Los accionistas creen que el empresario madrileño se niega a vender

Donde dije digo, digo Diego. Eso creen los accionistas minoritarios sobre la postura de Jesús Samper, máximo accionista, a la hora de vender el club. Y es que las manifestaciones del presidente grana tampoco dejaron indiferentes a la Asociación de Accionistas Minoritarios del Real Murcia, que consideraron falsa la versión dada por el presidente sobre la propuesta de traer un gestor.

Pablo Baeza, representante de estos pequeños inversores, aclaró ayer la situación sobre la venta del club y los últimos movimientos que desde la asociación le han presentado a Samper. En la reunión que mantuvieron con el presidente presentaron «por escrito una propuesta o borrador de oferta de compra de acciones del Real Murcia y no simplemente de gestión», explicaron durante la rueda de prensa que celebraron ayer. En esa misma reunión, en la que estaban presentes Martinez-Abarca, Cotorruelo y Víctor Alonso, presentaron a un empresario murciano, cuyo nombre prefieren mantener en el anonimato para que «no sea prejuzgado como 'salvapatrias' o 'buscador de minutos de gloria'». Dicho empresario, ayudado por la asociación, ha promovido una iniciativa en la que aglutina a empresarios murcianos que aportan dinero para quedarse con las acciones de Jesús Samper. Ese capital aportado sería de unos 2 millones de euros para poder sufragar los gastos corrientes que requiere el Real Murcia esta temporada en Segunda B. El resto del año intentarían ir alcanzando acuerdos con acreedores para poder solucionar la deuda de 30 millones.

Sin embargo, Samper se sacó un nuevo requisito de la chistera y exigió al empresario que presentase un aval para poder afrontar el total de la deuda, en torno a los 30 millones. Para los accionistas minoritarios esta maniobra justifica que Samper no quiere vender el club, puesto que el razonamiento que expuso el empresario madrileño fue que «él tendría, tras su salida, la responsabilidad de dicha deuda» por lo que el comprador debería asumir el coste total.