El Real Murcia cumple y ya mira a La Rosaleda

El equipo grana cumplió, aunque no con un fútbol brillante y de tiralíneas. Lo hizo otra vez desde la intensidad y el amor propio. Con varios nombres que resaltaron por encima de los demás. Como el de Dani Vega, el futbolista más en forma en ataque del Murcia, o Tomás Pina, que se fue del terreno de juego ovacionado tras hacer otro buen partido y marcar un gol. Al jugador manchego le ha pesado su curriculum y una categoría intensa, aunque ahora es imprescindible en el centro del campo grana. Pero poco más ya que la victoria del Ceuta evitó una fiesta mayor, aunque los granas siguen a tres puntos del quinto antes de visitar La Rosaleda, un partido que va a medir las verdaderas posibilidades del equipo grana antes de la auténtica final contra el Ceuta.

Pablo Alfaro tiró de un once lógico con un cambio en la medular: Pedro León ocupó el puesto de tercer centrocampista en detrimento de Svidersky, un mediocentro más posicional. El técnico grana buscó poder crear más fútbol del centro del campo hacia arriba con el murciano jugando entre líneas. Además Juanmi Carrión, tras marcar en Algeciras y debido a la baja de Loren Burón, siguió en el extremo izquierdo, mientras que Carrillo, autor del gol frente al Granada B, volvía a ser la referencia arriba. Atrás, ni un solo retoque después de cuatro jornadas sin encajar un gol.

La entrada del Real Murcia al partido fue la de un equipo que quería ganar sí o sí. Lo hizo con decisión, con intensidad y recuperando balones en la parcela ancha del terreno de juego. Y con Sabit participando mucho en el arranque de casi todas las jugadas. A los pocos minutos también el Melilla dejó claro su planteamiento: meterse atrás y cederle toda la responsabilidad a su rival a pesar de que se jugaba las últimas opciones de permanencia. Y antes de que el partido tomara forma llegó un gran centro desde la derecha de Dani Vega que Tomás Pina, en el segundo palo y en plancha, transformó en gol con un buen remate de cabeza pegado al palo izquierdo de la portería de Salcedo.

Pese al 1-0 el Melilla siguió metido atrás y apenas se estiró, mientras que el Real Murcia, reforzado por la ventaja, seguía dominando el juego. Eso sí, le costaba generar ocasiones de gol y el juego siempre partía de las botas de Sabit, Alberto González o Rofino, todos con un claro perfil defensivo. El grana más peligroso era Dani Vega, mientras que el público perdonaba algunas imprecisiones de Baró debido a su gran derroche físico. Es más, el balear, que se ha metido a la gente en el bolsillo, se llevó algunas de las ovaciones de la primera parte.

Hasta que José Ruiz, también muy metido en el partido, como siempre, robó un balón en poder del Melilla y encontró a Pedro León con un buen pase. El muleño, que hasta ese momento no había entrado mucho en el partido, centró al área donde Carrillo, imponiendose a Salcedo, remató de cabeza un balón a gran altura para hacer el 2-0 antes del descanso. El equipo de Alfaro tenía la victoria en sus manos, solo necesitaba hacer que la segunda parte no se le hiciera muy larga y amarrar el choque con algún gol más. Lo demás no dependía de él y sí de lo que pasaba en el Alfonso Murube, la casa del Ceuta, el gran rival grana por la última plaza del 'playoff'.

La segunda parte arrancó con el cambio inesperado de Sabit por Larrea, un futbolista al que Alfaro quiere recuperar para el tramo final y que llegó en verano para ser un futbolista determinante. Víctor Basadre, extécnico grana ahora en el banquillo del Melilla, también cambió tres jugadores buscando reanimar a su equipo. De hecho, el conjunto norteafricano se acercó más a la portería de Manu García e incluso anotó un gol que fue anulado por fuera de juego, pero enseguida se diluyó. La sensación de tener el partido ganado lastró el juego grana, que era más pesado y previsible. No obstante Carrillo reclamó un penalti por mano de un defensor visitante y Larrea se probó desde fuera del área con un disparo que se fue por encima del larguero.

El partido siguió en zona de nadie, con un Melilla que de vez en cuando daba un paso adelante, aunque no asustó lo suficiente a un Real Murcia seguro con más caras nuevas sobre el césped como Svidersky, Isi Gómez, Enol Coto y Amín Abaradán.

No obstante, Carrillo generó dos nuevas ocasiones de gol antes de abandonar el partido. La primera, un disparo desde la frontal del área y después tras un pase de Dani Vega, su mejor socio este domingo. Pero no hubo más; el Murcia se fue despedido con una ovación por parte de sus aficionados y sabiendo que en La Rosaleda, el próximo domingo, se juega media temporada. Si el equipo grana consigue la victoria en uno de los campos más difíciles del grupo, recibirá una semana después en el Enrique Roca al Ceuta dependiendo de sí mismo para adelantarlo en la tabla, aunque esa final aun queda un poco lejos.