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Viernes, 28 de marzo 2025, 13:28
El cáncer de colon es el tumor maligno con mayor incidencia en España, si se cuentan hombres y mujeres. De hecho, su incidencia ha ido en aumento en las últimas décadas.
Según el Observatorio del Cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer, en 2023 se diagnosticaron 40.203 nuevos casos. Esto representa un 15% del total de tumores en el país. El riesgo de padecer cáncer colorrectal en el transcurso de la vida es de aproximadamente 1 de cada 23 (4,3%) para los hombres y 1 de cada 25 (4,0%) para las mujeres. Por tanto, el número de casos nuevos detectados por cada 100.000 habitantes es de 102.
Sin embargo, las tasas de mortalidad, en hombres y mujeres, han disminuido gracias a los avances en la detección temprana y en los tratamientos.
Nos hemos puesto en contacto con el doctor Joseba Rebollo, oncólogo del Hospital Quirónsalud Murcia, para profundizar un poco más en esta enfermedad. Su unidad cuenta con un equipo multidisciplinar especializado en el abordaje integral de este tipo de cáncer, ofreciendo tratamientos de vanguardia para mejorar la calidad de vida y las tasas de remisión en los pacientes.
También hemos hablado con el doctor Juan Antonio Luján, jefe del Servicio de Cirugía General y Oncología Quirúrgica del Hospital Quirónsalud Murcia y BOARD Europeo en Coloproctología, y estas son las conclusiones.
En la etapa inicial te va a resultar difícil reconocer los síntomas del cáncer de colon porque suele ser asintomático. Esto quiere decir que no te darás cuenta de que padeces la enfermedad hasta que esté en un estado avanzado.
De aquí nace la primera necesidad de someterse regularmente a las pruebas de cribado contempladas en los programas de screening poblacional para este cáncer.
Sin embargo, cuando da la cara, los síntomas más frecuentes son:
Cambio persistente en los hábitos intestinales, incluidos diarrea o estreñimiento, o un cambio en la consistencia de las heces.
Sangre en las heces.
Molestia abdominal persistente, como calambres, gases o dolor.
Una sensación de que el intestino no se vacía por completo.
Debilidad o fatiga.
Pérdida de peso sin causa aparente.
El cáncer de colon es uno de los más fáciles de tratar con un diagnóstico temprano. Por eso, decimos que detectar el cáncer en las primeras fases mejora significativamente la posibilidad de curación.
De ahí la importancia del cribado y la detección precoz, que se realiza mediante dos pruebas:
1. Test de sangre oculta en heces (TSOH). Esta prueba la puede solicitar el médico de familia cada dos años para quienes tienen entre 50 y 69 años. En caso de resultar positiva, se realizaría también la segunda prueba.
2. Colonoscopia. Con ella, se puede observar la presencia de pólipos. De este modo, se pueden extirpar directamente con la propia prueba, evitando que evolucionen a tumor.
El programa de cribado está destinado a personas con más de 50 años con el objetivo de detectar la enfermedad y tratarla cuanto antes. Aun así, en la actualidad, dado el aumento de casos en personas más jóvenes, «se recomienda la realización de los test de screening o pruebas de diagnóstico precoz a partir de los 45 años. Especialmente, si existe algún tipo de antecedente familiar o cualquier síntoma relacionado», indica el doctor Rebollo.
La tasa de mortalidad a causa de cáncer colorrectal ha disminuido mucho debido, probablemente, a varias razones. Es posible que una de ellas sea el cribado. Hoy en día, se detectan con mayor frecuencia los pólipos colorrectales y se extirpan antes de que se transformen en cáncer. Además, se detectan más temprano, cuando es más fácil tratar la enfermedad.
Por otro lado, el tratamiento del cáncer colorrectal ha mejorado durante las últimas décadas. En consecuencia, «los resultados de supervivencia global a los 5 años son similares a los del cáncer de recto. Sin embargo, en general, el pronóstico del cáncer de colon es mejor».
