Loreto, un revulsivo fallido

El madrileño tiró de su agenda y llamó a José Luis Rodríguez Loreto para que tuviera su primera experiencia en un banquillo de Segunda B en una plaza que conocía muy bien como es la de la capital del Segura por su etapa como jugador. Una decisión muy arriesgada por la importancia de esta temporada y que, de momento, no ha dado buen resultado.

Loreto consiguió el triunfo en su debut en un partido que el Real Murcia superó al Yeclano de una manera casi milagrosa. Tras un buen primer tiempo en el que los pimentoneros se adelantaron en el marcador, solo la mala fortuna de los del Altiplano evitó que se llevaran algún punto del choque.

Después de ese duelo el Real Murcia contó con dos semanas para preparar el siguiente partido contra el Córdoba y el tramo final de competición con la esperanza de poder mejorar su situación. Sin embargo, y a pesar de un buen partido en el Nuevo Arcángel, esos brotes verdes nunca han aparecido en el equipo en forma de resultados. El juego ha pasado a ser algo más vistoso, pero el equipo sigue sin dominar las áreas y error tras error su situación es después de cada jornada más complicada.

El sevillano destaca de manera habitual ese mejor juego de su equipo y su estilo más elaborado, a diferencia del juego directo de Adrián Hernández, pero eso no debe dejar a un lado la situación del club. El conjunto grana ha disputado con Loreto en el banquillo cinco encuentros y el balance es de una victoria, tres empates y una derrota. Unos datos que dicen que el Real Murcia ha conseguido 6 puntos de 15, una cifra muy pobre y que explica a la perfección la mala situación clasificatoria.

Además, aunque ese mejor juego en la primera parte contra el Yeclano o frente al Córdoba es cierto, también lo fue el mal partido en términos generales contra el UCAM, el duelo frente a El Ejido o los errores que condenaron al equipo en La Línea. Sin embargo, el técnico sevillano, por ejemplo, ha defendido en reiteradas ocasiones que su equipo mereció más contra el equipo universitario. Un partido en el que consiguieron el empate en el último instante y del que pudieron bajarse en la primera parte si su rival tiene más acierto de cara a portería. Quizá sea un discurso para intentar que sus futbolistas consigan recuperar la confianza, pero la sensación es de una escasa autocrítica en un momento de máxima necesidad y en el que no vale ningún tipo de excusa.

El efecto revulsivo que se esperaba con el cambio de banquillo ha sido inexistente y la última decisión de Algar en el Real Murcia cada vez está más en entredicho. Al margen de ese primer y único triunfo no se ha producido el cambio de dinámica deseado. De hecho, la situación de Loreto es especialmente negativa al compararlo con las cinco primeras jornadas de los últimos técnicos que llegaron al Enrique Roca para darle otra imagen al equipo.

Resulta llamativo que el anterior entrenador que tuvo que buscar un cambio así fue precisamente Julio Algar cuando firmó por el Real Murcia para ejercer como entrenador y director deportivo. El madrileño no hizo ninguna gesta, pero su equipo logró dos victorias, un empate y dos derrotas en esos primeros partidos para hacer un total de 7 putos de 15. No obstante, no convenció a la directiva que decidió buscar a otro entrenador y en verano ficharon a Adrián Hernández.

Un año antes que Algar, en la temporada 2017/18, aterrizó en el conjunto pimentonero José María Salmerón. El almeriense se llevó tres victorias y dos derrotas en ese tramo de cinco jornadas y con 9 puntos de 15 sí que comenzó la remontada de un Real Murcia que acabó cayendo en la primera ronda del 'playoff' contra el Elche. Su equipo fue a más, pero en la promoción de ascenso no estuvo a la altura.

El técnico que más cambió a su Real Murcia con su llegada fue Vicente Mir. Tras una derrota inicial contra el San Fernando logró tres victorias y un empate para hacer un balance de puntos 10 sobre 15. El equipo fue creciendo semana a semana con el valenciano y llegó a superar incluso la primera ronda del 'playoff' contra el Pontevedra. De hecho, su segunda derrota no llegó hasta la ida de la eliminatoria contra el filial del Valencia, que acabó con la eliminación de los pimentoneros tras el empate en la vuelta en el Enrique Roca.

Ahora, el Real Murcia de Loreto necesita prácticamente un milagro como sería conseguir cinco victorias en las cinco jornadas que quedan para acabar la segunda fase tratando de meterse entre los dos primeros. El domingo a las 17 horas contra el filial del Cádiz será el primer paso para intentar cambiar un año que apunta a un final nefasto.