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Jesús Samper, durante una cita con la prensa a finales de 2013.
El Real Murcia, un club siempre bajo sospecha

El Real Murcia, un club siempre bajo sospecha

La amenaza del descenso vuelve a acechar a la entidad grana, pese a no ser de las más endeudadas de Segunda

José Otón

Domingo, 22 de junio 2014, 06:58

El Real Murcia se encuentra en la parte alta de la clasificación de equipos con serios problemas económicos, pero no es de los peores alumnos de la clase. Según la Liga de Fútbol Profesional, el club murciano debe 45 millones de euros, una cuenta a la que se llega tras sumar los 23 millones, aproximadamente, que aún le restan por cubrir a la entidad grana de los 29 iniciales del concurso de acreedores declarado en 2009, los cerca de 7 que le debe a Hacienda, un millón de euros a la Seguridad Social y otras deudas generadas tras la declaración concursal, como los intereses generados con Hacienda y la no devolución de los prestamos a la Liga tras el descenso a Segunda de 2008 y el de Segunda B en 2010. Con los números en la mano, Jesús Samper no es de los mejores gestores del fútbol español, aunque hay otros que lo hacen bastante peor.

El Sporting de Gijón es uno de los que, con un agujero similar al de los grana, va camino de la recuperación. Tenía una deuda estimada en 60 millones de euros, pero consiguió dejarla en apenas 30 tras la pertinente quita. Ahora, tras el paso de los años y con 2018 como fecha en la que el Sporting debe abandonar el concurso, el equipo asturiano tiene pendiente unos 12,8 millones del concurso pero ha generado otros 20 millones adicionales. José Fernández, el accionista mayoritario, parece tener controlada la situación y en Gijón no hay alarma social. Mejor está la Real Sociedad. El equipo vasco tenía en 2008 una deuda total, entre acreedores privilegiados, ordinarios y subordinados, de 41 millones de euros. Procedió a la quita del 50% de la deuda y en solo cuatro años ha dado por concluido el concurso, según certificó el Juzgado Mercantil 1 de San Sebastián.

El Levante de Quico Catalán también es otro ejemplo de brillante gestión. Con un concurso estimado de 90 millones de euros, también lo dejó en el 50% tras la quita. Con una brillante gestión deportiva que le ha mantenido cinco temporadas en Primera, ha amortizado 20 millones de su deuda y ha refinanciado otros 17. Ha mejorado su marca ya que ha pasado de cobrar 11 millones de euros por conceptos televisivos a 20, lo que le permite caminar tranquilamente hacia la recuperación total. Quique Pina, que se encontró con una deuda de 12 millones de euros en el Granda, también ha dejado a cero de deuda al equipo nazarí. Tras la quita y llegar a un acuerdo con los acreedores, se encuentra a un solo paso de sacar al Granada del concurso con el pago de los últimos 300.000 euros de deuda atrasada. Su club está liberado y saneado.

Por qué se le persigue

La situación del Real Murcia dista mucho de la del Levante, Granada y Real Sociedad, entre otros. No hizo quita (parte de la deuda se le debe al propio Samper) y no se aprovechó de una situación que hubiera cambiado por completo su situación económica actual. Además, no está cumpliendo con la condición indispensable de pasar tres de los cinco años del concurso en Primera. Ahora, Hacienda no acepta sus garantías y quiere que el empresario madrileño avale con sus propios bienes. Otros equipos deben mucho más que los grana y reciben mejor trato de los estamentos que se encuentran alrededor del fútbol. Uno es el Deportivo de La Coruña, que tiene estimada una deuda de unos 156 millones de euros. Lo mejor para la institución que ahora gobierna Tino Fernández es que recibe empujones de todas partes. En octubre de 2013, la Hacienda gallega rebajó su deuda dura, la que no admite quita, de 83 a 60 millones de euros. Una especie de camino de rosas para que el equipo gallego viva más tranquilo.

Hacienda le ha concedido ahora un aplazamiento de los 63 millones por un periodo de 8 años. La Agencia Tributaria, en un modelo que podría aplicar también al Murcia, toma como garantías de pagos y prenda futuros derechos televisivos, abonos y otros ingresos.

Con el Zaragoza tampoco se han portado nada mal. El cuadro maño estipuló una deuda a la entrada al concurso de acreedores de 113 millones de euros aunque el descenso de categoría generó un aumento de la deuda hasta los 130. Lo más ventajoso del convenio maño es que el descenso a Segunda provocó una congelación del proceso concursal. Por lo tanto puede respirar mientras que no consiga el ascenso. El concurso no se pondrá en marcha otra vez hasta que no se produzca el ascenso, permanezca tres temporadas consecutivas en Segunda o de forma alterna en los próximos cinco años. Agapito Iglesias, dueño del club, espera el acuerdo con Hacienda para el pago de 30 millones antes de vendérselo a un grupo mexicano.

El Valencia, por ejemplo, tiene una deudad cercana a los 330 millones de euros, casi nueve veces más que la del Real Murcia. Un empresario de Singapur, Peter Lim, se ha hecho cargo de las acciones, va a desembolsar 26,8 millones de euros como primer paso y después pretende inyectar una importante cantidad de dinero en la entidad. Otro equipo que está tocado es el Osasuna, que pese a no ser sociedad anónima, ha reconocido una deuda de 73 millones de euros. Quizás más insalvable que la del Real Murcia. Sin embargo, sobre la entidad grana pende la guillotina del descenso administrativo, como se ha encargado de recordar el presidente de la Liga, Javier Tebas.

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