Los avances en oncología han permitido mejorar la esperanza de vida de los pacientes gracias a la detección temprana y a tratamientos más efectivos. Según el estadio en el que se detecta la enfermedad, la tasa de supervivencia a 5 años es la siguiente:
Estadio I: 90 a 92%
Estadio II: 50 a 75%
Estadio III: 25 a 55%
Estadio IV: Menos del 8%
El cáncer de colon no es una enfermedad homogénea, sino que evoluciona en diferentes etapas que determinan su gravedad y el enfoque del tratamiento. Identificar en qué fase se encuentra es clave para establecer el mejor abordaje terapéutico y, con ello, las probabilidades de éxito.
Podemos diferenciar las siguientes etapas o estadios:
-Etapa 0. Es la fase más temprana y precoz del cáncer colorrectal.
-Etapas I y II. En estas fases, el tumor está localizado en el intestino y tiene cierto tamaño.
-Etapa III. En este momento, ya podemos detectar algunos ganglios linfáticos afectados por el tumor.
-Etapa IV. Otros órganos tienen metástasis.
Por regla general, cuanto más bajo sea el número, menos se ha propagado el cáncer. Un número más alto, como la etapa IV, significa una mayor propagación del cáncer. Además, dentro de una etapa, una letra menor significa una etapa menos avanzada.
Si bien la experiencia del cáncer de cada persona es única, los cánceres con etapas similares suelen tener un pronóstico similar, y a menudo se tratan de manera muy similar.
Los órganos más frecuentes donde aparecen metástasis son el hígado y el pulmón, aunque en realidad, puede afectar a cualquier órgano.
Al diagnóstico, alrededor del 10% de los casos de cáncer colorrectal son metastásicos.
Asimismo, cerca del 50% de los casos desarrollan metástasis durante su evolución. Y cabe destacar que el 25% desarrollarán metástasis en la cavidad peritoneal, la cual también se conoce como carcinomatosis peritoneal. En estos estadios, la posibilidad de curación es baja.
El tratamiento del cáncer de colon, en la actualidad, es integral y se planifica en comités multidisciplinares. En ellos participan cirujanos colorrectales, oncólogos, radiólogos, patólogos, radioterapeutas, médicos nucleares y digestólogos, entre otros especialistas.
Los tratamientos pueden ser quirúrgicos o no, ya que cada vez más somos capaces de tratar el cáncer sin extirpar el órgano donde se encuentra. Sin embargo, «la piedra angular sobre la que gira el tratamiento curativo del cáncer colorrectal es la cirugía», afirma el doctor Luján, jefe del Servicio de Cirugía General y Oncología Quirúrgica del Hospital Quirónsalud Murcia.
«Los avances en la radioterapia y la oncología (nuevos quimioterápicos, la inmunoterapia, etc.) están consiguiendo que más pacientes se puedan curar SIN extirpar el órgano donde se encuentra el cáncer». No obstante, este tipo de terapias, a día de hoy, siguen en fase de investigación, pero son «muy prometedoras y esperamos tener resultados claros en poco tiempo».
Para hablar de la cirugía, hay que diferenciar entre el tumor original y primitivo que está localizado y los avanzados o metastásicos. Por regla general, en un tumor localizado se utiliza una técnica mínimamente invasiva (laparoscopia). Sin embargo, en determinados centros se apoyan más en la robótica y realizan un abordaje con mayor agresión quirúrgica y precisión.
La laparoscopia suele ser la técnica de elección, pero se prevé que en los próximos años dejará paso a la robótica. «Esto es muy interesante, sobre todo en las cirugías de cáncer de recto, porque ofrece mayores ventajas que la laparoscopia», nos indica el doctor Luján. De hecho, con la especialización de los cirujanos generales en la coloproctología y la concentración de casos, los resultados quirúrgicos han mejorado espectacularmente.
En los casos avanzados, puede ser necesaria la extirpación de otros órganos. Entonces, la cirugía se desarrolla por abordajes mínimamente invasivos, bien de forma simultánea o secuencial.
