Paseo triunfal de Abarca en su adiós

La Junta de Accionistas celebrada ayer en la Nueva Condomina fue un paseo triunfal para el ya expresidente Guillermo Martínez Abarca. La expectación fue mayúscula y, según el abogado murciano, la alta participación de accionistas demuestra que «el Real Murcia está muy vivo, en las Juntas que celebrábamos antes había más gente en el lado de los consejeros que en el de los accionistas que acudían», aseguró ayer. Desde las once de la mañana comenzaron a llegar a la puerta principal del estadio los protagonistas de una cita clave para el futuro de la entidad centenaria. El primero fue el propio Abarca, que lo hizo unos minutos antes de las once de la mañana. Cerca de las 11.30 horas lo hicieron también gran parte de los consejeros, entre ellos los cinco que finalmente abandonaron el Consejo en la cita de ayer.

A partir de las once y media llegaron gran parte de los accionistas que tomaron parte en la Junta. Unos de los primeros fue Raúl Moro Martín, al que acompañó su séquito habitual, con Deseado Flores, Gustavo Pomar y José Carrilero, todos nuevos consejeros. El empresario extremeño, que había subido a las oficinas, bajó pocos minutos más tarde del arranque de la Junta, a por Manuel Jimeno, asesor de Moro que posteriormente también se convirtió en consejero. Peñas como Piensa en Grana y Alegría Grana, y aficionados a título particular como Pedro Matallana y el padre Carpena, tampoco se perdieron una cita que arrancó cerca de las 12.30 horas.

La Junta comenzó con el informe de Abarca, que analizó el último ejercicio y los logros cosechados por su Consejo, desde el nuevo convenio de acreedores hasta la ampliación de capital que propició la llegada de Moro Martín: «Estoy encantado de que haya venido un nuevo inversor», aseguró. Hizo un balance de su gestión al frente del club y aseguró que la salvación del Murcia pasa por el ascenso a Segunda, donde la entidad murciana recibiría «7,7 millones por derechos de televisión» en función de sus años en la categoría. También aseguró que deja al club con una «pequeña estabilidad» y que «pase lo que pase, el escudo del Murcia y su historia no van a desaparecer».

Unanimidad total

Después de Abarca llegó el momento del análisis económico de Stefan Settels. Aprobar las cuentas del ejercicio 2015-16 era uno de los asuntos clave para que el Murcia siguiera con vida. El consejero grana aseguró que los ingresos del Murcia habían aumentado de 1,5 a 1,7 millones en este periodo y que, sin embargo, se habían reducido gastos como el de la plantilla (de 1,7 millones a 1,5) y de proveedores del día a día. También desveló que, de los más de cuarenta millones de deuda que tiene el club grana, 15,5 son con entidades públicas, 14,9 pertenecen a la deuda concursal incluida en el nuevo concurso y otros 7,3 pertenecen a la empresa de Samper, entre otras. Settels también aseguró que la cesión de uso exclusivo de la Nueva Condomina que el Ayuntamiento quiere reformular es considerada un ingreso de 25 millones por parte del club que, de desaparecer, llevaría a la entidad a la liquidación.

Las cuentas fueron aprobadas por unanimidad, igual que otro de los puntos calientes de la Junta. El propio Consejo había buscado fórmulas para arreglar el desequilibrio patrimonial de 1,7 millones que mantenía el club y que hasta ayer era causa de disolución. Finalmente salió adelante, con el consentimiento de todos los accionistas, la propuesta de reducir un 50% el capital social del club (quitar valor a las acciones), una medida que no altera la proporción de poder de cada uno de los grandes accionistas, desde los herederos de Samper hasta el propio grupo de Moro Martín. Después de estos dos puntos importantes llegó la confirmación de la salida del Consejo del propio Abarca, Víctor Alonso, Romeo Cotorruelo, Domingo Pascual y Juan Guillamón, y la entrada de los hombres de Moro Martín.