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Alfonso García, Enrique López, Pablo Baeza y Stefan Settels, en una asamblea informativa de los pequeños accionistas del Real Murcia, en febrero de 2015.
Los accionistas minoritarios quieren seguir en primera fila
Fútbol | Real Murcia

Los accionistas minoritarios quieren seguir en primera fila

Valoran positivamente su trayectoria en el Consejo y se ponen a disposición de Raúl Moro Martín para continuar en el equipo de gobierno del club grana

BORJA TORRÁS

Sábado, 26 de noviembre 2016, 00:30

La aventura de los accionistas minoritarios dentro del Consejo de Administración está llegando a su fin, ya que este directorio se disolverá en breve. No obstante, creen que cuentan con un aval de trabajo y compromiso que puede servir para que el grupo de Moro pueda contar con alguno de ellos en el futuro órgano directivo del club grana. Hasta que el empresario cacereño no llegue al Real Murcia con plenos poderes, su continuidad está en el aire.

Ahora, tras un año en el que tanto su vicepresidente, Enrique López, como su secretario, Stefan Settels, han estado dentro del Consejo, la Asociación de Accionistas Minoritarios del Real Murcia ha convocado la III Jornada informativa, que tendrá lugar el lunes, a las 19.15 horas, en el edificio Moneo. Una jornada que está abierta a todo el mundo que desee estar al tanto de la actualidad institucional y económica del Real Murcia, y que tendrá una duración de una hora y media, aproximadamente.

Se abordará la labor que han tenido los accionistas minoritarios dentro del Consejo. Estiman que su aportación ha ayudado a que el club siga con vida. «No ha tenido un papel de comparsa, ni mucho menos», asegura el presidente de los accionistas minoritarios Pablo Baeza, que entiende que «hemos tenido una postura muy crítica dentro del Consejo y hemos propiciado que muchas cosas se hagan». De hecho, consideran que su actuación ha sido muy positiva porque «se logró terminar la temporada al corriente con todos los jugadores, se sacó la ampliación de capital, que ha propiciado que llegase Raúl Moro, se ha modificado el convenio y ahora se está trabajando en aprobar las cuentas». Todas las pautas que tenían marcadas en rojo en la lista de tareas y que han logrado completar con su mejor voluntad y aportación al club.

Dos espinas clavadas

Pero no todo es de color de rosa. Estos pequeños accionistas tienen dos espinas clavadas. Por un lado, no haber logrado que entrase más gente en el Consejo para hacer más contrapeso con los consejeros de la vieja guardia de Jesús Samper, quienes tenían una manera de pensar y actuar muy diferente a la suya. Y la otra va encaminada a su relación con Hacienda, en la cual han hecho todo lo posible por acercar posturas, pero sin conseguir nada favorable. «Sin ir con el dinero por delante es difícil, veremos si ahora el nuevo propietario es capaz de conseguirlo», explicaba ayer Baeza ante esa complicada relación que guarda el club con la Agencia Tributaria por culpa de una deuda que año a año se va a incrementando de manera peligrosa.

Finalmente, aunque no ha sido por su cauce, ya que estuvieron buscando diversos inversores que pudiesen tomar las riendas del club, el cambio de dueño en el Real Murcia va camino de culminarse. Ven con buenos ojos la llegada de Raúl Moro porque por lo que han podido averiguar «tiene capacidad económica, está dando los pasos con mucha cabeza y tiene un proyecto bastante ilusionante. Otra cosa es que tendrá que demostrar si es verdad, o no». Si finalmente fructifica la operación entre Moro y los Samper, el actual Consejo de Administración tendrá que desintegrarse por completo.

Unos cuantos consejeros ya tienen decidida su salida del club, mientras que otros quieren ponerse a disposición del próximo propietario para saber si cuenta con ellos. A los accionistas minoritarios les gustaría seguir echando una mano al Real Murcia. A tenor de su labor y pasado al frente del club, el grupo de Moro no tiene motivos para desconfiar de su presencia. «Nosotros no tenemos ningún lastre del pasado, sino todo lo contrario. Todo lo que hemos hecho hasta ahora ha sido positivo. Hemos actuado de forma independiente y de manera desinteresada», destaca Baeza, que tampoco se va a quedar de brazos cruzados si no forman parte del nuevo equipo de gobierno. En ese caso, les tocará volver a 'la oposición' y estar «vigilantes para que se haga todo bien», como ya hicieron en los últimos dos años del mandato del desaparecido Jesús Samper, que los tuvo en consideración para buscar posibles compradores del club, aunque nunca llegó a nada.

Sesión informativa

La sesión informativa del lunes también pretende atender a los ruegos, preguntas y observaciones de los presentes que tengan que hacer a la asociación o sobre la situación actual de la entidad.

Por otro lado, los pequeños accionista mostraron su agradecimiento por la deferencia que tuvo el Consejo de Administración en su última junta para decidir por unanimidad imponer a su asociación la insignia de oro y brillantes por su incondicional apoyo, al igual que a la Federación de Peñas. También se decidió distinguir a la empresa Estrella de Levante, así como, a título personal, a José María Albarracín y a José Cobacho por su labor desinteresada por el club.

«Cuando se hace un reconocimiento de esos a un trabajo y una trayectoria, nos hace sentirnos muy orgullosos y agradecidos», destaca Pablo Baeza, que también entiende que esta distinción permitirá silenciar a muchos escépticos sobre la labor que la realiza la asociación desde su creación. «Los cinco que iniciamos este proyecto fue para lograr que el Real Murcia se salvase y tuviese futuro. Llevamos tres años sin parar de trabajar y quitándonos horas de nuestro tiempo», explica su presidente Pablo Baeza.

Aunque el Real Murcia parece empezar a ver la luz al final del túnel, la labor de los accionistas minoritarios no se frena y confían en seguir peleando para aglutinar más masa social en su institución. Tras la ampliación de capital, si todos los pequeños accionistas se uniesen a ellos podrían llegar a abarcar hasta el 15% de las acciones totales del club, solo por detrás de los Samper, los máximos accionistas y del empresario extremeño Raúl Moro.

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