«Si se trata de un paciente con una metástasis cuantificable (oligometastásica), actualmente también se aborda quirúrgicamente», dice el doctor Luján. No obstante, es necesario contar con un equipo multidisciplinar para obtener un buen resultado, ya que estos pacientes requerirán de otras terapias (quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia etc.).
El límite no lo marca el lugar en el que se encuentran las metástasis, sino si es o no viable realizar una cirugía radical manteniendo la funcionalidad del órgano (pulmón, hígado, peritoneo, cerebro, etc.).
Con respecto a la mortalidad postoperatoria, hay que destacar que va en consonancia con el tipo de cirugía realizada. El doctor Luján destaca que la mortalidad en una cirugía de tumor localizado se sitúa por debajo del 2% siempre que sea realizada por cirujanos especialistas en coloproctología.
No hay una manera que ciertamente prevenga el cáncer colorrectal. Sin embargo, existen medidas que pueden ayudar a reducir su riesgo, como cambiar los factores de riesgo.
En este sentido, el doctor nos ha hablado tanto de los factores modificables como de los no modificables para ayudar a reducir su incidencia.
La relación entre alimentación, peso y ejercicio con el riesgo de cáncer colorrectal es de las más estrechas entre todos los tipos de cáncer. Aun así, son muchos los factores relacionados con el estilo de vida que, de un modo u otro, están vinculados a este cáncer.
Las personas con sobrepeso u obesidad tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal y morir por su causa.
Tanto el sobrepeso como la obesidad aumentan el riesgo de cáncer de colon y de recto en hombres y mujeres. Sin embargo, parece ser que esta asociación es mayor entre los hombres. Por tanto, conseguir y mantener un rango de peso saludable puede que ayude a reducir el riesgo.
Las personas sedentarias y físicamente inactivas tienen una mayor probabilidad de desarrollar cáncer colorrectal. Por el contrario, una actividad física regular con una intensidad de moderada a vigorosa puede ayudar a disminuir el riesgo.
Una alimentación basada en el consumo de carnes procesadas y un alto consumo de carne roja puede aumentar el riesgo de cáncer colorrectal.
Para minimizar el riesgo, necesitas seguir un patrón de alimentación saludable. En él no puedes olvidar incluir frutas, verduras y granos integrales. Al mismo tiempo, debes limitar o incluso evitar las bebidas azucaradas y el consumo de carnes rojas y procesadas.
Las personas que han fumado por mucho tiempo tienen una probabilidad mayor de desarrollar cáncer colorrectal y morir debido a él que las personas que no fuman. Se sabe bien que fumar es un causante del cáncer de pulmón, pero también está asociado a otros tipos de cáncer, como el colorrectal.
Otra de las sustancias vinculadas con el cáncer colorrectal es el alcohol, más bien el consumo excesivo de este. Para evitar su impacto negativo en tu salud, lo mejor es no tomar bebidas con alcohol o limitar su consumo a 1 bebida diaria para mujeres y 2 en el caso de los hombres.
Existen también algunos factores de riesgo del cáncer colorrectal que están fuera de nuestro control, ya que dependen de la genética, la edad o antecedentes familiares. Si bien no se pueden modificar, conocerlos permite identificar a las personas con mayor riesgo y establecer estrategias de detección temprana más efectivas.
El riesgo de padecer cáncer colorrectal aumenta con la edad. Los adultos jóvenes pueden llegar a tenerlo, pero es mucho más común después de los 50 años de edad.
Tener antecedentes de pólipos adenomatosos (pólipos que se pueden convertir en cáncer o adenomas) aumenta el riesgo de cáncer colorrectal. Esto es especialmente cierto si los pólipos son grandes, si existen muchos de ellos o si alguno de ellos muestra displasia.
Las personas que han tenido cáncer colorrectal, aunque se haya extirpado en su totalidad, tienen más probabilidades de desarrollar nuevos cánceres en otras áreas del colon y el recto. Además, las probabilidades de que esto suceda son mucho mayores si el primer cáncer colorrectal se dio en la juventud.
Quienes sufren colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn, entre otras enfermedades inflamatorias del intestino, tienen un mayor riesgo de padecer cáncer colorrectal.
