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S. Triguero
Viernes, 11 de abril 2025, 00:07
Con una rica historia que abarca casi tres siglos, la Cofradía California es un testamento vivo de tradición, devoción y continuidad. La hermandad encarnada saca a la calle cinco procesiones, en Viernes de Dolores, Domingo de Ramos, Martes Santo, Miércoles Santo y Jueves Santo. Todas ellas, representativas de la Semana Santa de Cartagena, se destacan por su luz, flores y orden ejemplar, testigo del pasado militar de la ciudad portuaria.
Actualmente, la hermandad cuenta con un total de 15 agrupaciones, cada una de ellas con sus respectivos tercios y características distintivas.
Nombre: Pontificia, Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús en el Doloroso Paso del Prendimiento y Esperanza para la Salvación de las Almas
Año de Fundación: 1747
Hermano Mayor: Pedro Ayala
Imagen titular: Jesús Preso (Mariano Benlliure, 1942).
Escudo: Linterna sorda (símbolo del Prendimiento) sobre dos anclas cruzadas. El escudo va rematado por una corona real.
La Cofradía California pone el colofón al Viernes de Dolores, día de la Patrona, con la procesión del Santísimo Cristo de la Misericordia y María Santísima del Rosario, la más joven de cuantas se celebran en la Semana Santa local. Esta procesión comenzó a gestarse a finales de los años 70 del siglo XX, cuando un grupo de procesionistas quiso crear una nueva cofradía, independiente de las hasta entonces existentes. Dicha idea fue rechazada, por lo que sus patrocinadores se dirigieron finalmente a la Cofradía del Socorro, bajo cuyos auspicios salieron entre 1979 y 1982.
Entre los rasgos definitorios de la procesión destacan el alumbrado a cera de hachotes y cartelas y que, todas las imágenes de la misma han sido talladas en diferentes épocas de su producción artística por el escultor murciano José Hernández.
La procesión arranca, como es tradición, desde la iglesia de Santa María de Gracia (21.00 horas) con los guiones de la cofradía marcando el ritmo de la procesión. A continuación, el tercio femenino del Prendimiento con el sudario titular junto al carro bocina que porta el característico escudo de la hermandad, la linterna sorda rematada por la corona real y cruzada por dos áncoras.
La procesión continúa con el tercio infantil de granaderos, vestidos como los soldados que daban escolta a las procesiones en el siglo XVII, que abren paso al tercio femenino de la Agrupación de la Oración en el Huerto, que recupera el vestuario de los penitentes del siglo XVIII y que llama la atención por sus largas colas que arrastran por el suelo. Sobre el trono tallado por Hijos de Esteban Jiménez, la alegoría de los Dolores de la Virgen.
A continuación desfila el tercio femenino de la Agrupación del Ósculo con el grupo de La Despedida de Jesús de la Santísima Virgen, tallado en 2004 por José Hernández, y llevado a hombros por un grupo de mujeres portapasos, pioneras a la hora de portar un trono a hombros allá por 1998.
Y así llega el Cristo de la Misericordia, tallado por José Hernández, una imagen conmovedora, que muestra la relación entre el redentor y la cruz. Viste una túnica de terciopelo negro con un bordado antiquísimo.
Cierra la procesión la agrupación de María Santísima del Rosario. Sobre el imponente trono de Rafael Terón, un palio de estilo andaluz y la imagen tallada por José Hernández. Llaman poderosamente la atención dos momentos de la procesión, como el saludo de la Virgen a la Patrona frente al templo de la Caridad y la salve a su llegada en Santa María, con la Sección de Honores de la Agrupación de Granaderos Californios escoltando a la imagen.
La temática propia de la procesión del Domingo de Ramos propició la incorporación paulatina de niños en la misma, hasta alcanzar la dimensión que tiene hoy día, pasando a estar compuesta por tercios infantiles, filiales de las agrupaciones mayores, que beben así del espíritu procesionista cartagenero, asegurando la continuidad de las nuevas generaciones.
El empeño y entusiasmo de los más pequeños, saludado con emoción por padres, tíos y abuelos, tiene incluso su continuidad en los tronos portados a hombros que salen en esta procesión, dejando estampas de gran belleza.
La procesión infantil de las palmas, en la que los niños californios acompañan a Jesús, está marcada por la alegría. Los protagonistas son ellos, serios y formales en su desempeño, dejando un ambiente inconfundible e inolvidable a la tarde de Domingo de Ramos. Los cientos de niños nazarenos que entre tercio y tercio reparten caramelos y postales al público ponen la guinda.
