De barbas y barberos
Ricardo Fernández
Domingo, 3 de enero 2016, 07:38
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Ricardo Fernández
Domingo, 3 de enero 2016, 07:38
Duró la regeneración en la Región lo que tardó en caer el primer imputado. (Perdón, ahora hay que decir 'investigado', porque lo otro tiene connotaciones peyorativas, ¡y agradezcamos que al Gobierno no se le ocurrió imponer para los encausados el término 'héroes de la patria'! ¿Imaginan?). A lo que vamos. Que a estas alturas a uno ya no lo van a coger de pardillo, aunque me vea obligado a admitir que escuchando a nuestros políticos en la campaña electoral de las autonómicas y municipales, y en especial a quien parecía llamado a gobernar y acabó haciéndolo, Pedro Antonio Sánchez (PP), atravesé por algún momento de flojera. Y tentado estuve de creer que sí, que era cierto, que al fin nos íbamos a librar del bochornoso espectáculo de tener a sospechosos de corrupción -desde alcaldes hasta delegados del Gobierno- ocupando poltronas públicas.
Tuvieron que ser la ya exalcaldesa de Torre Pacheco, Josefa Marín, y su 'dedo mágico' quienes en breve plazo, por mor del nombramiento presuntamente prevaricador de una interventora, me arrebataran toda esperanza. Ahí seguirían, la munícipe y su derecho índice derecho, alardeando de sus hechiceras habilidades, de no mediar una moción de censura que la puso donde el PP no quiso -o no pudo, que casi sería peor- situarla: fuera de la Alcaldía.
A partir de ese asunto, el término regeneración no es que se haya devaluado, sino que directamente ha caído en desuso. Ha sido extirpado, del lenguaje político. Lo cual, seamos justos, es de agradecer, pues se me haría insoportable escuchar tales cantos de sirena mientras buscan convencerme de que determinados hechos no son delitos de corrupción, sino 'lapsus administrativos', y los aforados siguen disfrutando de sus privilegios y Pilar Barreiro permanece parapetada -ahora en el Senado- de las andanadas que puedan llegarle de la 'Púnica'.
De Puerto Lumbreras ya ni hablamos, con medio equipo de Gobierno imputado en el 'caso Auditorio'. Que debe ser muy complicado ejercer de barbero cuando son tus propias barbas las que están puestas a remojar.
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