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José Otón
Lunes, 1 de febrero 2016, 00:29
El choque entre el Betis B y el Real Murcia dejó un sabor agridulce en la familia grana. El trabajo del equipo de Aira fue digno de elogio y nadie puede negarle su capacidad para el esfuerzo y su valentía para buscar la victoria, pero tuvo todo de cara para ganar y dejó pasar la oportunidad. Aunque el líder de la categoría aumenta su racha sin perder a trece jornadas en las que ha conseguido diez victorias y tres empates, ayer el escenario fue el idóneo para ganar y meter más presión a sus perseguidores. El Betis B fue mejor en la primera parte y dispuso de ocasiones claras para batir a Fernando, pero los granas se escaparon con vida. Luego los verdiblancos se quedaron con un hombre menos durante cuarenta minutos y apenas sufrieron.
No fue un partido brillante de un Real Murcia que arrancó desubicado y falto de chispa. No fue consistente en el centro del campo ni contundente atrás, y para colmo se dedicó a fallar pases fáciles en el centro del campo que su rival supo aprovechar para armar contragolpes. El Murcia, en una triste primer parte, se fue al descanso sin generar ocasiones de gol pero con su portería a cero. Tenía un cheque en blanco para la segunda parte, para espantar las malas vibraciones de la primera parte y para buscar una victoria más.
Y todo se puso de cara nada más echar el balón a rodar en la segunda mitad. La actitud del equipo cambió y salió a por los tres puntos. Además, se encontró con la autoexpulsión de Madrigal a los cinco minutos de la reanudación y con el mando del encuentro. Pero el equipo murciano no supo diseñar la estrategia para ganar, se atascó y apenas creó ocasiones de gol en los últimos cuarenta minutos de partido. El líder del grupo IV se mostró demasiado ansioso, muy obligado a ganar.
Aun así también supo conservar el punto, ya que su rival, cargado de jónenes figuras y diamantes por pulir, se echó por momentos al ataque y tuvo ocasiones para ganar y amargar al Real Murcia el final de un mes de enero que cualquier murcianista hubiera firmado de antemano. El equipo de Aira, tras perder a su presidente y acabar el año 2015 cargado de dudas en lo institucional, ha sumado 14 puntos sobre 18 posibles en los seis partidos que ha jugado en el primer mes de 2016 y tiene todo el crédito intacto para seguir siendo el gran aspirante al liderato del grupo, pese a que ayer tuviera un día gris y perdiera una ocasión de oro para meter más presión a sus perseguidores.
Inicio eléctrico
El Betis B salió a toda velocidad al terreno de juego. La necesidad de puntuar tras dos jornadas consecutivas perdiendo le obligó a meter una marcha más a su juego que el Murcia. En el primer minuto tuvo la primera oportunidad en un centro de Rafa Navarro desde la derecha que acabó en las botas de Narváez. El delantero bético se encontró con un Fernando colosal que le detuvo el mano a mano. La defensa grana, dormida, falló en bloque, desde Hostench, que permitió centrar a su par, hasta los centrales granas, que dejaron libertad al ariete verdiblanco en su área pequeña.
El equipo murciano intentó despertar tras el primer susto. Chavero buscó a Germán en profundidad y no lo encontró. Cinco minutos más tarde Hostench, tras una pared con Azkorra, centró al área verdiblanca y un defensa local casi se mete el balón en su portería al intentar despejar. En el saque de esquina posterior Sergio García también creó peligro, aunque el Betis B salía veloz al contragolpe en cada pérdida de balón de los murcianos. El ritmo era intenso y el Murcia no estaba cómodo sobre el césped. El líder del grupo IV no tenía el control.
De hecho, hasta el descanso, el Betis B siguió generando buenas ocasiones de gol. Madrigal puso en aprietos a Fernando con un disparo duro que el canterano grana no pudo atajar y que Toni pudo rematar a la red de no ser por la intervención de Ruso. Tres minutos después otro disparo de Narváez se fue ligeramente desviado. El equipo grana sufría y a diez minutos del final una combinación cerca del área entre Toni y Narváez acabó con un disparo del último que salió a la derecha de Fernando. Las sensaciones que dejó la primera parte fueron las mismas que las de los primeros cuarenta y cinco minutos del duelo contra La Hoya. El Murcia había estado ausente y aun así seguía vivo en el partido, con la segunda parte por delante para buscar los tres puntos.
Aira tiró de las orejas a sus jugadores en el vestuario y el Murcia salió más decidido en la segunda mitad. A los tres minutos José Ruiz, tras una pared con Azkorra, puso un centro al área peligroso al que no llegó ningún compañero. Dos minutos más tarde, con el equipo grana volcado, el choque se puso más de cara con la expulsión de Madrigal, que, tras una entrada de José Ruiz, contestó con un codazo en la boca del defensor grana. El juez de línea vio la agresión y el árbitro no dudó en expulsar al jugador del Betis B. El líder se sintió obligado desde ese momento a dar otro paso.
La pólvora de Narváez
Sergio García se durmió tras recibir un balón en la frontal del área bética y desaprovechó su ventaja para encarar la portería local. El Betis B comenzaba a recular pero con algunos coletazos llegaba al área de Fernando. Como en una penetración de Narváez en la que Satrústegui le encimó demasiado y pudo provocar un penalti innecesario.
El equipo grana no tuvo claridad para atacar a un rival en inferioridad. Hasta que con la entrada de Isi y Arturo el Murcia tuvo más desborde e inventiva. A los veintinueve minutos entre los dos fabricaron la mejor ocasión grana con un centro del ciezano desde la derecha que el de Abarán ajustó al palo derecho y que detuvo el portero Pedro.
Hasta el final, y con un ida y vuelta constante que pudo inclinar la balanza para cualquiera de los dos equipos, el Murcia siguió acercándose a la victoria a través de varios saques de esquina. El Betis B, aunque parecía conformarse con empatar, también tiró de casta. Con otra jugada de Narváez dentro del área hizo intervenir de nuevo a Fernando con brillantez. Fue el último susto que se llevó un Murcia fatigado mentalmente que no fue tan sobrio en la medular como otras veces, pero que ha cerrado con un notable alto un mes de enero cargado emociones.
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