La mayoría de los cánceres colorrectales se descubren en personas sin antecedentes familiares de este tipo de cáncer. A pesar de esto, casi una de cada tres personas que lo padece tiene otros familiares que han pasado por lo mismo.
Las personas con antecedente de cáncer colorrectal en un familiar de primer grado (padre, madre, hermanos, hermanas o hijos) tienen un mayor riesgo. Y ese riesgo es aún mayor si el familiar fue diagnosticado con cáncer cuando tenía menos de 45 años. También si hay más de un familiar de primer grado afectado por esta enfermedad.
Las razones para el riesgo más elevado no están claras en todos los casos. Según el doctor Luján «los cánceres que «vienen de familia» pueden deberse a genes heredados, a que se comparten factores ambientales o a cierta combinación de estos factores».
Tener familiares que hayan tenido pólipos adenomatosos también está relacionado con un mayor riesgo de cáncer de colon. Por tanto, si tienes antecedentes en la familia, deberías consultar con tu médico sobre la posibilidad de realizar pruebas de detección precoz.
De igual manera, si has tenido pólipos adenomatosos o cáncer colorrectal deberías informar a tus familiares cercanos. Así, ellos podrían informar a sus médicos y realizarse las pruebas de detección incluso antes de los 50 años.
Alrededor del 5% de las personas que padecen cáncer colorrectal presentan cambios genéticos hereditarios (mutaciones) que pueden causar síndromes de cáncer familiar y que pueden llevar a padecer la enfermedad.
Los síndromes hereditarios más comunes asociados con el cáncer colorrectal son el síndrome de Lynch (cáncer colorrectal hereditario sin poliposis o HNPCC) y la poliposis adenomatosa familiar (FAP, siglas en inglés). Sin embargo, otros síndromes menos comunes también pueden aumentar el riesgo de cáncer colorrectal.
Por razones aún desconocidas, las personas de raza negra tienen las tasas de incidencia y de mortalidad de cáncer colorrectal más altas de todos los grupos raciales de los Estados Unidos.
En cambio, los judíos procedentes de Europa Oriental (judíos asquenazíes) tienen uno de los mayores riesgos de cáncer colorrectal en comparación con cualquier otro grupo étnico en el mundo.
Las personas con diabetes tipo 2 (usualmente no dependiente de insulina) tienen un mayor riesgo de padecer cáncer colorrectal. Tanto la diabetes tipo 2 como el cáncer colorrectal comparten algunos de los mismos factores de riesgo (como tener sobrepeso e inactividad física).
Sin embargo, aun cuando se toman estos factores en consideración, las personas con diabetes tipo 2 todavía presentan un mayor riesgo. Estas personas también suelen tener un pronóstico menos favorable después del diagnóstico.
El Hospital Quirónsalud Murcia dispone de un equipo médico altamente especializado en el diagnóstico y tratamiento del cáncer de colon. Los doctores Joseba Rebollo, oncólogo, y Juan Antonio Luján, jefe del Servicio de Cirugía General y Oncología Quirúrgica del Hospital Quirónsalud Murcia, subrayan la importancia de la detección precoz y del enfoque multidisciplinar para mejorar el pronóstico de los pacientes.
Gracias a los avances en técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas y en tratamientos personalizados, hoy es posible ofrecer soluciones más eficaces y con mejores tasas de recuperación.
En Quirónsalud Murcia, los especialistas trabajan con tecnología de última generación para realizar diagnósticos precisos y tratamientos adaptados a cada paciente. Su compromiso con la innovación y la excelencia médica permite mejorar la calidad de vida de quienes enfrentan esta enfermedad.
Si tienes síntomas, antecedentes familiares o dudas sobre tu salud digestiva, no esperes más. La detección precoz puede marcar la diferencia y salvar vidas. En el Hospital Quirónsalud Murcia encontrarás un equipo de profesionales preparados para ofrecerte la mejor atención con las soluciones más avanzadas para el diagnóstico y tratamiento del cáncer colorrectal.
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