'Peligro en La Condomina', aquella mítica frase

Era cuando el Real Murcia y el Hércules de Alicante jugaban en Primera División, y Horacio Abel Moyano, homenajeado en el día de ayer, corría, melena al viento, por la banda del viejo estadio de la Puerta de Orihuela.

Yo he visto un Murcia-Hércules en la máxima categoría del fútbol español, en Segunda División, en Segunda B, y ahora en este invento raro de la Segunda RFEF, la cuarta categoría. Y he visto ganar al Real Murcia 7-0 al conjunto alicantino, en una memorable noche de Copa de la Liga, en la temporada 1984-85.

Y hablando del homenajeado. No se imagina el lector la ilusión que me hizo cruzarme con Moyano al finalizar el partido, y hacerme una foto con él y con Juanjo. No la cambiaría por una con Leo Messi o con Kylian Mbappé. Y no lo haría, entre otras cosas, porque estos tres no han tenido la inmensa suerte de vestir la camiseta del Real Murcia.

Ciñéndonos al partido de ayer. El equipo que entrena Mario Simón volvió a tirar la primera parte. En los primeros 45 minutos el Hércules bien pudo haber dejado sentenciado el duelo. Y cambio radical en la segunda parte, en la que el Real Murcia salió a por el Hércules, y yo diría que mereció más que el empate que reflejó el marcador final. El conjunto alicantino, desbordado por un Real Murcia que cambió el chip tras el paso por los vestuarios en el descanso, se dedicó a perder tiempo descaradamente, y a dejar que corriera el reloj. Y a fe, que casi les sale bien. Oficio le dicen los que entienden de esto.