Desestimada la querella de Julián Luna contra Felipe Moreno

El juzgado de Instrucción número 8 de Murcia, en un auto fechado el pasado 27 de marzo y al que ha tenido acceso LA VERDAD, no ha admitido a trámite la querella que Julián Luna, accionista del Real Murcia y presidente de La Unión, presentó contra Felipe Moreno y Hause La Fuente SL el pasado octubre por cuatro presuntos hechos delictivos como administración desleal, delito societario de falsedad contable, delito societario de imposición de acuerdos abusivos y delito de alzamiento de bienes, denegados todos.

El abogado archenero, crítico con la gestión del empresario desde su entrada al club y que prometió durante el mandato de Agustín Ramos la llegada de un inversor que iba a desembolsar 10 millones que resultó ser Antonio Perea y sin que eso se produjera, denunció en una comparecencia pública que Felipe Moreno no condonó la deuda de Samper, algo más de dos millones de euros, dejando un saldo positivo que hubiera evitado las pérdidas, 1,9 millones, y la causa de disolución. También señaló que no se contabiliza como capital lo aportado por el empresario cordobés. Además, también habló de la depreciación de activos como el uso del estadio o el 'naming' sin un informe pericial.

El auto, tras estudiar los argumentos del querellante y el informe del Ministerio Fiscal, indica que Julián Luna «manifiesta que se ha urdido una operación acordeón consistente en reducir capital para luego ampliar, eliminando así a los socios minoritarios y convertirse el querellado en el socio y dueño absoluto», a lo que se responde que «las cuentas del Real Murcia CF SAD han sido auditadas por el gabinete Grant Thornton, de cierto prestigio, y que la sociedad, y es hecho notorio, después de muchos años, ha estado en concurso de acreedores hasta hace poco».

A continuación, el texto indica que «el querellante efectúa un ataque técnico a dichas cuentas sin aportar informe pericial en ese momento, cuando se interpuso la querella». Una vez presentado el informe, sigue el razonamiento, «los argumentos jurídicos de la querella no venían soportados por el informe, ya que es posterior». «El querellante realiza una particular interpretación del estado contable del Real Murcia sin apoyarse en estudio alguno», insiste el juez, que posteriormente añade que «no ha impugnado las cuentas oficiales, no las ha combatido en la vía mercantil como debiera, acudiendo a la estruendosa vía penal sin otra base que sus cálculos».

Señala que Julián Luna «acude a la vía penal por la simple fórmula de que entiende que «el juzgado mercantil tiene poco margen de maniobra». Es decir, admite que la justicia especialista dará la razón a los querellados y salta tan importante escalón judicial para denunciar hechos delictivos. Esto es contradictorio. Es más, admitir que la causa de disolución es correcta y que la justicia mercantil la va a aceptar, es admitir que no existe delito alguno». En el texto se mantiene el tono duro y contundente hasta el final hablando de que la entidad grana «ha aprobado sus cuentas por amplia mayoría» y de que «no cuadra con el apocalíptico mensaje de la querella» .

La noticia se produce pocos días después de que la entidad grana también conociera una providencia de admisión del Juzgado de lo Mercantil 1 de Murcia que asegura que la solicitud de homologación del Plan de Reestructuración «cumple los requisitos previstos en el Texto Refundido de la Ley Concursal y que ha lugar a admitirlo a trámite».

Dicho plan se trata de una nueva herramienta legal que permite reestructurar la deuda privada y que al club le permitiría ser económicamente viable. Atrás quedarían las consecuencias del concurso de acreedores de 2010 incumplido por Jesús Samper y las deudas posteriores. Este plan fue votado en la junta del pasado 12 de diciembre y tuvo el apoyo del 79,85% de los accionistas. Esa solución reduciría a 516.000 euros una deuda de unos 11 millones. A la vez, el capital social se quedaría en cero. Ahora, la jueza De las Heras deberá resolver a favor o en contra. Mientras, el club estará libre ante un nuevo concurso o la liquidación.

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