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La lluvia se ceba con los californios en el arranque de la Semana Santa de 2025, tal y como ya ocurrió hace un año. Tras la disolución de la procesión del Cristo de la Misericordia y la Virgen del Rosario, el pasado Viernes de Dolores, la Cofradía del Prendimiento se vio obligada a suspender este Domingo de Ramos la de la Entrada de Jesús en Jerusalén, la de la Burrica. Llovía en Cartagena cuando el cabildo convocado por el hermano mayor, Pedro Ayala, decidió, poco después de las cuatro de la tarde, suspender el desfile y abrir las puertas de Santa María de Gracia para permitir las visitas del público a los tronos.
La decisión de suspender se tomó no solo porque llovía, sino porque iba a hacerlo de manera intermitente durante toda la tarde. Ayala confirmó que el meteorólogo que asesora a la cofradía no garantizaba un claro en el cielo lo suficientemente prolongado, de entre cuatro y cinco horas, para sacar la procesión a la calle sin riesgo para los niños que participan de hebreos, portapasos y nazarenos. Así que no hubo más remedio que suspender.
Profunda decepción para una cofradía que el Domingo de Ramos de 2024 se vio sorprendida por la lluvia cuando ya estaban en las calles los tercios de hebreos y los tronos de una procesión que protagonizan unos cuatro mil niños. Hubo disolución del cortejo y la orden de regresar a Santa María de Gracia por el camino más directo. Pero eso no evitó algunos daños en el vestuario, en bordados, en las imágenes devocionales y en las tallas de los tronos. Las agrupaciones han hecho un esfuerzo importante durante el último año para recupera todo ese patrimonio y tenerlo dispuesto para este 2025.
No hubo consuelo para los niños que se quedaron en casa o en los alrededores de la iglesia de la calle del Aire con las túnicas puestas esperando noticias positivas. Tampoco para los mayores, que dedicaron su esfuerzo, su talento y su dinero para preparar la procesión, tras la desilusión del Viernes de Dolores. El que más lo sufrió, el hermano mayor, que en veinte meses en el cargo lleva unos cuantos sinsabores por la lluvia.
Ayala recibió las visitas y el apoyo de la alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, y de la consejera de Cultura y Turismo, Carmen María Conesa. Igualmente pasaron por la iglesia los máximos responsables de los marrajos, Francisco Pagán, y del Socorro, Javier Pavía, que también preside la Junta de Cofradías. Los resucitados, que han pasado por el mismo trance demasiadas veces en los últimos años, también brindaron su apoyo por medio de su primer mayordomo, Pedro Antonio Giménez.
Ante la falta de procesión, la cofradía optó por abrir las puertas de Santa María de Gracia para permitir a cualquier procesionista, visitante o turista ver de cerca los tronos preparados para representar la catequesis plástica por las calles de Cartagena. Todos ellos iban vestidos de flor. Destacaban por su originalidad floral el del Bautismo de Jesús, del Prendimiento, y los de la Samaritana y la Burrica, por lo que representan para los californios y en esa procesión.
En este Domingo de Ramos aciago para los procesionistas en general y los californios en particular solo desfilaron por las calles de Cartagena los soldados romanos encarnados. Los populares judíos hicieron el pasacalles antes de que las calles de Cartagena se mojaran con las primeras gotas de lluvia del día.
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