El césped, mal, pero no tanto como se esperaba

Los dos técnicos temían que el estado del césped pudiese afectar el juego de sus equipos. Sin embargo, pese a lo mal que ya estaba semana atrás, y tras unos días en los que se resintió por la ola de frío polar que acechó la Región de Murcia la pasada semana, que dejó el verde del Artés Carrasco completamente nevado, no deslució más de la cuenta un partido en el que ambos equipos se adaptaron a la superficie.

Paco García reconoció a la conclusión que su idea inicial era no exponer demasiado juego de toque y sí buscar el contragolpe. En cierta medida para no correr riesgos con los botes irregulares que daba el balón. Rayco, de hecho, acusó en primera persona uno de esos botes en la clara ocasión que tuvo delante de Dorronsoro. Tras el descanso y con el marcador adverso, los granas se centraron en mandar balones en largo, algo que no gustó a su técnico que pedía más control. «Desde el gol hemos vuelto a pecar de precipitación y ansiedad. Aunque el campo no beneficiaba el juego, teníamos que haber intentado ser un poquito más horizontales», reconoció.

Por su parte, para Julio Algar el césped no ha mejorado en las últimas jornadas pese a que solo pueden jugar partidos oficiales y no pueden entrenar. «Hay campos bastantes peores en los que estamos jugando», aseguró sobra las quejas que pudiese haber sobre su estado.

Lo cierto es que durante el partido se pudo ver cómo se levantaba en numerosas ocasiones el tapete y los controles o despejes de los jugadores ocasionaron algún que otro quebradero de cabeza. Por ello, ninguna de las defensas quería correr mayores riesgos y prefirieron dar un pelotazo antes que cometer un error de bulto.