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Atasco en el quirófano

Javier Pérez Parra

Domingo, 3 de enero 2016, 07:39

Proclamó el Gobierno regional, cuando en los albores de la crisis sacó las tijeras, que los ajustes en las cuentas públicas no afectarían a la calidad del sistema sanitario. Desde entonces no se ha bajado del burro del 'discurso-mantra', repetido cual autómatas por las sucesivas consejeras de Sanidad. Pero mientras el mensaje entraba en bucle, los tiempos de espera en los quirófanos empezaron a aumentar. Al principio, los malos datos se intentaron vestir con el análisis más amable posible. Después, se optó por retrasar hasta el aburrimiento la publicación de las estadísticas. Cuando llegó 2015, disfrazar la realidad se tornó imposible. Los murcianos esperan 122 días de media para una operación quirúrgica, 35 más que el promedio nacional. En cinco años, las demoras se han duplicado. Sí, es cierto que ante un cáncer o una operación a vida o muerte no hay demoras. Faltaría más. Pero que 1.299 pacientes llevasen, a 31 de diciembre de 2014, más de un año esperando su turno es un dato preocupante, por muy benigna o leve que fuese la intervención a la que se enfrentaban. Porque todo el mundo sabe a lo que conduce un sistema sanitario en el que las esperas se eternizan: a que quien tiene dinero se vaya a la privada mientras el resto se resigna a convivir con su hernia y sus dolores.

La consejera Encarna Guillén ha anunciado un plan de choque que consiste, básicamente, en tirar de chequera, derivando pacientes a los conciertos y pagando peonadas a los sanitarios para que operen por las tardes. El recorte a esas peonadas -que resultan carísimas- explica de hecho parte del incremento de las demoras en los últimos años. Guillén tiene ahora el reto de devolver las listas de espera a parámetros asumibles al tiempo que controla el gasto, que se disparó en los años del boom fruto de una alegre gestión y de decisiones -como la de convertir las guardias médicas en las más caras de España- que nadie se ha atrevido a tocar. De momento, la consejera ha empezado por poner orden forzando la salida del exgerente del SMS, Manuel Ángel Moreno, salpicado por varias contrataciones que el Consejo Jurídico tachó de irregulares, y que desveló La Verdad.

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