La procesión arranca a las 17 horas desde Santa María de Gracia, siguiendo el recorrido habitual de la procesión cartagenera. Está compuesta por los guiones de la cofradía; el tercio infantil de granaderos; los personajes bíblicos y el Arca de la Alianza; el tercio infantil de Soldados Romanos; el tercio infantil del Prendimiento con el grupo escultórico del Bautismo de Jesús; el tercio infantil de la Santa Cena portando palmas; el tercio infantil femenino de la Conversión de la Samaritana y su respectivo trono (portado a hombros de chicas portapasos desde 2009); tercio infantil de Santiago Apóstol con el grupo escultórico de La Elección de los Zebedeos; tercio infantil de La Coronación de Espinas y el grupo escultórico del Sermón de la Montaña (portado por un grupo de portapasos juveniles); tercio infantil masculino de la Imposición del Primado con su grupo escultórico de Jesús entregando simbólicamente las llaves del cielo a San Pedro; tercio infantil de la Sentencia; tercio infantil del Ósculo y el grupo escultórico de los Milagros de Jesús (llevado por portapasos juveniles); tercio infantil de la Oración en el Huerto con el pasaje evangélico tallado por José Labaña; tercio infantil de la Santísima Virgen del Primer Dolor con el grupo escultórico de Jesús con los niños; tercio infantil de la Flagelación con grupo escultórico; tercio infantil del Discípulo Amado; tercio infantil femenino del Juicio de Jesús; tercio infantil masculino de San Juan Evangelista con la imagen de Jesús en su entrada en Jerusalén, conocida como la 'burrica'. Cierra la procesión la Sección de Honores de la Agrupación de Granaderos Californios.
Las características propias por las que se conoce y reconoce la procesión cartagenera se pueden ver y disfrutar en los tres traslados: orden, luz, flor, color y tronos de estilo cartagenero. Y, sin embargo, no se trata de una procesión monótona, principalmente porque cada agrupación enfoca el cortejo desde un prisma muy personal, añadiendo una identidad propia a la hora de desfilar, de portar el trono, de establecer un arreglo floral o de interpretar una marcha. Lo hacen de forma individual y posteriormente de forma conjunta tras la unión de las distintas comitivas en una plaza San Sebastián que bulle y queda deslumbrada por la belleza de esta singular procesión.
El piquete y la banda de Infantería de Marina, los batidores, guiones y banda de guerra de Artillería comparten protagonismo en la tarde-noche de Martes Santo con los penitentes y portapasos de Santiago, San Pedro y San Juan, quienes junto a granaderos y tercio femenino del Prendimiento componen esta singular procesión.
Un Martes Santo repleto de singularidades como el característico y acompasado paso del San Juan, el enérgico trasiego del Santiago por la calle Mayor o las vicisitudes del San Pedro para llegar a tiempo al Arsenal.
El Miércoles Santo no cabe duda de que es el gran día de los californios. Tras todo un año de preparativos se aúnan tradición e innovación para la gran procesión anual en la que se ponen en las calles de Cartagena todos los tesoros de la Cofradía, compuestos por imágenes, tronos, bordados, obras de orfebrería, etc. sabiamente conjuntadas en la puesta en escena de todos los acontecimientos en torno al Prendimiento de Jesús que realizan penitentes, portapasos, judíos, granaderos, nazarenos, etc.
La narración pasionaria marca el discurso de esta procesión que parte de Santa María de Gracia a las 21 horas y sigue el recorrido tradicional de las procesiones cartageneras. Abren la procesión los guiones y el tercio femenino del Prendimiento, seguidos por el popular tercio de granaderos con el traje de artilleros de marina del siglo XVIII. A continuación desfila el tercio de la Santa Cena, que expone el grupo escultórico que hace mención a este pasaje, esculpido por García Talens, discípulo de Benlliure (los apóstoles disfrutan de la comida real aportada por distintos establecimientos de Cartagena).
Continúa la procesión con Santiago en el Lavatorio de los Pies, último tercio y trono en incorporarse a esta magna procesión, que da paso a la Oración en el Huerto, cuenta con las imágenes de los tres discípulos durmientes, obra de Salzillo, y las representaciones de Jesús y el ángel confortador, obra de Sánchez Lozano. Descansa este grupo escultórico sobre otra de las joyas de la cofradía, el trono que el tallista y escultor granadino Luis de Vicente realizó en 1926.
A continuación el grupo del Ósculo o Beso de Judas, con un grupo escultórico en el que encontramos otro salzillo, Malco, completando la escena Jesús, Judas y otro sayón en actitud de prender, obra de Benlliure.
