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LA VERDAD
Jueves, 27 de marzo 2025, 12:43
«La vida en la sociedad contemporánea se ha acelerado». Así explica Francesc Núñez, profesor de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC) la sensación continua de estrés y de falta de tiempo que sienten muchas personas. «La cantidad de cosas que hacer por unidad de tiempo ha aumentado», afirma Núñez. Esto ocasiona unos altos niveles de estrés y frustración que pueden tener graves consecuencias.
Según datos recientes de UGT, en 2023 se registraron más de 600.000 bajas laborales por trastornos mentales en España. El 15% de las más prolongadas se debieron al estrés, que supone la segunda causa principal después de los problemas musculoesqueléticos. Según Núñez, este aumento de las bajas por estrés son una consecuencia directa la frustración y la insatisfacción con la vida, derivadas de la «alta presión del tiempo y la pérdida del sentido».
El estrés no sólo resulta perjudicial para la vida diaria y el ámbito laboral, sino que puede afectar negativamente a nuestro cerebro. Diego Emilia Redolar, neurocientífico y profesor en la UOC, explica que la presión del tiempo combinada con una percepción de falta de control afecta a tres regiones cerebrales clave: la amígdala, la corteza prefrontal y el hipocampo. «En la corteza prefrontal, el cortisol, la hormona liberada durante el estrés, provoca una disminución en la capacidad de tomar decisiones acertadas y de razonar de forma efectiva», afirma. Si bien este cambio suele revertirse cuando el estrés desaparece, en el caso del hipocampo «atrofia sus neuronas piramidales y reduce su capacidad para consolidar información de forma permanente, además de inhibir la formación de nuevas neuronas».
Si bien no existen soluciones mágicas para reducir los niveles de estrés, hay técnicas de gestión que pueden ayudarnos a «abandonar la obsesión por controlar y poseer lo que nos rodea», como afirma Núñez. Estas estrategias ayudan a recuperar la sensación de control y mejoran nuestra calidad de vida.
Elaborar listas: Esta técnica tan simple puede resultar sorprendentemente beneficiosa, ya que aumenta la percepción de control. Estudios en neurociencia indican que, cuanto más aumenta esta percepción, menos impacta el cortisol en el sistema nervioso.
Recuperar la conversación cara a cara: La comunicación electrónica, si bien es más rápida e inmediata, también tiene efectos negativos relacionados con la falta de empatía, la dificultad para escuchar, la superficialidad en los diálogos o la distracción. En ese sentido, la conversación cara a cara puede reducir los niveles de estrés resultantes de la barrera tecnológica.
Practicar actividad física treinta minutos: En una sociedad tan centrada en el trabajo y la productividad constante, tener media hora al día para ti puede suponer un gran cambio. Si es al aire libre, aún mejor.
Un buen sueño: Un descanso adecuado es fundamental para recuperar el equilibrio emocional. La falta de sueño puede hacer que el cuerpo reaccione como si estuviera estresado, liberando aún más cortisol.
Aprender a decir que no: Suena muy fácil, pero en una sociedad que demanda productividad constante puede resultar complicado. Sin embargo, esta simple palabra nos ayuda a marcar límites, valorar más nuestro tiempo y, por consiguiente, reducir el estrés.
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