Un punto que sabe a poco en Valdebebas

El punto de Valdebebas es aceptable para seguir luchando por el 'playoff', pero insuficiente para aspirar al ascenso de forma directa. No se puede reprochar el esfuerzo y el trabajo realizado por el Murcia sobre un césped inapropiado, pero el equipo grana fue mejor y no ganó. Tuvo las mejores ocasiones y solo pudo sumar un punto. Eso es lo que ha pasado toda la campaña, que ha sumado menos puntos de los que ha meredido, y por eso el equipo de Fran Fernández no está al frente de la clasificación del grupo 2.

La principal sorpresa en el once inicial de Fran Fernández fue la presencia de Loren Burón como extremo izquierdo después de sus grises últimas actuaciones. Y sobre todo porque la dirección deportiva hizo una apuesta mayúscula para fichar a Davo, que ayer arrancó el choque en el banquillo. Por lo demás, el técnico grana volvió a apostar por Kike Cadete en la banda izquierda y la pareja Palmberg-Boateng en la medular ante la ausencia por lesión de Isi y la inactividad de Moha, que estaba en el banquillo. A la mediapunta también volvió Juan Carlos Real, imprescindible para el entrenador grana, y más tras marcar la pasada semana el 2-0 ante el Fuenlabrada.

Enfrente estaba un Castilla que llegaba al duelo con confianza, tras no perder ni un partido de los últimos diez, aunque no había conseguido pasar del empate en los últimos tres. Raúl González Blanco, que tras un errático comienzo de liga ha logrado llevar al filial blanco a rondar el 'playoff', dibujó sobre el césped su habitual esquema con dos carrileros, tres centrales y dos delanteros arriba como Loren Zuñiga y Gonzalo, el máximo artillero del grupo 2. Los puntos eran vitales para el Castilla, pero también para Real Murcia, que ganando en Valdebebas igualaría al Ibiza en la cabeza de la tabla, adelantando además al Ceuta y el Antequera, a falta de que todos ellos jueguen sus partidos este fin de semana.

El terreno de juego se mostraba irregular, con mucho barro. Y no por culpa del Real Madrid y sí de las últimas cuatro semanas de lluvia en la capital de España. Aún así, el Real Murcia sacó el mono de trabajo y protagonizó un buen arranque de partido con un centro peligroso de David Vicente por la derecha y con un disparo posterior de Cadete desde la frontal que Fran González, el meta local, despejó con problemas. El partido era de ida y vuelta y se jugaba con un alto ritmo. El mal estado del césped podía provocar alguna pérdida o resbalón inesperado y había que extremar las precauciones.

Poco a poco el Castilla se fue estirando. Primero asustó con un cabezazo de Gonzalo y posteriormente con un fuerte disparo desde fuera del área de Mario Rivas que detuvo con seguridad Gazzaniga. El Real Murcia estaba ordenado, apenas sufría, pero el control del juego ya era blanco y los atacantes locales comenzaron a llegar con más facilidad. El equipo grana estaba demasiado atrás y le costaba salir al contragolpe. Al menos Juan Carlos Real logró provocar la amarilla de Youseff. Y cuando peor lo pasaba el Real Murcia, un gran centro de Saveljich fue cabeceado por Loren, solo y cerca del área pequeña, aunque demasiado centrado, lo suficiente para que Fran González sacara un brazo prodigioso. Por lo menos la ocasión despertó a los granas, que comenzaron a asediar a su rival a base de jugadas a balón parado.

No obstante, al equipo de Fran Fernández le faltaba más agresividad, con jugadores como Loren que debían encarar más, ser más atrevido. Olvidarse de la ocasión fallada. En el final de la primera parte llegaron dos ocasiones clamorosas, una para cada equipo. La del Castilla, un disparo cruzado de David Jiménez que desbarató Gazzaniga con una gran parada en dos tiempos, mientras que la grana fue otra vez de Loren Burón, que tras robar un balón a la defensa blanca no supo definir con calidad y su disparo, cuando tenía todo para hacer el 0-1, se marchó demasiado cruzado. La primera parte acabó con empate a cero, aunque los granas tuvieron las ocasiones más claras aunque no mostraron el colmillo suficiente para ir por delante en el marcador.

El terreno de juego en la segunda parte estuvo todavía más pesado y embarrado, lo que perjudicó tanto al Real Murcia como al Castilla. El choque era cada vez más físico y menos técnico, un correcalles, un ida y vuelta constante que podía perjudicar más a los granas ante la mayor pegada de su rival. De hecho, a los nueve minutos de la segunda parte el Castilla pudo hacer el 1-0, pero David Jiménez, con Gazzaniga casi batido, disparó desviado por muy poco. El césped del Di Stéfano era ya una piscina y Fran Fernández sentó a Boateng y dio entrada a Moha, que reaparecía en la que fue su casa durante muchos años más de dos meses después de lesionarse

Pero el Real Murcia sufría cada vez más, necesitaba tener más el balón, cambiar el plan porque el gol del filial del Real Madrid se veía venir. Fran Fernández necesitaba cambiar el partido desde el banquillo, pero tardaba en reaccionar al nuevo escenario. Hasta que metió a Davo y Kenneth Soler, aunque el que seguía llegando con más peligro era el Castilla. La peor noticia era que los mejores del equipo grana eran el portero y los cuatro de la línea defensiva.

La presencia de Soler arriba incomodó a la defensa grana, el Real Murcia parecía respirar. Al menos salía de la cueva y tenía más el balón. Hasta provocó cuatro saques de esquina seguidos, pero no le sacó partido al balón parado. Ni Saveljich, que libre de marca en el área pequeña, remató de cabeza al palo, en la mejor ocasión del equipo murciano en todo el partido. No hubo otra igual. Para el tramo final Fran Fernández apostó por Cadorini en puesto de Benito, y por Pedro León para suplir a Real en la mediapunta, para encontrar algún disparo lejano y poner en apuros a un Fran González que no había dado muestras de ser un portero especialmente fiable.

Y el Murcia volvió a tener otra gran ocasión para ganar tras un cabezazo de Cadorini que fue una asistencia para Davo, que llegó solo, en el segundo palo, aunque remató contra Fran González, que salió con decisión. El equipo grana parecía desatado, quería la victoria. Ahora así apretaba, pero necesitaba definir mejor. Hasta que llegó la injusta roja para Saveljich, que tras despejar un balón se escurrió y dio una patada a un rival de forma completamente involuntaria. No era ni amarilla. Fran Fernández rehizo al equipo colocando a Cadete de central y a Kenneth Soler de lateral. El Real Murcia no renunció a ganar con diez y bajo la persistente lluvia, pero ya era tarde, se había escapado una victoria que hubiera sido vital en la pelea por el liderato.