Así llega el turno del Prendimiento, titular de la cofradía, obra de Benlliure, con túnica bordada en Lyon en 1891 sobre el trono barroco granadino que talló Luis de Vicente en 1925. Los Soldados Romanos, Armados del Prendimiento, escoltan al titular. Le sigue el tercio de El Juicio de Jesús con un grupo escultórico compuesto por 6 imágenes: Jesús Preso, el Sumo Sacerdote, San Juan, un escriba y dos testigos acusadores. Tras él, el tercio y trono del Arrepentimiento de San Pedro.
Irrumpe a continuación el Santísimo Cristo de la Flagelación, otra de las obras cumbre de Benlliure, para dar paso a la Coronación de Espinas, obra de Federico Collaut-Valera. El siguiente pasaje será la Sentencia de Jesús, una imagen de Jesús de especial serenidad que escucha la sentencia de Pilatos en actitud de silenciosa aceptación.
El final de la procesión llega con la participación de los tercios y las respectivas imágenes de Santiago Apóstol, San Juan y San Pedro, con sus colores característicos y sus imponentes tronos colmados de flores. Cierra la procesión la Virgen del Primer Dolor, obra magnánima de Mariano Benlliure. Viste el magnífico manto en terciopelo granate bordado en oro por Anita Vivancos entre 1957 y 1960 según diseño de Balbino de la Cerra. Escolta a la Virgen el piquete del Regimiento de Artillería Antiaérea 73.
La noche del Jueves Santo la Cofradía California hace un giro de guion celebrando la más sencilla y solemne de cuantas procesiones echa a la calle. Cortejo pasional marcado por la solemnidad que otorga la ausencia de luz en las calles del recorrido y el silencio, tan solo roto por las oraciones, el tintineo de las cartelas, el tambor destemplado y el acompasado repicar de los hachotes en el suelo. Huela a la noche más austera, la del aroma a incienso, a cera quemada y flores. Refulgen las figuras de los tercios en la noche espectral, proyectando sus sombras en los edificios históricos del casco antiguo mientras el público aguanta la respiración y se persigna.
Parte la procesión desde Santa María de Gracia a las 20.45 horas con el siguiente orden: Tercio del Ósculo, con una cruz tumbada llevada por cuatro penitentes y alumbrada por cuatro faroles; Ecce Homo (imagen del Cristo del Prendimiento de Benlliure, vestida como Ecce Homo, y sin los sayones); Santísimo Cristo de los Mineros, el único crucificado que procesionan los californios, obra de García Talens en 1958; tercio juvenil de la Agrupación de San Juan Evangelista con el grupo escultórico de la Vuelta del Calvario; y la Virgen de la Esperanza, a la que se dedica una emocionante salve en la rampa de Santa María tras la finalización del Miserere al Ecce Homo. Escolta a la Virgen la Sección de Honores de la Agrupación de Granaderos.
La Cofradía California presenta esta Semana Santa importantes novedades en lo que respecta a la restauración de su patrimonio. En primer lugar, reseñar la restauración del grupo escultórico La Vuelta al Calvario, de la que se puede disfrutar en la procesión del Silencio, y que ha sido desarrollada por Macarena Poblaciones. Otra de las tallas que se ha sometido a una restauración es la Coronación de Espinas (Miércoles Santo), en este caso a cargo de una empresa sevillana. La escena la componen cinco figuras: Cristo, sentado en actitud de recibir el castigo de ser coronado con guirnaldas de espinas, y cuatro romanos, tres en actitud de burla.
Igualmente reseñable es la restauración del templete de la Virgen del Primer Dolor, así como de la figura del ángel de La Oración en el Huerto o de los relieves del trono del Prendimiento, en el caso de los dos últimos a cargo del estudio cartagenero La Sonrisa de Monalisa.
La Pontificia, Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús en el Doloroso Paso del Prendimiento y Esperanza para la Salvación de las Almas (Cofradía California), se constituyó oficialmente el 13 de junio de 1747, siendo erigida canónicamente en la iglesia de Santa María de Gracia, lugar donde la hermandad sigue poseyendo una capilla en propiedad dedicada al culto de su titular: el Santísimo Cristo del Prendimiento. Nació con la principal finalidad de organizar la procesión de Miércoles Santo. Por ello, ya en 1748 se organizó la primera procesión con los pasos del Cristo del Prendimiento y la Virgen del Primer Dolor.
Los hermanos de la cofradía son conocidos como los 'californios'; apelativo que, según tradición oral, se debe a que poco después de su fundación, ingresaron en la cofradía unos marinos procedentes del Virreinato de Nueva España que habían colaborado en las expediciones que, en 1768 el Virrey Carlos Francisco de Croix había enviado a tierras de California. Aún así, el sobrenombre no aparece escrito hasta la segunda mitad del siglo XIX, y haría referencia a la fastuosidad de las procesiones californias en esa época, comparándolas con las riquezas de la minas de California.
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