túnicas moradas y negras, cubiertos con capuchones y alumbrándose con luz de cera que arde dentro de amplios faroles, marcando el paso con los silenciados redobles de un tambor con sordina. Por su austeridad, esta procesión es el contrapunto a todo lo que californios, marrajos y resucitados representan posteriormente por las calles de la ciudad para conmemorar la pasión, muerte y resurrección del Redentor.
El Cristo Moreno y la Madre de Poetas y Toreros fueron recibidos en la Plaza de San Ginés con la única forma musical que se escucha en esta madrugada de penitencia: la oración hecha cante jondo por la saetera Lola Cayuela, fiel devota de ambas imágenes. El silencio se hizo para rezar las estaciones del vía crucis, dirigidas por el padre Lázaro, acompañado también por el sacerdote cartagenero y pregonero de la Semana Santa en 2013 José Manuel Martínez Rosique.
La procesión culminó algo antes de las ocho de la mañana, tras la bendición de un nuevo azulejo dedicado a la Soledad del Consuelo, en la Plaza de San Ginés. Allí, el trono de la Virgen fue colocado en un lugar preeminente para el rezo de la salve de despedida. Unos cohetes estallaron en el cielo cartagenero para anunciar a la ciudad que el Cristo Moreno y su Madre cumplieron otro año más con la ancestral tradición.
Luego hubo otra procesión breve y más íntima: la que gozan alumbrantes, portapasos y devotos en las empinadas cuestas de la calle de la Concepción y Sepulcro llevando a sus sagradas imágenes hasta la carpa montada en las inmediaciones de la Catedral vieja. Allí volvieron a rezar abonico el 'Padrenuestro' y la salve. Dando vivas al Cristo del Socorro, a la Soledad del Consuelo, a la Virgen de la Caridad y a Cartagena se despidieron entre abrazos hasta el año próximo.
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