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Viernes, 24 de mayo 2024, 00:01
Los pólipos uterinos son una afección ginecológica frecuente que puede afectar significativamente la salud de las mujeres si no se detectan y tratan a tiempo. Pueden estar relacionados con diversos factores de riesgo y, aunque a menudo son asintomáticos, pueden provocar síntomas molestos y complicaciones serias.
Para elaborar este artículo hemos contado con la colaboración del Doctor Eli Pedro Monzón Castillo, especialista del Servicio de Ginecología del Hospital Quirónsalud Murcia. En las siguientes líneas, abordamos las causas, síntomas y tipos de pólipos uterinos, así como los métodos de diagnóstico y las opciones de tratamiento disponibles. Además, subrayamos la importancia de un seguimiento médico adecuado para evitar posibles complicaciones y mejorar la calidad de vida de las pacientes.
Los pólipos uterinos son tumoraciones benignas que se desarrollan en el revestimiento del útero, conocido como endometrio. Estos crecimientos están formados por células endometriales y pueden variar en tamaño. Así, podemos encontrar desde pequeños puntos que apenas son visibles hasta crecimientos más grandes que ocupan toda la cavidad uterina.
Según su composición histológica (el tipo de tejido del que están formados) y su forma (sésiles o pediculados), es posible identificar diferentes tipos de pólipos. Aun así, la forma más habitual de clasificación es por su localización dentro del útero:
● Pólipos endometriales. Son los más comunes y se desarrollan en el endometrio, es decir, en el revestimiento interno del útero. Están formados principalmente por células glandulares y estromales, que son componentes normales del endometrio.
● Pólipos cervicales. Estos pólipos se desarrollan en el cuello uterino. A menudo, están compuestos por tejido glandular o tejido conectivo fibroso.
Por otro lado, el doctor Monzón afirma que «independientemente del tipo específico, la mayoría de los pólipos uterinos son benignos (no cancerosos)».
En la actualidad, se cree que pueden estar relacionados con cambios en los niveles hormonales, especialmente los niveles de estrógeno. De igual modo, también hay razones que apuntan a la inflamación crónica del endometrio.
Según los especialistas, entre los factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar pólipos se incluyen:
● Obesidad.
● Síndrome de ovario poliquístico o SOP.
● Hipertensión arterial.
● Edad. El riesgo de desarrollar pólipos aumenta con la edad, siendo el máximo de incidencia a los 50 años y disminuyendo tras la menopausia.
● Medicamentos. Afectan a mujeres que toman tamoxifeno como tratamiento complementario de un cáncer de mama.
Los pólipos uterinos tienen síntomas que varían de una persona a otra. De hecho, la mayoría son asintomáticos, y se diagnostican en revisiones ginecológicas rutinarias.
Sin embargo, los síntomas comunes incluyen sangrado vaginal, que puede ser un sangrado uterino anormal o surgir tras mantener relaciones sexuales. En este caso, hablamos de períodos menstruales más abundantes o prolongados, sangrado entre períodos menstruales o sangrado después de la menopausia.
En el Hospital Quirónsalud de Murcia realizan varias pruebas y procedimientos para detectar los pólipos uterinos. Ayudan a confirmar su presencia y proporcionan información sobre su tamaño, ubicación y características. Así, con base en los resultados obtenidos, el médico podrá recomendar el tratamiento adecuado.
Las pruebas que se realizan con más frecuencia para la detección de los pólipos uterinos son las siguientes:
● Ecografía transvaginal. Se utiliza una sonda de ultrasonido, insertada en la vagina, para obtener imágenes detalladas del útero y los ovarios. El ultrasonido transvaginal será clave para la sospecha de pólipo endometrial.
● Histeroscopia. En este procedimiento se inserta un dispositivo delgado y flexible llamado histeroscopio a través del cuello uterino hasta la cavidad uterina. Tiene una cámara en el extremo que permite al médico visualizar el interior del útero y detectar cualquier anomalía, como los pólipos uterinos. Por lo tanto, resulta de gran utilidad para confirmar el diagnóstico de sospecha.
El tratamiento de los pólipos uterinos depende de varios factores, incluyendo el tamaño y la cantidad de pólipos, la presencia de síntomas, la edad y los deseos reproductivos de la paciente.
Entonces, ¿cómo se tratan estos pólipos de manera habitual? El tratamiento específico recomendado variará según las necesidades individuales de cada paciente. Ha de discutirse con el médico especialista tras una evaluación completa y un diagnóstico preciso, aunque las opciones más utilizadas son:
● Observación vigilada. La observación activa se recomienda cuando los pólipos son pequeños, asintomáticos y no afectan la salud o la calidad de vida de la paciente. En tales casos, se pueden realizar controles periódicos para monitorear cualquier cambio en los síntomas o el tamaño de los pólipos.
● Extirpación. La extirpación de los pólipos uterinos es un tratamiento común y, generalmente, se realiza mediante histeroscopia.
Lo más importante en este caso es una detección temprana. A partir de ahí, la clave está en seguir las recomendaciones del médico en cuanto al tratamiento y seguimiento. De este modo, es posible prevenir complicaciones que pueden revestir mayor gravedad.
Hay que tener presente que no todos los pólipos se vuelven cancerosos. Sin embargo, es esencial someterse a pruebas de detección regulares.
¿Qué pasa entonces si los pólipos no se tratan o se tratan de un modo inadecuado? Algunas de las posibles consecuencias incluyen:
● Aumento de los síntomas de sangrado uterino anormal.
● Anemia. El sangrado uterino excesivo causado por los pólipos puede llevar a la pérdida de hierro y la anemia, sobre todo, si no se aborda adecuadamente. La anemia puede causar fatiga, debilidad, mareos y otros síntomas que afectan la salud general.
● Problemas de fertilidad. Los pólipos uterinos pueden interferir con la implantación del óvulo fertilizado en el útero, dificultando el embarazo o aumentando el riesgo de aborto espontáneo.
● Crecimiento y complicaciones. Aunque la mayoría de los pólipos uterinos son benignos, pueden crecer y obstruir el canal cervical o de las trompas de Falopio. En consecuencia, se puede producir la retención de líquido menstrual, infecciones recurrentes o incluso problemas de fertilidad.
● Cambios precancerosos o cancerosos. Aunque los pólipos uterinos son generalmente benignos, en algunos casos pueden ser precancerosos o, muy raramente, cancerosos. No tratar los pólipos podría permitir que estos cambios progresen y aumenten el riesgo de desarrollar cáncer de útero en el futuro.
Si los pólipos uterinos son pequeños, asintomáticos y no causan problemas de salud significativos, el médico puede optar, simplemente, por observarlos sin intervenir activamente. Aun así, es importante realizar un seguimiento médico adecuado y considerar las opciones de tratamiento para prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida de la paciente.
La detección temprana y el tratamiento adecuado de los pólipos uterinos son esenciales para prevenir complicaciones graves y mantener una buena salud ginecológica. Y esto es algo que, en el Hospital Quirónsalud de Murcia, el doctor Eli Pedro Monzón transmite a sus pacientes.
Aunque los pólipos suelen ser benignos, pueden causar síntomas significativos y afectar la fertilidad si no se abordan adecuadamente. Por ello, aconseja a las mujeres que se realicen revisiones ginecológicas regulares y sigan las recomendaciones médicas para el manejo de los pólipos uterinos. Gracias a la intervención apropiada, es posible minimizar los riesgos asociados y mejorar la calidad de vida.
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