«Que el elogio no nos debilite ni nos despiste»

La satisfacción de José Manuel Aira, entrenador del Real Murcia, por la victoria de su equipo no podía ser mayor. Ni en sus mejores sueños podía esperar un desenlace tan bueno en un partido complicado y en el que desde la primera parte todo se le puso en contra para lograr mantener la buena racha de resultados. Bien es cierto que puso de su parte, conservando a dos hombres en ataque y demostrando valentía y descaro en un estadio del que todavía nadie se había llevado los tres puntos, y mucho menos jugando con uno menos más de medio partido. El triunfo sitúa al Murcia como el mejor equipo de toda la Segunda B y da motivos al murcianismo para ilusionarse con los granas.

«En la primera parte, el partido no ha estado donde nosotros queríamos. Nos ha costado darle continuidad al juego con el balón y tener más la pelota y, curiosamente, cuando nos hemos quedado con uno menos, hemos sido capaces de tener posesiones mucho más efectivas que cuando estábamos en igualdad numérica», reconoció el técnico murcianista en su valoración del encuentro.

La roja directa que vio Carlos Álvarez, en lugar de debilitar al Real Murcia, le hizo más fuerte y le concienció de que tenía que darlo todo para llevarse el triunfo. La charla durante el descanso fue determinante para concienciar a los granas de que eran capaces de dar la vuelta al marcador. «La expulsión marca un poco el devenir del partido por la exigencia física que ello conlleva, pero hablamos en el descanso de tener tranquilidad, de no desordenarnos, de no darle opciones al Granada B para que no se pusiera con 2-0 en el marcador, y de aprovechar las ocasiones que tuviéramos porque las íbamos a tener», reconoció Aira. Sus hombres captaron el mensaje y fueron pacientes para esperar su oportunidad. «Es para alabarles y estar muy satisfecho del trabajo que han hecho y cómo lo han hecho».

Refuerzo psicológico

En el aspecto psicológico el equipo da un salto cualitativo y este resultado provoca un «refuerzo importante», según Aira, ante un rival que lucha por entrar en el 'playoff' y encima lograrlo con un hombre menos. Sin embargo, la prudencia volvió a salir en el discurso del técnico de Ponferrada, porque «hay que tener calma y que el elogio no nos debilite ni nos despiste, toca seguir», explicó el gallego, porque todavía queda toda la segunda parte del campeonato.

No hubo rotaciones en un equipo que hace tres días salió de inicio con el mismo once tras estar quince días sin competir, pero se debió a causas de fuerza mayor. «El contratiempo de Javi, que era una de las opciones que teníamos previstas para dar descanso a Germán y poder variar un poco, nos ha condicionado el poder repetir la alineación», reconoció.

Por su parte, el que fuese técnico del Imperial y Real Murcia, el mazarronero José Miguel Campos, que ahora dirige al Granada B, fue cuestionado por si había sido un partido especial y respondió: «No puedo negar mi pasado, pero ahora mismo soy granadista y creo que mi equipo ha hecho un partido lo suficientemente bueno para no perder y el Murcia se ha aprovechado de las dos únicas llegadas que ha tenido. En ese aspecto el fútbol ha sido algo injusto». En este sentido, premió la formación de su rival y excusó a su joven plantilla: «La experiencia la tienen ellos y nosotros hemos pecado de inocencia en las dos acciones de los goles».

Campos definió al conjunto grana como «un equipo que actúa con confianza, con saber estar, no expone mucho y defiende con mucha gente por detrás del balón y, como te descuides en un centro lateral o un balón parado, te hace ver que es peligroso».