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Sergio García celebra un gol con un compañero; en el centro, Carlos Álvarez; detrás, Azkorra.
El Murcia se blinda para el derbi

El Murcia se blinda para el derbi

Ha recibido un gol en mes y medio y, de los últimos doce partidos, en ocho selló su portería. El equipo de Aira ha pasado de ser un coladero al inicio de la Liga a un frontón; encajó cinco tantos en las cinco primeras jornadas y solo seis en las trece restantes

JOSÉ OTÓN

Lunes, 7 de diciembre 2015, 00:02

El Real Murcia sufrió una transformación en las últimas trece jornadas y convirtió lo que era su mayor defecto en su mejor virtud. El equipo grana que arrancó la temporada en Arroyo de la Miel nada tiene que ver con el que acaba de sumar en Huelva su octava jornada sin encajar un gol dentro de las últimas doce y que llega al derbi con el Cartagena habiendo tapado todas sus grietas en defensa y siendo, a su vez, el equipo más goleador del grupo IV.

La historia del nuevo Real Murcia, el que sí tiene condiciones para mirar a Segunda, arrancó en el minuto 48 del partido contra el Betis B en la Nueva Condomina, el de la cuarta jornada de Liga. El equipo murciano llegó a ese partido en el mes de septiembre después de haber sumado solo un punto en las tres primeras jornadas y perdiendo de forma estrepitosa ante el Marbella y La Hoya. Las sensaciones eran las de un equipo con una grave crisis de identidad que daba palos de ciego. Aira, que había diseñado personalmente la plantilla, estaba cuestionado y, para colmo, su equipo comenzó jugando mal al fútbol. Pero, desde los últimos minutos del choque contra el Brócoli de la tercera jornada el técnico leonés había decidido jugar con dos delanteros y variar su idea inicial de juego. Un cambio trascendental en la temporada.

Azkorra y Carlos Álvarez arrancaron la cuarta jornada en el once inicial, pero aun así su equipo no carburaba. El gol de Sergio Navarro para el Betis B a los tres minutos de la segunda parte hizo a la afición del Murcia lanzar sus primeros reproches contra el banquillo y sacar los primeros pañuelos. Pero el gol de Azkorra cuatro minutos más tarde fue como un punto de inflexión y la rampa de lanzamiento de un equipo que no solo acabó aquel partido ganando 3-1, sino que desde entonces se ha convertido en el equipo más en forma del grupo IV.

El cambio de entonces hasta ahora es tan brutal que el Murcia pasó de encajar cinco goles en las tres primeras jornadas a encajar otros seis en las trece restantes que se han disputado hasta el momento. De hecho, desde aquel gol del Betis que hizo tambalearse el proyecto de Aira, el Murcia solo ha encajado el gol de penalti del Linense en casa, un feudo en el que el Cartagena espera dar la campanada el domingo. Curiosamente, con un cambio tan ofensivo, el Murcia ha resuelto sus problemas a la hora de defender.

Cambio de mentalidad

Son los mismos once jugadores pero se pusieron las pilas. Para empezar, defensores como Pumar y José Ruiz ya no cometen los mismos errores infantiles del comienzo de campaña que les pusieron en la diana de los aficionados. Ahora controlan mucho más sus incorporaciones al ataque, seleccionan concienzudamente las veces que suben por la banda y son más productivos. Y no ven tantas tarjetas. Igual que los centrales Sobregrau y Tomás Ruso, que son más fiables y dan una velocidad más a su juego. Además, Fernando para más que nunca y salva varios goles por partido.

Desde hace varias jornadas el técnico leonés del Murcia apostó por los mismos cuatro jugadores en detrimento de Satrústegui y Hostench, dos futbolistas que le están moviendo la silla a los titulares. De hecho, el exjugador del Elche fue titular ante el Jumilla, firmó un partido de notable y su competencia es uno de los motivos por los que el lateral gallego aumentó su rendimiento respecto al pasado curso.

Tácticamente el nuevo Real Murcia defiende con la línea de atrás más adelantada y con la defensa muy pegada al centro del campo, lo que le hace estar a todo el equipo más junto. Esto propicia, como en el partido ante el Recreativo, que el equipo grana tenga mucho más el balón y no permita al rival elaborar y crear peligro. La mejora defensiva, además, no es solo cuestión de los hombres de atrás ya que delanteros como Carlos Álvarez o centrocampistas de corte ofensivo como Chavero ejercen una presión constante sobre los rivales que hacen que al Real Murcia un equipo pegajoso.

A todo esto hay que sumarle que el Murcia se repliega a gran velocidad y es capaz de hacer transiciones muy rápidas con lo que ataca y defiende con más versatilidad que al principio de Liga, cuando era un equipo romo, lento y fácilmente resquebrajable. Y siempre con un once ofensivo, con solo un pivote defensivo en el césped. Falta por saber si el Real Murcia mantendrá su fiabilidad también el próximo domingo a partir de las doce, en un partido en el que el Efesé aterrizará en Murcia con toda su artillería y con jugadores como Menudo, que el año pasado con el Logroñés hizo dos goles al Murcia, y que este domingo marcó dos goles a La Hoya como aperitivo.

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